MADRID
Entre Gatas y Gatos

La estilista que viste a las súper VIP (y que escapó de Instagram): "La española quiere mucha privacidad y no le gusta coincidir con más de tres o cuatro clientas"

Venezolana y licenciada en Periodismo en Londres, intermedia entre las grandes marcas y una clientela de élite

Linda K. Sharkey posa para GRAN MADRID en Galería Canalejas.
Linda K. Sharkey posa para GRAN MADRID en Galería Canalejas.SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL
Actualizado

Nació en Venezuela, pero vive en Madrid desde 2016 previo paso por Londres, ciudad en la que se licenció en periodismo por la City University. «Viví 10 años allí. Al finalizar la carrera encontré trabajo en The Independent Newspaper, donde participé en la sección de moda en la que permanecí más de un lustro», relata Linda K. Sharkey. En paralelo abrió un blog de moda, de título Fashion Inside Out, con el que se dio cuenta de que le gustaba mucho «aunar moda y mundo digital».

Un viaje de amigos en Madrid le puso en el camino al que ahora es su marido. «Tuvimos una relación a caballo entre UK y España hasta que, en 2016, tres semanas antes de la boda, decidí venir a Madrid a vivir, ¡fue una locura!», recuerda. Reconoce que aterrizó con la idea de que, al llegar de Londres, le lloverían ofertas de trabajo en la capital, pero no fue así, porque la industria de la moda era más pequeña. «Un círculo cerrado y no era fácil entrar. La gente se conoce de toda la vida y yo venía de nuevas». Dicharachera y espontánea, tiene un don para conectar con las personas. «Me gusta unir personas, por lo que me decanté por empezar con el concepto de Linda Pop-Up». Se trataba de un evento de un día, centrado en una experiencia con marcas latinoamericanas emergentes que no eran conocidas, ni tenían tienda en la capital, pero «querían darse a conocer y generar nuevas clientas. El éxito fue rotundo».

Se dio cuenta de que era capaz de organizar un evento de principio a fin, que disfrutaba de gran poder de convocatoria, y de que ese modelo de negocio funcionaba bien. Así que decidió repetirlo cuatro veces al año, compaginándolo con sus directos de moda en Instagram, donde contaba con una gran comunidad gracias a su blog. Al llegar la pandemia y golpear al turismo y al lujo, se le ocurrió ofrecer a las marcas de alta gama el servicio de Potential Clients, ya que tenía «la base de datos de clientes con poder adquisitivo de la etapa de los Pop-ups». La primera marca que accedió fue Stella McCartney: «Salió de manera muy natural. Llegué como clienta buscando unas zapatillas y terminé saliendo una colaboración interesante». Comenzó entonces a organizar presentaciones para clientes potenciales de las nuevas colecciones que llegan a tienda, ejerciendo a la vez de estilista y de anfitriona.

Aunque es cierto que la marca le proporciona un resumen con los puntos clave, Linda elabora un estudio previo y recolecta toda la información posible de la firma, el diseñador y la tendencia. «Eso implica ver horas de desfiles, estudiar al diseñador y empaparte bien de la historia de la marca. Me estudio todo en casa y me lo aprendo, para luego comunicarlo en el evento de la forma más natural posible, porque hacerlo así es vital. Además, al llevar años escribiendo sobre tendencias de moda, vas entrenando la literatura».

Retiro con la familia en Bali

Tras la pandemia Linda y su familia deciden darse un «paréntesis en todos los sentidos», que los lleva a vivir un año en Bali. Es allí donde, con tiempo para pensar, se da cuenta de que quiere hacer unos cambios en su vida y enfocarse realmente en el asesoramiento y estilismos de la moda de lujo de una manera profesional, y por eso poco a poco se desliga de Instagram. «Recuerdo que el 12 de junio, día de mi cumpleaños, me desperté y le dije a mi marido: 'Creo que hoy me quito Instagram', y así lo hice. Ahora he vuelto, pero de una manera totalmente diferente».

Aprovechó el tiempo que las redes le dejaron libre para hacer un curso profesional de estilismo en una de las escuelas más prestigiosas del mundo, Instituto Marangon. «Había una sede en Dubái y tuve la oportunidad de acudir». A la vuelta a Madrid no solo seguía con su colaboración con Stella, sino que otras marcas como Chanel, Dior Beauty o las Galerías Canalejas se pusieron en contacto con ella para solicitar sus servicios. Además, comienza a ampliar los tentáculos de su trabajo haciendo Trunk Shows en Madrid y Barcelona: «un tipo de evento muy exclusivo en el que los diseñadores muestran en primicia sus colecciones y las prendas más icónicas. Mi trabajo consiste en organizar todos los looks, con sus especificaciones necesarias. Marco en la foto hasta cómo tiene que coger el bolso la modelo».

Su agenda es parte esencial de su trabajo y sabe perfectamente a quien invitar en cada evento. «La española quiere mucha privacidad y no le gusta coincidir con más de tres o cuatro personas. Así sienten cómodas». En un futuro próximo quiere ampliar este servicio hacia marcas con las que ya está en contacto como Miu Miu o Bottega Veneta. Además, está abriendo una nueva vía laboral que cruza fronteras, «con eventos con mujeres de habla hispana por el mundo. Ya tengo dos cerradas en Londres y París», desvela.