Difícil es de olvidar todo lo que ocurrió en la edición pasada de Eurovisión con la participación de Israel. La guerra en Gaza provocó una ola de rechazo a que Israel estuviera en el Festival Europeo de la Canción. Hubo manifestaciones, protestas, críticas a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizador de Eurovisión, y de nada sirvieron, pues la UER prefirió no entrar en terreno pantanoso, pese a que años antes sí lo había hecho con la guerra en Ucrania, prohibiendo la participación de Rusia, que hoy por hoy sigue fuera del Festival.
Hasta tal punto llegaron las tensiones en Eurovisión 2024 que la presencia de la delegación de Israel en Malmö, Suecia, llevó a más de un enfrentamiento con la prensa, e incluso con otras delegaciones. En todo momento, RTVE prefirió mantenerse a un lado y no entrar en ningún tipo de polémica, pese a que buena parte de la sociedad reclamaba a la Televisión Pública que se mojase y solicitase a la UER que no permitiera la participación de Israel en el Festival.
En Eurovisión 2025, pese al fin de la guerra en Gaza, parece que volverá a repetir la historia. Israel va a estar en Basilea y, aunque en esta edición, de momento, parece que la cosa está más tranquila, por parte de España, por parte de RTVE sí que ha habido un cambio. La Televisión Pública, presidida desde hace unos meses por José Pablo López, y con un nuevo Consejo de Administración, no ha solicitado la expulsión de Israel de Eurovisión, pero sí ha dado un paso que hace unos meses era imposible de imaginar para que no afectase a la relación de RTVE con la UER.
Según ha comunicado la Corporación Pública, conforme a los acuerdos alcanzados por la mayoría del Consejo de Administración, "el presidente de la Corporación RTVE se ha dirigido por carta al director general de UER, Noel Curran, para solicitar la apertura de un debate en el seno de la organización sobre la participación de la televisión pública de Israel (KAN) en el próximo Eurovisión Song Contest que se celebrará en mayo en la ciudad de Basilea".
En dicha carta, RTVE traslada a la UER "su compromiso con el Festival, pero también reconoce las preocupaciones planteadas por diversos grupos de la sociedad civil en España con respecto a la situación en Gaza y la participación de la tv pública KAN en el concurso".
"RTVE considera que sería apropiado que la UER reconozca la existencia de este debate y facilite un espacio de reflexión entre las emisoras miembros de UER sobre la participación de la tv pública israelí KAN", afirma el comunicado del ente público.
Aunque pueda parecer que abrir un debate es menos de lo que debería hacer la Televisión Pública española, la realidad es que supone un gran paso porque sólo el simple hecho de enviar la carta ya supone que RTVE se ha posicionado. Ha pasado de no querer oír hablar del tema y evitar cualquier comentario al respecto, a ser uno de los pocos países que ha instado a la UER, al menos, a debatir sobre la participación de Israel. Aunque la carta no habla de posicionamientos, no hay duda de que la nueva RTVE no ve con buenos ojos que Israel siga participando.
Aunque Israel no forma parte del continente europeo, Israel ha participado en 51 ocasiones en el Festival de la Canción de Eurovisión desde su debut en 1973. A pesar de que no esté geográficamente en Europa, Israel participa en el festival por ser miembro activo de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), como ocurre con la televisión turca y marroquí.
Para Israel, Eurovisión es mucho más que un simple festival de música, pues se trata de una puerta directa a los hogares de sus socios occidentales y una manera proyectar una imagen de tolerancia, modernidad y apertura, que poco tiene que ver con la realidad. De hecho, algunas de las mayores polémicas con la participación de Israel provienen de sus canciones donde es habitual que lancen mensajes políticos, prohibidos por las normas de la UER.
Israel no es parte del Big Five -grupo de países privilegiados, formado por España, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido, que pasan directamente a la final de Eurovisión cada año-. Su historia en el festival se remonta a 1973, cuando logró un cuarto puesto en su debut con Ey Sham, de Ilanit. Desde entonces, ha participado en 40 ocasiones.
Israel se ha hecho con el micrófono de cristal en cuatro ocasiones. La primera vez, en 1978, cuando Izhar Cohen y Alphabeta se impusieron con el tema A-ba-ni-bi. Al año siguiente, Gali Atari y Milk and Honey repitieron el primer puesto con la canción Hallelujah. La tercera victoria llegó en 1998, con Diva, de Dana International; y la cuarta, la más reciente, en 2018, año en que Toy, de Netta, consiguió el primer puesto.