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Le trae buena suerte, está claro. La relación de la Reina Letizia y el color rojo es digna de tesis doctoral (ahora viene un hater a decir que vaya frivolidad y tal y cual, por supuesto) sobre la relación del estado de ánimo con los colores. Porque aparte de estrenar vestido rojo en un contexto donde el rojo era el color dominante con el negro, la Reina, al igual que el Rey, parecía honestamente feliz. Durante la recepción, en el patio de la histórica Universidad de Alcalá de Henares, ambos se mostraron sonrientes, felices en la situación. Y eso que el día había amanecido frío y nublado.
A lo que íbamos. Que la Reina Letizia, tan dada a recuperar de su fondo de armario, de forma muy estratégica, prendas usadas meses o incluso años atrás, esta vez quiso estrenar porque sin duda la ocasión le hacía especial ilusión. Ignoramos si el propósito de regresar al rojo fue conciliar cromáticamente con el entorno académico o sencillamente decidió volver a su color fetiche, que sabe bien hasta qué punto la favorecey la define, y que tradicionalmente ha sido el color de los reyes (con permiso del púrpura). El resultado era notablemente llamativo, a pesar de la censura impuesta a la visión completa del vestido por el abrigo.
Porque, de hecho, el rojo también estuvo presente, aunque en su forma burdeos, en el clutch de piel de cocodrilo, en los zapatos, unos salones cerrados de tacón kitten de la marca Magrit, y en los pendientes de rubíes (regalados por su suegra la Reina Sofía en el compromiso con Felipe) muy apropiados para una ceremonia de este cariz.
El vestido, de color rojo cereza, destacaba por la falda midi de amplia capa que producía grandes pliegues en la parte delantera, asimétrica, más corta por delante que por detrás. De manga larga y estrecha, el vestido fiaba toda su espectacularidad a esa falda que al andar resultaba muy llamativa gracias a su vuelo.
La capa negra corta, que ya le hemos visto antes a Doña Letizia, se cerraba en la parte superior con un cuello de pelo sintético muy calentito. Es una prenda de Carolina Herrera de la que la Reina ha adquirido varias versiones, en colores diferentes.