CRÓNICA
Cosa Nostra

En las calles de Sicilia donde el 'capo dei capi' era invisible': "La 'omertá' es el veneno que deja la mafia"

El reportero recorre los dos pueblos sicilianos claves en los últimos 30 años del jefe de la Cosa Nostra. Y habla con un primo de Messina, hijo de un arrepentido. Una vecina: "Hablaba poco, decía que era doctor. A veces paseaba con el mismo gorro con que lo detuvieron"

En las calles de Sicilia donde el 'capo dei capi' era invisible': "La 'omertá' es el veneno que deja la mafia"
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En Campobello di Mazara, el pequeño pueblo siciliano en el que el capo Mateo Messina Denaro se había refugiado en los últimos tiempos, todo son miradas esquivas y explicaciones vagas estos días. Una señora asoma la frente por detrás de la puerta y mira hacia los carabinieri que están registrando una de las casas usadas por el mafioso detenido. Cuenta que se enteró del arresto cuando la llamó su hija, a mitad de mañana del pasado martes.

-Mamá, tenías de vecino a sólo unas casas al demonio, a Messina Denaro.

-¿Qué dices?

-Pon la televisión. Están registrando una vivienda a unos metros de la tuya.

«Era verdad», explicaba este jueves la mujer, que al conocer la noticia se quedó sentada, en silencio, delante de la pantalla de su televisor durante media hora. «Y ahí siguen todavía, buscando y buscando», le cuenta a Crónica.

¿Nunca lo vio, jamás se lo cruzó por la calle?, le pregunta el reportero. «Claro que sí, pero no supe que era él. Hubiera llamado a la policía para avisar, de haberlo reconocido».

La señora cuenta de Messina Denaro, quien se hacía pasar por otro vecino del pueblo, el topógrafo Andrea Bonafede, que el capo solía saludarla, que se le veía caminar solo por los campos que rodean el pueblo y que salía a hacer la compra, tomar café o comer pizza como cualquier otra persona de Campobello.

Una de las tres viviendas que registraron los 'carabinieri' tras la detención de Messina Denaro.
Una de las tres viviendas que registraron los 'carabinieri' tras la detención de Messina Denaro.A. LOZANO

«Decía que era doctor. Siempre se mostró educado. Poco hablador, pero educado», añade la mujer. «A veces salía con gorro, como el día que lo apresaron. ¡No puedo creer que tuviera al mayor mafioso del mundo viviendo a unos pasos de mí!», se lamenta con gesto grandilocuente.

Parece que Mateo Messina Denaro empleó la estrategia de mostrarse ante sus vecinos en Campobello para pasar como un hombre libre más, sin miedo a su detención. Hasta se había puesto la tercera dosis de la vacuna contra la Covid. «Esa es la mejor forma de pasar desapercibido. Ahora que los vecinos han visto su foto, muchos lo han reconocido. Se movía como un ciudadano corriente», cuenta Giuliano Panierino, jefe de la policía local del pueblo.

La vivienda en la que se ocultaba Messina es propiedad de Bonafede, el hombre que le prestó su identidad. Ante los carabinieri, reconoció que él y el capo se conocían desde críos y que adquirió el inmueble con dinero del mafioso.

La visita al oftalmólogo en Barcelona

Testimonios de otros gánsteres arrestados en los últimos años señalaron que durante su huida Messina Denaro se hizo una cirugía plástica en Bulgaria para cambiar su rostro, que el 6 de enero de 1994 viajó hasta Barcelona a operarse el estrabismo en la clínica Barraquer, donde se registró con su verdadero nombre, o que realizó viajes románticos con amantes a Suiza o Grecia. Ahora ha sido capturado gracias a las intervenciones telefónicas a algunos parientes y el cruce de información con bases de datos de enfermos de cáncer de toda Sicilia.

En su pueblo natal, Castelvetrano, a nueve kilómetros del lugar en el que se escondía, los vecinos del capo dei capi rememoran algunos pasajes vitales que acompañan al mafioso detenido. Lu siccu, (el Flaco), como le apodan en dialecto siciliano, desapareció el verano de 1993, cuando se dictaron las primeras órdenes de arresto contra él y otros mafiosos que habían participado en distintas masacres terroristas ordenadas por la cúpula de Cosa Nostra. Siempre se ha pensado que su padre, don Ciccio, otro capo de la comarca siciliana de Trapani, le dio cobijo en sus primeros años de huida.

Messina padre llevaba tres años en busca y captura, y sabía lo que se hacía para no ser detenido. Murió sin ir a la cárcel, en 1998, de muerte natural. Su hijo Mateo lo vistió con un traje para el funeral. Dejó su cuerpo a las afueras de Castelvetrano para que la policía lo encontrase. «No asistió a su entierro, pero a él ya le valía ese gesto», cuenta una anciana de la localidad que dice haber conocido a don Ciccio y a su hijo Mateo. Desde entonces, cada 30 de noviembre alguien manda publicar en Il Giornale di Sicilia una esquela por la muerte del señor.

Pese a ser de Castelvetrano, Messina Denaro se ganó la confianza de los corleoneses que le antecedieron al frente de Cosa Nostra, Salvatore Riina y Bernardo Provenzano. De una generación anterior, ambos nacieron y se criaron a 70 kilómetros de él. Totò Riina siempre vio como su mejor discípulo a Mateo.

las tres vacunas

En el ambulatorio público de Castelvetrano, levantado sobre unas instalaciones confiscadas hace años a su organización, fue donde Messina Denaro se vacunó contra el Covid.

Ahora, cuando se van conociendo algunos detalles de su vida durante sus 30 años prófugo, resulta sencillo pensar que en este pueblo de 31.000 habitantes seguía teniendo gente que también lo protegía, aunque otros muchos se manifestaron el pasado miércoles por el centro con pancartas contra la mafia y en favor de la memoria de las víctimas.

Messina Denaro, tras ser detenido por los 'carabinieri'.
Messina Denaro, tras ser detenido por los 'carabinieri'.CARABINIERI

Aquí siguen viviendo algunos parientes del capo, como Giuseppe Cimarosa, el hijo de un mafioso arrepentido -el único- del clan de Messina Denaro. Se llamaba Lorenzo y era un empresario local metido a gánster. Murió a los años de su confesión.

matrona en el parto de mateo

Los vínculos de Giuseppe con los Messina Denaro no terminan ahí. Su abuela fue la matrona que ayudó a la madre de Mateo durante el parto. Y su propia mamá es prima hermana del mafioso. Los Cimarosa no guardan contacto con el ahora preso en una cárcel de máxima seguridad en el centro del país.

Tras intentar dar con Giuseppe durante horas, el pariente atiende unos minutos al teléfono. Asegura que la omertá, la ley del silencio que hace imperar la mafia siciliana como propio código interno, sigue presente en el pueblo que vio nacer al hasta hace unos días hombre más buscado de Italia. «Aquí y en toda la isla sigue imponiéndose el silencio. Es el veneno que ha dejado la mafia en la sociedad. Todavía hay gente asustada que seguirá callando, aquí y en todo el país», dice.

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