LITERATURA
Literatura

Rebelión de librerías de toda España contra el libro de José Bretón: "Habrá gente morbosa que querrá leer esa mierda, pero no se lo vamos a dar"

Varios comercios avanzan que no venderán 'El odio', mientras la Fiscalía de Menores carga contra el juez y reitera su petición de paralizar su publicación

José Bretón, durante una de las sesiones del juicio en la Audiencia de Córdoba.
José Bretón, durante una de las sesiones del juicio en la Audiencia de Córdoba.Madero Cubero
PREMIUM
Actualizado

Hoy, 26 de marzo, era el día fijado para que El odio, el libro sobre José Bretón escrito por Luisgé Martín y editado por Anagrama, viera la luz. Pero ni hoy saldrá a la venta, ni está fijada una nueva fecha, ni está claro que la vaya a haber. Porque la polémica a su alrededor lo ha ido devorando todo. Y aunque la primera resolución judicial descartó frenar su publicación, hay librerías en todo el país que se niegan a venderlo en mitad de un enconado debate público y un cruce de acusaciones entre la Fiscalía de Menores y el juzgado de primera instancia de Barcelona que instruye el caso.

Al menos seis negocios con los que se ha puesto en contacto este diario, repartidos por toda la geografía española, ya tienen tomada la decisión de que El odio, sin importar que haya o no una resolución judicial, no esté en sus estanterías. Sus motivos para no comercializar el libro confluyen en «el daño» que éste puede hacer en la figura de Ruth Ortiz, ex mujer de José Bretón y madre de los dos niños asesinados por éste en el año 2011. Precisamente fue ella quien inició el proceso judicial con una denuncia a partir de la cual la Fiscalía de Menores de Barcelona solicitó el secuestro del libro de Luisgé Martín.

Para saber más

Denegado ese embargo por el Juzgado de Instrucción número 39 de Barcelona, la Fiscalía arremetió ayer contra el juez y solicitó a la Audiencia Provincial que se paralice de forma urgente la publicación del libro. En su escrito, el Ministerio Público acusa al juez de «desconocer la existencia de los mecanismos legales» para proteger los derechos de los menores, culpa a Anagrama de haber «incumplido» la obligación de dar traslado al fiscal del contenido del libro con suficiente antelación para poder valorarlo y alerta de que El odio puede suponer «un grave e inminente riesgo de intromisión ilegítima». Es un argumento casi idéntico al que esgrimen las librerías que ya han optado por no vender el libro.

«Hemos tomado la decisión de no venderlo por una cuestión feminista, no tiene ninguna otra motivación», explica María José Porras, encargada de la Librería Picasso, que tiene sendos locales en Granada y Almería. La decisión ya la habían tomado antes de que el martes se hiciera pública la decisión del juzgado de no permitir que se frenara la venta del libro. «Esperamos que la editorial tome medidas, no es normal el dolor que se está permitiendo que sufra esta mujer por darle voz a un monstruo. Su dolor es el dolor de todas», exponen desde el establecimiento.

La librería El Jardín Secreto, en la localidad extremeña de Plasencia, tampoco venderá El odio. «Sería dar voz al maltrato hacia una mujer. Habrá gente morbosa que querrá consumir esa mierda, pero nosotros no se lo vamos a dar», afirma Iván Madox, propietario junto a su mujer, Judith Rico, de un negocio que es también tienda de discos. «Cuando salieron las acusaciones de agresión sexual contra Marilyn Manson dejamos de vender sus discos, aunque era uno de los músicos que más me gustaban. En estos casos no se puede diferenciar al autor de su obra. ¿Por qué deberíamos hacer lo contrario aquí?», afirma el propietario. E incide: «Os tendría que preguntar yo a vosotros, a la prensa, por qué se da voz a un asesino confeso, se ayuda a su financiación y a que se extienda su relato dando espacio a este libro».

En la zona sur de Madrid, en Parla, los cuatro socios de la Librería Carmen han tomado la misma decisión. «Todos tenemos familia y nunca hemos censurado un libro que nos haya llegado, pero entendemos que éste solo genera más odio y la madre no debe sufrir más», expone Javier López, uno de los propietarios, que se ampara en su «libertad de expresión» para decidir qué productos se venden o no en su establecimiento. «Se ha escrito mucho sobre crímenes, pero nunca había sido un tema tan del pueblo, tan reciente, tan cercano y que haga tanto daño», remarca.

