Reconoce Joaquín Sánchez que, aunque llevaba tiempo preparándose para la despedida de los campos de fútbol, el día después fue complicado, porque "por mucho que te prepares, por mucho que te mentalices, por mucho que tengas tu vida organizada, es un momento difícil porque lo único que he hecho en toda mi vida es jugar al fútbol". Asume que es un privilegiado, que sigue ligado a su Betis del alma y que años antes de la retirada definitiva descubrió la televisión, el mundo que, aunque humilde, cada vez controla mejor.
Y es en la televisión donde ha encontrado su reinvención. Primero fue El Novato, después llegó Emparejados y, desde este miércoles, llega al prime time de Antena 3, El Capitán en América, un road trip en el que la familia Sánchez Saborido cruza el charco, se instalan en una caravan y recorren la Costa Oeste de EEUU, haciendo cómplices de su inusual viaje a todos los espectadores.
"Hemos conseguido el reality más auténtico que se ha hecho en España", afirma Javier Ruiz, director del programa y, seguramente, el hombre que hizo que Joaquín amase la televisión como la ama ahora, pues con él y con Proamagna, la productora de El Capitán América, ha hecho también El Novato y Emparejados, programa que, tal y como ha confirmado, Carmen Ferreiro, directora de Entretenimiento de Atresmedia, ya está preparando nuevas entregas.
"Nunca se ha enseñado a una familia con tanta autenticidad y con tanta verdad", sentencia Ruiz. Y es que, tal vez, la clave de El Capitán en América sea precisamente eso, que ni Joaquín, ni Susana Saborido, su mujer, ni sus hijas, Salma (14 años) y Daniela (18 años), ocultan en ningún momento cómo son. "Toda la familia ha sido de una generosidad y de una verdad que es sorprendente. Ese es uno de los valores del formato. Llevo muchos años haciendo televisión y nunca había visto tanta realidad y tanta verdad como la que muestran Joaquín y su familia", añade Ferreiro.
A lo largo de los ocho capítulos que conforman El Capitán en América, la familia recorrerá una de las rutas más icónicas de Estados Unidos. Visitarán cuatro estados: California, Arizona, Utah y Nevada en un viaje repleto de contrastes. Desde ciudades cosmopolitas como Los Ángeles y San Francisco, famosas playas, hasta inmensos desiertos; desde la naturaleza más salvaje, hasta la locura de Las Vegas. Un total de 3.000 km por el asfalto que convierten este viaje en una gran aventura.
El leit motiv del programa es sencillo. Tras más de 20 años dedicado por completo al fútbol profesional, una vez retirado, Joaquín quiere recuperar todo el tiempo perdido con su familia. Para ello, organiza un viaje sorpresa a su mujer y a sus dos hijas por la Costa Oeste de los Estados Unidos. Lo que no esperaba la familia es que Joaquín decidió hacer la mayor parte del viaje en una caravana y, por tanto, no les quedó otra que compartir menos de 20 metros cuadrados durante demasiadas horas.
"Ha sido una experiencia brutal en todos los sentidos"
"He descubierto que son más 'jartibles' de lo que creía", afirma Susana Saborido entre risas. Es decir, que Joaquín y sus hijas son mucho más pesados de lo que "el pilar fundamental" de la familia podía llegar a imaginar. Lo dice en tono de humor, pero la realidad, y así se verá en el programa, es que El Capitán en América ha supuesto el reencuentro de Joaquín con su familia después de toda una vida dedicado a su carrera futbolística. "Las horas de viaje en caravana han sido momentos mágicos que en casa, por circunstancias del día, no podíamos, y, de esta manera, mis hijas se han abierto un poquito más a mí. He ganado confianza con ellas y he ganado que ahora me puedan contar cualquier cosa del día a día que antes sólo contaban a su madre", cuenta el ex futbolista.
"Ha sido una experiencia brutal en todos los sentidos", continúa Joaquín, "porque era la primera vez que nos desplazamos tan lejos, tanto tiempo y los cuatro juntos". "Esa verdad que intentamos mostrar sobre cómo somos, sobre una experiencia en la que nos ha pasado de todo, es porque intentamos no contagiarnos de cosas que no nos atraen. Somos sencillos y normales porque disfrutamos como somos, y no nos contagiamos de lo que no se identifica con nosotros", afirma Joaquín que no quiere dar más detalles. Porque el reality de una familia y de un futbolista no es algo nuevo. Georgina y Cristiano ya tienen el suyo propio, pero poco tiene que ver con el de Joaquín. "No lo he visto y no puedo opinar", confiesa Joaquín. "Yo no opino, pero no me importaría tener los bolsos que ella tiene", añade entre risas Susana. Y así todo el día, ya así todo el viaje. Porque "esto es un viaje con el que cualquier familia, sea o no sea conocida, se va a identificar", culmina Ruiz.
Joaquín y Susana llevan juntos 25 años. Se conocieron en el año 2000 y tan solo cuatro años más tarde, se casaron en el Puerto de Santamaría. Tienen a Salma y Daniela, y los cuatro forman una familia tan peculiar, como unida.
Joaquín describe a Susana como "el pilar fundamental del hogar"; la que consigue que, a pesar de las continuas riñas familiares, siempre estén unidos. Susana siempre ha apoyado a su marido y ha sabido mantenerse en un segundo plano. Sin embargo, desde hace algunos años, su figura ha ido cobrando mayor protagonismo y ha participado con él en algunos de sus retos profesionales en televisión. Por eso El Capitán en América no es el nuevo programa de Joaquín, es el nuevo programa de su familia.
Y eso que, aunque ahora recuerdan la experiencia con cariño, ambos, especialmente Susana, reconocen que al principio "fue muy duro". Susana se pasó buena parte del viaje con una conjuntivitis vírica que le hizo tener la cara como un Ecce Homo durante casi toda la grabación. Joaquín empezó grabando sin pelo y después se hizo un implante. ¿Qué hicieron? Pues sacar esa verdad que no quieren ocultar. Con la ventaja, además, de estar en un lugar donde Joaquín era un absoluto desconocido.
"La sensación de poder disfrutar las cosas sin estar pendiente de que la gente te pueda grabar, bañarte en pelotas en el Cañón de El Colorado..."
"La sensación de poder disfrutar las cosas siendo como eres, sin estar pendiente de que la gente te pueda estar grabando, bañarte en pelotas en el Cañón de El Colorado... Eso lo he disfrutado mucho. Hemos disfrutado mucho porque era estar con mi familia y sólo con mi familia", confiesa el eterno capitán.
Lo han disfrutado tanto que, peleas aparte, como las de cualquier familia, se han reencontrado de nuevo, se han descubierto, se han dado cuenta que se conocían más de lo que ellos creían y han vivido una auténtica aventura que "sólo con su generosidad" podía hacerse, afirma Ferreiro. Esa generosidad les ha llevado a casarse en Las Vegas, a cabrearse en el parque de Yosemite porque estaban hasta el moño de andar, a darse cuenta de que "la responsable" de la familia es Daniela, de que "la inocencia" es Salma y de que Joaquín es... "por encima de todo, buena persona".
"No me arrepiento del dolor que pasamos allí porque lo he disfrutado al máximo. Hasta en el motel de mala muerte nos reímos", sentencia Susana. Eso sí, ninguno de ellos cambia España por EEUU -"El día a día es muy estresante y yo me quedo con España", dice Joaquín-. Eso sí, si se tiene que quedar con algún sitio, "me quedo con Las Vegas". Habrá que ver la que lía en Las Vegas, avisa Susana.