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Han Duck-soo, un sargento neutral para estabilizar a Corea del Sur

El presidente interino asume el reto de revertir el caos político desatado por el fallido autogolpe de Yoon Suk Yeol

El presidente interino de Corea de Sur, Han Duck-soo.
El presidente interino de Corea de Sur, Han Duck-soo, en una reunión del Gabinete en Seúl, este sábado.EFE
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Hubo una vez, hace mucho tiempo, que no era fácil distinguir cuál de las dictaduras que gobernaban las dos Coreas era la más represiva, si la dinástica de los Kim, en el Norte, apoyada por la Unión Soviética, o la militar del Sur, respaldada por Estados Unidos. Han Duck-soo nació un año antes de que estallara la guerra entre Pyongyang y Seúl en 1950. En una península partida en dos, se crio en una familia muy numerosa de seis hermanos en Corea del Sur. Sirvió en el ejército, donde alcanzó el rango de sargento. Pero Han era más de despachos que de armas.

Cuando Corea del Sur abrazó la democracia en 1987, Han ya llevaba más de 15 años en política, sobre todo en el Ministerio de Comercio, y tenía un doctorado en Economía por la Universidad de Harvard. Con un perfil conservador pero moderado, políglota y pro estadounidense, fue encajando bien en las administraciones surcoreanas, tanto conservadoras como liberales. Ha llegado a ser primer ministro con dos gobiernos distintos. Pero su gran pelotazo político ha llegado después de que el último presidente se inmolada con un fallido golpe de Estado.

Han, a sus 75 años, se convirtió este sábado en el nuevo presidente interino de Corea del Sur después de que saliera adelante el impeachment contra Yoon Suk Yeol, el líder conservador que pasará a la historia de su país por una efímera ley marcial que ha provocado una crisis política sin precedentes recientes en una de las pocas democracias estables que quedaban en el este de Asia.

El Parlamento surcoreano, en su segundo intento en apenas una semana, votó a favor de destituir a Yoon, quien quedó inmediatamente suspendido de su cargo. La última decisión sobre el futuro político del presidente está ahora en manos del Tribunal Constitucional, que tiene hasta seis meses para decidir si deja caer definitivamente a Yoon o lo restituye. Esto último puede ocurrir si los jueces consideran que los legisladores no tenían argumentos sólidos para tumbar a un líder elegido en las urnas.

Hasta que se conozca el veredicto del tribunal, la Constitución surcoreana dicta que es el primer ministro quien debe asumir el cargo de presidente interino. Han ha sido muy crítico con Yoon por la ley marcial y, junto al líder del gobernante Partido del Poder Popular (PPP), intentó la semana pasada convencer al presidente de que dimitiera y así se ahorraría la humillación de ser derrotado por la oposición en un impeachment, que al final ha contado con el apoyo de 12 diputados del PPP, además de empujar al partido gobernante a unas elecciones en 2025 que probablemente perderá.

"En estos momentos tan difíciles, concentraré toda mi fuerza y esfuerzo en gestionar de manera estable los asuntos del Estado", declaró Han en un discurso televisado después de la destitución de Yoon. "Prometo trabajar duro para mantener la confianza de Estados Unidos, Japón y otros socios", añadió en un mensaje dirigido a los principales aliados de Seúl, que siguieron con preocupación el giro autoritario que intentó Yoon para controlar el Parlamento, dominado por la oposición, de una de las piezas claves en la región para enfrentar las amenazas de Corea del Norte y el avance de China. Este domingo, Han llamó a Joe Biden para prometerle que, a pesar de todas las tormentas internas, Seúl continuará siendo un firme aliado de Washington.

El nuevo presidente interino, considerado en su país como un tecnócrata con amplia experiencia, fue nombrado primer ministro por el propio Yoon cuando este ganó las elecciones en 2022. A principios de este año, después de una contundente derrota del PPP en las elecciones legislativas, Han presentó su dimisión, pero el presidente no la aceptó.

Su perfil de veterano político nada partidista, que ha trabajado con presidentes de distintos colores, puede ayudar a Han en su intención de conducir a Corea del Sur hacia la estabilidad institucional. Pero su liderazgo puede ser breve si las investigaciones sobre el golpe de Estado de Yoon también lo salpican. Si Han fuera destituido por el legislativo, el ministro de Finanzas sería el siguiente en la lista para servir como presidente interino.

La oposición ha pedido a la fiscalía que investigue el papel de Han en la ley marcial, aunque él ha asegurado que desconocía las intenciones del destituido presidente. Si el Constitucional apoya la moción del Parlamento, Han deberá convocar elecciones presidenciales en 60 días.

Han ya se desempeñó como primer ministro en 2007 con el Ejecutivo de Roh Moo-hyun, un ex presidente que fue destituido años antes en otra moción por el Parlamento, pero que recuperó el poder después de que el Constitucional le restituyera en el cargo.

Además de pasar por otros puestos gubernamentales como ministro de Comercio y secretario presidencial, Han también ha tenido una carrera diplomática como embajador en Estados Unidos y en la OCDE. Durante su etapa en Washington durante la administración Obama, en la que coincidió con Joe Biden como vicepresidente, fue clave en el Tratado de Libre Comercio que firmaron ambos países.