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S�bado 20/02/2010. Actualizado 00:02h.
URGENTE |
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COPA DEL REY | Bilbao 62 Caja Laboral 75
MOmento del partido de los cuartos de final de la Copa del Rey. (EFE)
En estos asuntos, la experiencia es un grado. El Bilbao Basket jugaba en casa, s�, con la mayor�a de la grada a su favor, aunque haya quien no piense lo mismo. Hasta el lehendakari L�pez, oficialmente neutral, estaba en la cancha, como tantas veces para ver a los hombres de negro.
La Copa es la ilusi�n del torneo fugaz en el que puede pasar de todo, en el que el pez chico se puede comer –a veces– al grande, en el que un minuto de inspiraci�n puede ser m�s efectivo que 39 de transpiraci�n, de sudor a mares.
El Bilbao Basket se agarraba a esas sensaciones, porque a la estad�stica no pod�a agarrarse ya que se quemaba. Ten�a fe en los intangibles, en mover monta�as en esa caja de zapatos gigantesca del Bizkaia Arena. Pero no pudo. La monta�a era muy alta, las paredes demasiado escarpadas.
Porque enfrente estaba el Caja Laboral, y esa experiencia que es un grado, con un equipo preparado para las grandes ocasiones y una afici�n bregada, que por una vez ha tenido un viaje c�modo, de bocadillo y regreso en el d�a. Los de Ivanovic se merendaron al Bilbao Basket en tres de los cuatro cap�tulos de una novela que hubiera resultado aburrida de no ser por la pasi�n que genera un derbi. Es mucho Baskonia, s�, todav�a para el Bilbao, que puede ganar batallitas, pero est� poco preparado a�n para la guerra.
Salieron los vitorianos enchufados, metiendo presi�n, desbaratando todos los planes de Katsikaris con un acierto total desde la zona de tres, con Teletovic incre�ble, as� que cuando el equipo bilbaino se quiso dar cuenta, el Caja Laboral ya estaba en la semifinal. El primer cuarto fue apabullante. Ni Javi Rodr�guez ni Salgado despu�s, encontraban respuestas al festival de tiro de los vitorianos. Y tampoco su propio camino hacia la canasta contraria.
Las miradas lo dec�an todo. Los hombres de negro se miraban sin comprender. Ellos, que hace unos d�as desplegaron lo mejor de s� mismos para ganar en Vistalegre, no sab�an c�mo parar el vendaval. Mumbr� se emparejaba con un majestuoso San Emeterio y parec�a peque�o, diminuto; Moiso, en su versi�n m�s ligth, no asustaba a nadie. El detalle m�s vistoso que tuvo en todo el partido fue un triple en el �ltimo segundo del tercer cuarto. Un matiz casi folcl�rico en un hombre de su talla. No ten�an los bilbainos demasiadas posibilidades.
Y eso que el Baskonia se soseg� en el segundo cuarto, y cedi� un poco. Fueron los mejores minutos de Salgado, que lleg� a pensar en el milagro cuando despu�s de un triple de los suyos acerc� a los locales a s�lo tres puntos (29-32). Entonces despert� la grada bilbaina, aplastada hasta entonces por los c�nticos vitorianos. Fue s�lo un momento, el m�s hermoso de la Copa para el Bilbao Basket, pero ef�mero, porque Teletovic otra vez, hizo sonar el despertador con un triple sobre la bocina.
Luego, se acab�. El oficio, la experiencia, la clase, salieron a relucir. En un 'plis plas', resolvi� el Baskonia, al que no le hizo falta forzar, que no a�or� a Splitter, que en otras ocasiones es tan necesario. Singletary sali� en la segunda parte, activ� de nuevo a los suyos y el equipo vitoriano alcanz� ya distancias insuperables, por mucho empe�o que pusieran los bilbainos. Hasta 20 puntos cuando apenas quedaban unos minutos, cuando a Katsikaris se le hab�an acabado las variantes y las ganas casi, mientras Ivanovic, hiperactivo, segu�a a lo suyo, siempre de pie, siempre con el gesto concentrado, de ganador.
El Baskonia sud� lo justo, no hizo sangre del rival ac�rrimo, del equipo que a�n tiene que dar muchos pasos para llegar a la altura de los vitorianos. Igual� el r�cord hist�rico de la Copa del Rey en la faceta de triples, al convertir 13 de 29 intentos. Anteriormente hab�an alcanzado esta cifra el Estudiantes Caja Postal en 1994 (13/26), el DKV Joventut en 2008 (13/34) y del Regal FC Barcelona la temporada pasada (13/31).
Para Bilbao, la Copa se acaba, viva la Liga, que a�n queda mucho por penar para sacar la cabeza y respirar. Para el Caja Laboral, sin embargo, ahora llega lo mejor. Ya est�n en semifinales, una sensaci�n que conocen de sobra. Quieren estar el domingo en la final. Que el Rey les entregue la Copa. En Vitoria preparan dos viajes m�s a Bilbao.