RESTAURANTES
Crítica

Parole es más que palabras, es pizza buena, bonita y barata

Parole

4 estrellas
  • Cocina italiana
  • Madrid
  • Precio medio: De 30 a 40 euros

Desglose de valoraciones

  • Cocina
    4 estrellas
  • Servicio
    4 estrellas
  • Bodega
    3 estrellas
  • Decoración
    4 estrellas

"Parole", como la alegre canción de Mina y Alberto Lupo que quizá recuerden los lectores talluditos, pero aquí coronando la puerta de una pequeña pizzería a finales de Ponzano. Y alguno se extrañará: "Pues esto se llamaba Mister 01, y también era pizzería". Pues sí, y el patrón supremo era el mismo, Renato Viola, un pizzaiolo nacido en la costa amalfitana, entre los más famosos, que ganó un concurso de la mejor pizza del mundo y, emigrado a Miami desde 2014, se convirtió en una superestrella internacional que, en algunas de las sucursales -Italia, Nueva York- de su restaurante Visa 01 de Florida, ofrece la pizza más cara del mundo. (Lo de Visa 01 es por el visado especial para personas muy talentosas que Estados Unidos concede a algunos inmigrantes).

A Madrid llegó haciendo mucho menos ruido y, de hecho, sólo se ha consolidado cuando ha reconvertido su restaurantito completando su oferta con una selección de escalopes a la milanesa, y se ha arropado -él sigue centrado en Miami- con un grupo de amigos y socios de aquí, entre los que están los hermanos Galán, propietarios del grupo hostelero La Misión, y Manolo Quijano, miembro del grupo musical Café Quijano.

Con entrantes variados, milanesas y postres, ya no estamos ante una mera pizzería, sino ante una taberna, una tavernetta popular italiana, y a precios igualmente populares, cosa que sorprende bastante en este Madrid para millonarios, y conociendo el historial del patrón. Un lugar agradable, asequible, y donde nos ha llamado la atención el muy buen nivel medio de los platos. Como para ponerse a soñar, si cayésemos por Nueva York, con el día en que pudiéramos permitirnos esa Pizza Louis XIII con tres tipos de caviar, sevruga y beluga, bogavante y demás fruslerías... 10.000 dólares, por cierto (para dos, eso sí).

En Ponzano estamos en un local sencillo, alegre y luminoso donde entramos en materia con clásicos italianos: un carpaccio de solomillo de ternera crudo, finamente cortado, y con la clásica salsa turinesa de atún, la del vitello tonnato, y unas alcachofas asadas con guanciale (careta de cerdo) y aceite de sésamo.

Luego, junto a las milanesas clásicas de ternera y pollo, las hay variadas con nombre propio como esa Cardinale de pollo, con quesos stracciatella y parmesano, rúcula y tomate natural. Fina y sabrosa. Y el gran capítulo es el de las pizzas, de tamaño individual, con un par de ellas en forma de estrella, star pizzas, que Viola hizo famosas en Miami. De masa muy fina, muy crujiente, y complementos bien elegidos, son efectivamente de las que crean adicción. Probamos la José M. Cano (que es el ex componente de Mecano que no sale hoy en las noticias; otro toque musical, tras el de Quijano, aunque el artista ahora se dedica a la pintura en Londres): salsa de tomate italiana, mozzarella fior di latte, gorgonzola, auténtico jamón friulano de San Daniele y aceite de trufa blanca. Aquí, un reproche inevitable: ese aceite artificioso no tiene nada que ver con la verdadera trufa blanca, ya lo sabemos muchos, pero se perdona porque el conjunto es suculento.

Para otro día quedará la star Beckham, al parecer la favorita de la leyenda del fútbol.

La buena torta della nonna, de limón y almendras, es uno de los tres postres que ofrecen. Y queda el capítulo líquido, con varios cócteles, del negroni al spritz, que llegan ya mezclados en una botellita, y una muy breve oferta de vinos españoles e italianos por copas o por botellas. Eso se podría mejorar, sin duda, como lo del aceite de trufa, y todo quedaría perfecto.

Si subrayamos al final que el festejo, sin duda muy sencillo y sin pretensiones gastronómicas altisonantes, puede salir entre 30 y 40 euros por barba, la cosa queda clara: en Madrid necesitábamos más de lo "bueno, bonito y barato". (Por cierto, a mediados de agosto cerrarán unos días por vacaciones. Ya saben: ya, o después).

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