Esa misma línea es la que se sigue desde la librería PicaPica, que desde «el minuto uno» tuvo claro que no iba a vender El odio en su local de Verín, en Ourense. «Me parece que es inmoral publicar este libro por el daño excesivo que produce en esa madre», argumenta María Álvarez, propietaria de este negocio gallego. «Ojalá no se venda ninguno, aunque ahora llegará a las grandes superficies y se venderá muchísimo. Aquí no lo va a encontrar nadie», agrega.

«Es un criterio personal, nosotros filtramos el contenido que se vende en nuestra librería. Igual que no vendo libros de contenido machista, de sesgo de género o sobre cuestiones que no comparto como la gestación subrogada, como el de Ana Obregón, no voy a vender este», apunta Amalia de León, propietaria de Más Que Papel. Esta librera tinerfeña tiene su negocio en la localidad de Tacoronte y tampoco allí se podrá adquirir el libro de Luisgé Martín. «Es una cuestión de respeto por la víctima, este asesino no merece que le demos voz. Estamos provocando que se vuelva a producir de nuevo un caso de violencia vicaria y nosotros no vamos a participar de esto», argumenta.

En la librería San Marcos, del casco antiguo de Sevilla, la decisión también está tomada: no se venderá. «Es una decisión que ha sido consensuada, no se quiere dar voz a un asesino», señala Alicia, encargada de este negocio. En la vecina Córdoba, lugar donde se produjeron los asesinatos, hay división "mitad y mitad" entre los libreros. Por ejemplo, el presidente de la Asociación de Papelerías y Librerías de Córdoba (Aplico), José Luis Duval, no lo tendrá en su establecimiento Boli Lápiz. "Es una decisión muy personal porque yo entiendo la postura de algunos compañeros, que lo que dicen es que la libertad de expresión está ahí, que cada uno puede publicar lo que quiera", apunta en declaraciones recogida por Europa Press.

Fuentes consultadas por este diario indican que el libro, por el momento, ni ha llegado a ninguna librería de España ni siquiera está en manos de las distribuidoras. Anagrama anunció el pasado miércoles que paralizaba la distribución ante la denuncia presentada por Ruth Ortiz y, por ese motivo, ni siquiera ha llegado todavía a esos intermediarios.

Ese fue el inicio de un periplo judicial que ayer entró en una nueva fase cuando la Fiscalía de Menores arremetió con dureza contra el auto del juez. El martes, el instructor del caso había calificado de «solicitud inaudita» la petición del Ministerio Público de impedir la distribución del libro de Anagrama. «No puede olvidarse que estaríamos restringiendo el derecho fundamental a la libertad de expresión», defendía su crítico escrito sobre el proceso.

Con idéntica dureza respondía la Fiscalía de Menores, que señalaba que existía «documentación más que suficiente» para poder decretar el embargo de esa publicación porque existe un «grave e inminente riesgo de intromisión ilegítima en el derecho al honor y por tanto de lesión de un derecho fundamental». Además, el Ministerio Público consideraba «inadmisible» una afirmación del juez en su escrito en la que indica que es necesario conocer cuál es el género del libro para decidir si se suspende su publicación. «No deja de sorprender, habida cuenta que, según esta afirmación, la posible lesión al derecho al honor solo se puede cometer con libros de un determinado género».

El Defensor del Pueblo y ex ministro de Educación, Ángel Gabilondo, también se pronunció ayer sobre el caso que implica a El odio pidiendo que se tenga en cuenta que Ruth Ortiz «está ahí presente» a la hora de decidir si se debe publicar un libro en el que José Bretón relata cómo asesinó a sus hijos y reconoce, por primera vez públicamente, ser el autor de los hechos. «Este no es un asunto que se debata entre el señor Bretón y el autor del libro», aseguró Gabilondo en el Congreso de los Diputados, donde ayer hizo entrega del informe de la institución pública que hace referencia a la violencia vicaria.

Gabilondo ahondó en su petición de que «en este asunto se considere un interés superior», como es «el de la mujer en relación con sus hijos cuando estos han sido asesinados» y agregó que «en los conflictos de derechos» no hay que «tomar opción por la libertad de expresión y de creación» u otros derechos, en declaraciones recogidas por Efe.