Para ilustrar el Jornal de hoy hemos plagiado un escribidor de Neil Toulch, y también su obra An Allegory of Truth Unveiling and Time; habríamos preferido que fuese una Verdad emergiendo del pozo, con todo el pus, pero no había versiones tan molonas como esta. En nuestra versión de la versión, el diarista escribe poseído por un afán y asistido por una fan, o viceversa, desnudo y perniabierto como la Verdad misma. Y la Verdad misma está a su lado, desvelada por el Zeitgeist y mostrando un espejo en el que todos, lo mismo Orriols que Illa que Puigdemont, se ven como Orriols.
Orriols y su reflejo ríen en estéreo: «Yo soy vosotros y vosotros sois yo». Querría Illa correr otro estúpido velo; pero el infeliz no comprende que, dado que lo discreto es discontinuo, toda continuidad es indiscreta por definición. No puedes escapar de un juicio analítico a priori, Illa. Nadie puede salvarte, Salvador.
(Terminado el domingo veintitrés de febrero, tarde, exigiendo la reconstrucción de Ciudadanos, aquel puente sobre puses turbulentos.)