CIENCIA

Asteroide

La NASA vuelve a disparar el riesgo de que 2024 YR4 impacte contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032

La NASA calcula que hay un 2,3% de probabilidades de que el asteroide, de más de 50 metros, acabe impactando contra nuestro planeta

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Actualizado

La Agencia Espacial y la NASA han vuelto a recalcular sus previsiones, y las probabilidades de que el asteroide 2024 YR4 choque contra la Tierra el próximo 22 de diciembre de 2032 se han elevado hasta el 2,3%.

El asteroide, de más de 50 metros, fue descubierto el pasado 27 de diciembre con un telescopio situado en Río Hurtado (Chile), provocando que la ONU activara por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria. 2024 YR4 podrá seguir observándose hasta abril, cuando volverá a alejarse de la Tierra siguiendo su órbita alrededor del Sol. Volverá a visitarnos en diciembre de 2028, aunque de nuevo sin riesgo de impacto, pero según la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), para 2032, en concreto, para el 22 de diciembre, debemos estar preparados.

Desde su descubrimiento, las previsiones de impacto se han ido recalculado, siempre en contra de la Tierra. Inicialmente el riesgo era del 1,2% para que el impacto se produjera en algún momento de los próximos 50 años. El martes las probabilidades aumentaron hasta el 1,6% y, ayer jueves, hasta el 1,9%.

Para saber más

En estos momentos las probabilidades de impacto son mayores al 0,001% que existe, por ejemplo, de que a uno le toque el Gordo de Navidad, o a la probabilidad, que es de uno entre un millón, de ser impactado por un rayo.

Se trata del primer asteroide en estar en nivel 3 de la llamada 'escala Torino', lo que implica que este objeto tiene más de un 1 % de posibilidades de impactar en la Tierra y mide entre 40 y 90 metros de diámetro.

Si se produjera una colisión, el denominado pasillo de riesgo es en estos momentos el océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico, África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.

Si impactara con la Tierra los daños podrían ser similares a los causados en 1908 por un meteorito en Tunguska (Siberia), donde arrasó una extensión similar a la isla española de Gran Canaria.

Vista del asteroide 2024 YR4 captado por el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Vista del asteroide 2024 YR4 captado por el Instituto de Astrofísica de Canarias.IAC

Por ahora, el asteroide se puede ver desde los observatorios terrestres, pero a partir de finales de abril dejará de ser visible desde la Tierra y se deberán utilizar otros telescopios de mayor precisión.

Por eso se harán mediciones con el telescopio espacial James Webb, "el más potente del momento", según explicó explicó el jefe de la Oficina de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA), Richard Moissl.

Este telescopio, desarrollado por 14 países y lanzado al espacio a finales de 2021, se encuentra a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, justo enfrente del Sol.

Según el experto, James Webb permitirá calcular el diámetro exacto del objeto, un dato esencial para evaluar su riesgo, pues por el momento se desconoce con exactitud su tamaño.

"Tenemos pistas que nos hacen pensar que es un asteroide de composición pétrea, que probablemente mida entre 40 y 90 metros de diámetro, normalmente tirando a la baja", detalló Moissl.

En caso de que se confirmara que el tamaño es superior a los 50 metros de diámetro, "el asunto sería más complicado", pues si colisiona en una ciudad o en una zona muy poblada "esa zona desaparecería del mapa", aseguró el experto alemán.

A su vez, Moissl vaticinó que el escenario más probable es que para mediados de marzo o principios de abril se reduzca a cero el porcentaje de posibilidades de impacto con la Tierra.

"La educación sobre este tema es muy importante. La gente tiene muchas ideas erróneas sobre asteroides, a menudo por las películas de Hollywood, en las que el fin del mundo es la única opción. Esto genera una preocupación innecesaria", aseguró Moissl.

A lo largo del año 2029 se realizarán campañas educativas y actividades de divulgación con el respaldo de la ONU y de entidades como la Unión Astronómica Internacional.

"Queremos educar sobre qué significan esos porcentajes, que un asteroide de 1 metro no es un gran problema, pero uno de 100 metros sí podría ser mucho más serio", concluyó Moissl.