El pasado domingo, María del Monte actuaba en Antequera tan sólo dos días después de haber sufrido el robo en su casa de Gines (Sevilla) y el tremendo susto del que aún no se han recuperado ni ella ni su mujer, la periodista de Canal Sur Inmaculada Casal.
La artista quiso cumplir con su deber y no fallarle a su público, porque no es partidaria de "vender tragedias y hay mucha gente que ha pagado su entrada y quiere verme. Tenemos que dar ejemplo", decía. Así lo contaba a LOC, a principios de esta semana, Inmaculada Casal, quien añade que María se portó "como una valiente, una campeona, y eso la honra. Cuando su padre murió, ella tuvo que cantar al día siguiente. Y le dije que sí, que fuera a Antequera aunque se le quebrara la voz en algún momento, por toda la gente ilusionada que la esperaba. Y porque tenemos que intentar seguir adelante con nuestra vida, porque si no esto nos va a costar una enfermedad". Por eso, Inmaculada también volvió a su trabajo el pasado lunes.
"El viernes no pude porque teníamos la casa llena de policías buscando pistas -la Policía Judicial de la Guardia Civil se está encargando del caso-. Y ese mismo día ya ampliamos las medidas de seguridad, que ya vamos a pagar más en eso que lo que ganamos. Ya no nos fiamos. No porque se lleven nada, porque ya no hay nada que llevarse. Porque se lo han llevado todo. Pero por lo menos por estar tranquilas nosotras".
Lo que teníamos es el dinero que se puede tener en una casa normal. Yo tenía en mi cartera 20 euros, y María no tendría mucho más
Ya han tenido que declarar y también contar a los investigadores todo lo que les falta. "Es que hay cosas de las que una no se acuerda, pero vamos, desde la medalla de la Comunión hasta todo".
Siempre han sido personas discretas, y su idea era no decir nada, pero cuando saltó la noticia, pensaron que lo mejor era contarlo ellas mismas para salir al paso y contrarrestar rumores y especulaciones que no eran ciertos y contar la versión oficial, además de evitar que este suceso se convierta en un circo, siempre dentro de lo que les permite la Policía, para no entorpecer la investigación.
María, Inmaculada y su familia se encontraban durmiendo en su casa cuando, sobre las cinco menos veinte de la madrugada del viernes 25, se despertaron al oír ruidos.
"Yo me desperté la primera, por el ruido tan grande que estaban haciendo, y me los encuentro en la puerta de mi habitación. Cinco personas vestidas de negro, encapuchadas y con guantes. No sé si habría más. Y al momento nos dicen 'esto es un robo y callaos'. Que te sometan de esa forma y tengas que darles todo... Como en las películas", cuenta Inmaculada a LOC.
Los ladrones se llevaron "todo lo de valor que había en la casa. No puedo entrar en detalles. Cuando han hablado de que se han llevado dinero... Es lo de menos, porque lo que teníamos es el dinero que se puede tener en una casa normal. Yo tenía en mi cartera 20 euros, y María no tendría mucho más. Pero lo que se han llevado es nuestra vida".
Ese mismo día ya ampliamos las medidas de seguridad, que ya vamos a pagar más en eso que lo que ganamos
Cuando dice "todo" es todo, hasta la bisutería. Pero lo que más les duele son las cosas y joyas con gran valor sentimental. "Sobre todo es que te encuentras en una situación de indefensión tan grande... Y que te violan tu intimidad, dentro tu hogar, de tu cuarto, de tu zona de confort en la que te sientes segura... Estamos en shock. Es una de las cosas más horribles que nos han pasado en nuestra vida. Por supuesto que lo más horroroso es una muerte o una enfermedad, pero yo esto no se lo deseo a nadie. Y encima dándole gracias a Dios de que nuestra integridad física no ha peligrado y de que estamos sanas y salvas".
Asegura que el tiempo que duró el robo "se nos hizo eterno. Sólo pensábamos en que se fueran y no nos hicieran nada, todos sufriendo los unos por los otros y muertos de miedo".
También les parece sorprendente que les haya pasado a ellas, "a una funcionaria de Canal Sur que vive de un sueldo como soy yo, y María que no es ningún futbolista que gane millones... Que llevamos 24 años viviendo en el pueblo de Gines, que nos hemos hecho la casa poco a poco con nuestro esfuerzo y con toda la ilusión del mundo, y que nunca hemos tenido ni un pequeño hurto ni nada... Y se lo han llevado todo".
Unas personas que hacen una vida como la de la mayoría de la gente. "Vivimos tranquilas, conocemos a todo el mundo, vamos todos los días al mercado, tenemos los mismos amigos desde que éramos chicas, salimos a comprar y a tomar la tapita en nuestro pueblo... Dos currantas que hacen una vida normal, que nunca hemos enseñado nuestra casa ni nos hemos expuesto, siempre muy celosas de nuestra intimidad, y que no vivimos en un búnker, en un pedazo de chalet, en una urbanización privada ni nada de eso. Somos gente normal".
Inmaculada comenta que siempre habían estado tranquilas en su casa, porque tenían medidas de seguridad, pero "nunca nos esperábamos esto. Y nos va a costar superarlo. No podemos dormir desde que pasó. Estamos destrozadas y en shock, tardará mucho tiempo en que se nos quite, nos va a costar muchísimo retomar nuestra vida. No sé cómo se cura esto o se pasa esto. Pero bueno, tampoco es un duelo, tenemos que darle gracias a Dios y, al final, las cosas son cosas".