FÚTBOL
El Cortador de Césped

¿Regalo o premio para el Real Madrid?

Las estrellas del Madrid se abrazan tras uno de los goles.
Las estrellas del Madrid se abrazan tras uno de los goles.NOUSHAD THEKKAYILEFE
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Enhorabuena al Madrid. Otro título más para el museo. El decimoquinto para Carlo Ancelotti, que consigue un armisticio, quizá hasta febrero. Lo que no me queda claro es si ha sido un regalo de la FIFA o un premio por ser el equipo blanco campeón de Champions y de la Supercopa.

En todo caso, el regalo sería otro paso hacia la instalación perpetua en el cielo. En fútbol no es azul, es blanco. Muy blanco, como la camiseta del Madrid. Ya no es una leyenda, es un mito, un supremo del fútbol mundial o, quizá, ¿del universo? No sabemos si alguien juega al fútbol en las galaxias.

Y lo que más llama la atención es que gana absolutamente todas las finales, con un grande de Europa o con un equipo mexicano, que va en la última fila de su Liga. Con quien sea, inasequible o asequible.

Además, ¿qué más se puede pedir? Vinicius le regaló un tanto a Mbappé y volvió a anotar un gol. Es The Best, ¿no? El jugador francés ha sido goleador en sus dos primeros títulos con el Madrid, algo bastante significativo en su adaptación a un equipo que siempre debe conquistar trofeos.

No quiero agriar el nuevo título de Ancelotti, pero era patético ver a un Madrid trastornado los primeros veinte minutos por un equipo mexicano que no pasa de ser un modesto en su propia liga.

Como siempre, los blancos no tuvieron salida de balón y apenas presionaron a los mexicanos. Los rivales ya conocen la pereza blanca y la aprietan hasta dejarlo todo arrugado. Entonces, el pobre Pachuca se quedó sin gas y el gol de Mbappé le fulminó para el resto del partido.

El Madrid no sabe mover el balón desde la defensa. Es imposible que puedan hacerlo con Valverde y Camavinga, mientras que Belligham está a su propia guerra. De tal manera, Ancelotti terminó sacando a dos organizadores Ceballos y Modric para detener las arremetidas del Pachuca. ¿No hay que fichar a nadie? ¿Están seguros?

Luego llegó el golazo de Rodrygo y se acabó la historia. Poco importa ya que Mbappé siga sin recuperar su exhuberancia del juego de hace un par de años, justo en el mismo estadio, con su maravillosa exhibición en la final con Argentina.

La leyenda del Madrid se agranda hasta su santidad. El Real Madrid, campeón del Mundo. Una vez más, pero siempre para agrandar su mitología.