- Jordi Basté "Durante el 'procés' muchos periodistas nos equivocamos: me hubiera gustado ser el árbitro y no lo fui"
- Pablo Chiapella "No se me han caído los anillos. Me he vestido de romano, he sido gigoló... No tenía un duro"
- Cuántos buenos podcast han surgido de la necesidad.
- Totalmente. Escribía novela negra, me autopublicaba y no me daba para vivir. Me presentaba a mil trabajos como guionista, enviaba mil currículos, pero fichaban a gente más joven. Y de ahí surgió 'Criminopatía'. Necesitaba atraer lectores para mis novelas y, al mismo tiempo, demostrar que sabía escribir. Ahora, por suerte, vivo del podcast.
- Hoy tendrá varias editoriales esperando en la puerta de casa.
- He hablado con editoriales, sí, pero todo el mundo quiere que escriba no ficción y yo no soy periodista. Para el podcast recopilo mucha información publicada en los medios y la explico a mi manera, pero hacer un libro ya me parece demasiado intrusismo. Hay quien lo hace, pero yo no lo veo. Además, antes las editoriales no me hacían caso, y ahora no sé cómo valorar esas ofertas.
- ¿El éxito del 'true crime' supone el éxito del morbo?
- No creo. Más que por morbo, el 'true crime' engancha porque es más fácil empatizar e involucrarse emocionalmente en un caso real. Habrá gente morbosa, pero la mayoría quieren comprender lo ocurrido, explorar el ser humano. Además es un género que encaja muy bien en el podcast, en el audio, y eso ha creado un cierto fenómeno fan. Cuando salió el documental sobre Jeffrey Dahmer en Netflix, muchos oyentes me pidieron que hablara de él porque se habían acostumbrado a que yo les explicara los casos.
- Su tono está muy medido.
- Por un lado está el tono, que es muy relajado, algo monótono, que me sale natural y por el otro lado el guion. Intento que no haya mucho amarillismo, no caer en detalles escabrosos. Hace poco, escuché un podcast que narraba el caso de un niño asesinado y decía: «Le pegaron 20 puñaladas en su cuerpecito». No hace falta exagerarlo así.
- ¿Hay algún caso que haya decidido no explicar precisamente por eso?
- La mayoría de casos que descarto es porque hay poca investigación policial y no veo historia. Me interesa la inteligencia humana, el trabajo policial, la criminología, y necesito que el expediente sea extenso. Por eso no he explicado el caso de Anna y Olivia en Tenerife, por ejemplo. Y luego hay casos bestias, claro. El episodio que hice sobre el asesino de la caja de juguetes, David Parker Ray, en Estados Unidos, ya me pareció límite, pero descarté otro, el asesinato de Junko Furuta, en Japón, porque me hubiera obligado a una larga narración de torturas.
- ¿Entrevistaría a José Bretón?
- No soy periodista, pero creo que sí. Entiendo la curiosidad periodística de querer conocer los motivos de un crimen, pero también existe la responsabilidad de saber qué quiere el asesino y, sobre todo, de no hacerle un favor. Hay dos caras, es un equilibrio complicado. Un día una juez me sorprendió porque me dijo que no veía mal que un asesino cobrara por aparecer en televisión siempre que se aplicaran los mecanismos judiciales para hacer que ese dinero fuera a las víctimas.
- ¿Ha hablado con algún familiar de una víctima de un asesinato que haya explicado en su podcast?
- No directamente, pero me han llegado reacciones. Intento ser super respetuosa y si la familia de una víctima pide que no se hable de su asesinato, no lo hago. El episodio sobre Gabriel Cruz lo hice antes de que la madre se pronunciara, después no lo habría hecho. También hay familias que agradecen que se narre lo ocurrido para concienciar sobre determinadas cosas o para hacerle un homenaje a la víctima.
- ¿Algún caso le quita el sueño?
- El crimen de Susqueda (Girona) [los cuerpos de dos jóvenes fueron encontrados en el interior de un embalse en 2017 y no se ha resuelto]. Me queda muy cerca porque vivo en el pueblo vecino. He criticado el trabajo policial y me sorprende que no haya fiscal, que pueda archivarse. Se están haciendo descubrimientos, pero por parte de internautas. Hace poco me escribió un oyente y me dijo que había una foto de satélite de 90 minutos después del crimen en la que se ve el embalse de Susqueda. Hablé con los Mossos y con periodistas y, al final, la compré. La foto demuestra que el coche no estaba donde se supone que tiraron los cuerpos al agua, pero no se está investigando. Es un caso que me quita el sueño.
- ¿Escucha 'Crims' o 'Territorio Negro', su competencia en el podcast?
- Los escucho, aunque ahora menos. Antes escuchaba 'Crims' siempre y por eso hice 'Criminopatía' en castellano, porque pensaba que nunca lo haría mejor que 'Crims'. 'Territorio Negro' también lo escuchaba mucho porque Marlasca tiene muy buenas fuentes, es muy interesante. Pero, si te digo la verdad, ahora intento escuchar menos true crime. Me encanta un podcast americano que se llama 'Welcome to Night Vale', una comedia con ciencia ficción y sátira política.
- ¿De dónde le viene la fascinación por lo criminal?
- Recuerdo ver de niña un 'Informe Semanal' en el que explicaban el caso de 'el niño de Somosierra' y decían que lo habían deshecho en ácido y eso me dejó impactada. Pero imagino que sobre todo por un programa de Chicho Ibáñez Serrador que se llamaba 'Historias para no dormir' o de los libros de Agatha Christie o de Hércules Poirot, que me encantaban.
¿Cuál es la pregunta más impertinente que le han hecho? ¿Y qué respondió?
Respuesta. Cuando digo que me dedico a hacer un podcast algunos me preguntan si me da para vivir y así insinúan que soy una mantenida. No me gusta nada que me lo digan.