Cuatro de los cinco partidos del Parlamento de Groenlandia desean la independencia de la isla ártica. Dado que, además, la formación que defiende la permanencia en Dinamarca es la que cuenta con menos escaños (2 de 31), cabría pensar que el resto no debería tener demasiados problemas para ponerse de acuerdo sobre la cuestión.
Todo lo contrario. A poco más de un mes de las elecciones autonómicas del 11 de marzo, fuertes desavenencias en torno a la velocidad a la que conviene avanzar en el proceso han provocado una profunda crisis política en el Gobierno de coalición e incluso dentro de los dos partidos de izquierda que lo forman: Inuit Ataqatigiit (12 diputados) y Siumut (10).
El detonante han sido unas declaraciones del presidente de Siumut, Erik Jensen, sobre la posibilidad de celebrar un referéndum durante la próxima legislatura: "Necesitamos nuestro propio estado. Queremos ser descolonizados y que se nos trate como iguales. Espero que podamos votar pronto sobre la independencia, pero tiene que ser con conocimiento de causa para que la ciudadanía no tenga dudas sobre las consecuencias. Tenemos un estado de bienestar que debe funcionar y ciertos aspectos económicos que habrá que analizar".
Aunque las palabras de Jensen suponen un paso adelante en la postura independentista de Siumut, tradicionalmente la formación más poderosa de la isla, miembros muy prominentes del partido que desean avanzar a mayor velocidad han criticado con fuerza su "vaguedad". Hasta tal punto que la situación podría culminar en que una escisión "turboindependentista" de Siumut se presente a última hora a los comicios.
De momento, la influyente Aki-Mathilda Høegh-Dam, diputada en el Parlamento danés, anunció en la noche del viernes que dejaba el partido y que contempla crear uno nuevo. "Jensen no ha sido lo suficientemente contundente", declaró a la cadena pública groenlandesa KNR. "Expresa demasiadas reservas cuando habla del referéndum en vez de prometer claramente que el proceso de independencia comenzará tras las elecciones. Siumut se ha alejado de su posición básica. Es como si su fuego se hubiera apagado".
En la misma línea se ha pronunciado Kuno Fencker, prometido de Høegh-Dam y uno de los hombres fuertes del partido, aunque por ahora no lo ha abandonado: "Si el mensaje fuera un poco más claro, habría aplaudido, pero no lo hago porque es excesivamente difuso. Dice que el referéndum es una ambición, pero no es sólo una ambición, es una exigencia que debemos activar cuanto antes por medio del artículo 21 de la Ley de Autonomía".
El artículo 21 a que se refiere Fencker trata del acceso de Groenlandia a la independencia y establece que son los groenlandeses quienes deben decidir sobre ella. Si se activase, se iniciarían negociaciones entre los Gobiernos danés y groenlandés para implementarla. Un eventual acuerdo sería primero sometido a referéndum en la isla y, finalmente, tendría que ser aprobado por el Parlamento danés, lo cual en principio no supondría un obstáculo.
Frederik Harhoff, catedrático de Derecho Internacional de la Universidad del Sur de Dinamarca, ha advertido, no obstante, de que el objetivo de Jensen de que se celebre un referéndum durante la próxima legislatura es "casi imposible" porque el proceso a seguir es "muy complicado".
Para empezar, ha señalado Harhoff en la cadena pública danesa DR, la denominada Comisión del Artículo 21 emplearía dos años para decidir las propuestas que plantearía Groenlandia en las negociaciones con el Gobierno danés. Después, habría que iniciar las negociaciones propiamente dichas, las cuales comprenderían más de un centenar de áreas necesitadas de acuerdo, incluida la continuidad del subsidio danés a la isla, que supone el 50% de su economía. Posteriormente, se presentaría el acuerdo al Parlamento groenlandés y, de aprobarse, sería sometido a referéndum.
Jensen mantiene que el proceso puede acelerarse porque no es necesario esperar a que la Comisión del Artículo 21 termine su trabajo. Aquí, sin embargo, es donde choca con sus socios de Gobierno de IA, que optan por la prudencia. Aaja Chemnitz, diputada de IA en el Parlamento danés, considera que Groenlandia se encontrará en una posición negociadora más débil si se activa el artículo 21 antes de que la Comisión entregue sus conclusiones: "Podríamos acabar en una situación en la que, dentro de tres o cuatro años, Dinamarca diga que el subsidio económico se eliminará gradualmente, lo que significaría que el 50% de nuestros ingresos desaparecería".