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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha confirmado que este miércoles iniciará una visita oficial a Hungría aceptando la invitación de su homólogo húngaro, Viktor Orban, realizada el pasado mes de noviembre poco después de la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes de guerra y de lesa humanidad en la ofensiva en la Franja de Gaza lanzada tras el ataque de Hamas del 7 de octubre del 2023.
Orban reaccionó entonces condenando la decisión que definió como "vergonzosa" en una carta enviada a Netanyahu en la que dejó entrever que no será detenido: "Como expresión de nuestro más profundo apoyo, quisiera aprovechar esta oportunidad para invitarlo a Hungría para una visita oficial donde garantizaremos su seguridad y libertad".
Netanyahu realizará su primer viaje a Europa desde la orden de arresto y tiene previsto volver el próximo domingo a Jerusalén.
La CPI fue creada en base al Estatuto de Roma firmado por Hungría que sin embargo, no promulgó la convención asociada al Estatuto de Roma, por razones de conformidad con su Constitución. De esta forma, asegura que no tiene obligación de cumplir las decisiones de dicho tribunal en La Haya.
Y, mientras, al inicio de la reunión semanal del Gobierno y poco después de la neutralización de un nuevo misil balístico disparado por los hutíes desde Yemen contra su país, Netanyahu se ha referido hoy a la ofensiva en la Franja de Gaza mientras la mediación intenta conciliar las diferentes fórmulas para reanudar el alto el fuego. Tras la aceptación de Hamas de una propuesta presentada por Egipto y tratada en El Cairo y Doha, Israel ha enviado una contrapropuesta "en plena coordinación con Estados Unidos".
"La presión militar está funcionando porque se lleva a cabo de forma simultánea: por un lado, aplasta las capacidades militares y gubernamentales de Hamas y, por otro, crea las condiciones para la liberación de nuestros secuestrados. Esto es exactamente lo que hacemos", ha afirmado Netanyahu, que ha rechazado las críticas internas respecto a que no mantiene negociaciones ni desea pasar a la segunda fase para evitar comprometerse con el fin de la guerra. "Nosotros negociamos bajo fuego y por eso es también efectivo. Vemos que de repente aparecen grietas", ha indicado en alusión a la nueva postura del grupo yihadista.
Antes de reiterar su apoyo a la "salida voluntaria" de gazatíes en el marco del plan anunciado por el presidente estadounidense, Donald Trump, Nenayahu ha declarado que están dispuestos a dialogar sobre la etapa final del acuerdo basándose en varios principios: "Hamas dejará las armas y sus líderes podrán salir fuera. Nosotros nos ocuparemos de la seguridad general en la Franja de Gaza".
El objetivo de la mediación (Qatar, Egipto y Estados Unidos) es un acuerdo en los próximos días coincidiendo con el final de la festividad musulmana del Ramadán y antes de que Israel celebre Pesaj. Por un lado, cesaría la ofensiva aérea israelí contra Hamas en la Franja de Gaza, reanudada hace casi dos semanas tras el fracaso en la negociación para ampliar la primera fase de la tregua iniciada el pasado 19 de enero. Por otro, permitiría la vuelta de los rehenes.
Según diversas fuentes, la propuesta aceptada por Hamas incluye la entrega de cinco rehenes vivos y muertos, entre ellos el israelí-estadounidense Edan Alexander, a cambio de 50 días de alto el fuego, la excarcelación de presos palestinos (en la misma proporción a la de los 42 días de la primera fase), la reanudación del envío de ayuda humanitaria al enclave palestino y conversaciones para el fin de la guerra. En su comunicado oficial, Netanyahu no dio detalles sobre su propuesta pero, según las filtraciones, establece la liberación de 10 rehenes vivos. De los 59 aún en cautiverio de un total de 251 secuestrados hace 541 días, Israel cifra en 24 los que están con vida.
"Hace dos días recibimos una nueva propuesta de los mediadores y la aceptamos. Esperamos que la ocupación no lo socave", afirmó el dirigente de Hamas, Jalil Al Haya, en un discurso con motivo de Eid al Fitr que marca el fin del Ramadán. En una respuesta a los que piden el fin del régimen islamista en Gaza y el desarme de su grupo o el exilio de sus cabecillas, fue rotundo: "¡Ay, si aceptamos la humillación de nuestro pueblo, no habrá inmigración ni deportación, y en cuanto a las armas de resistencia, serán una línea roja!", dijo avisando que su arsenal "está relacionado con la existencia misma de la ocupación y el establecimiento de un Estado independiente".
Más allá de lidiar con los ataques aéreos israelíes, Hamas intenta silenciar las protestas internas. Informaciones en el enclave palestino apuntan a la detención y asesinato de algunos manifestantes que participaron en la mayor protesta desde el inicio de la guerra.
"Este Gobierno debe irse a casa"
Este fin de semana, decenas de miles de israelíes se han manifestado especialmente para exigir un acuerdo por los secuestrados. Tras una multitudinaria manifestación en la Plaza Habima en Tel Aviv convocada contra el Gobierno de Netanyahu y sus últimas decisiones (reanudación de la ofensiva militar, la voluntad de destituir al jefe del servicio de seguridad interna, Ronen Bar, y de la asesora legal del ejecutivo, Gali Baharav-Miara, los presupuestos aprobados, una polémica ley sobre la comisión de elección de jueces, etcétera), se celebró como cada sábado por la noche el acto con presencia de familiares de los secuestrados.
"Este Gobierno debe irse a casa pero en primer lugar lo más urgente es que los secuestrados vuelvan a casa", nos comentó la israelí Meidar Sharoni en Tel Aviv. "Cuando la tregua colapsó, me sentí fatal. No puede ser que los secuestrados sigan allí, sufren un Holocausto. Por desgracia se trata de algo que no parece importar al Gobierno".
Cuando le comentamos que uno de los objetivos declarados por Netanyahu es acabar con Hamas en Gaza, esta manifestante contesta: " Ojalá se pueda lograr pero antes hay que asegurarse que los nuestros vuelvan. Es lo prioritario".