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90 años

Amor, celos, una mortadela, pastas Gallo... Todo lo que vivió Sofía Loren en España

Cary Grant le pidió matrimonio, Charlton Heston acabó harto de su divismo. Desde hace casi siete décadas, la italiana tiene un bonito romance con España. Además, considera a Penélope Cruz como una hija.

Sophia Loren, con un capote en los 50.
Sophia Loren, con un capote en los 50.EFE
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Si en 1950 unas fotos de Federico Patelani y Fedele Toscani, primer reportero gráfico de Il Corriere della Sera y padre de Oliviero -Benetton- fueron el Santo Grial para Sophia Loren, un año después el golpe de efecto lo tuvo Carlo Ponti, uno de los más notables productores italianos. Mientras la joven miraba un desfile desde una de las mesas del restaurante Colle Opio, frente al Coliseo, un camarero le entregó varias notas de Ponti. "Me gustaría que usted también participase en el desfile", decía una de ellas. Ella tenía 17 años y él, 39.

Al final del concurso Carlo se presentó como el descubridor de Gina Lollobrigida y Lucía Bosé, el ídolo de Sofía a quien imitaba con el cabello corto. Los astros estaban de su lado. El productor la tomó bajo su ala protectora y le consiguió un contrato de 200.000 dólares por rodar Orgullo y pasión (1957) en España.

Montando en burro en los 70.
Montando en burro en los 70.EFE

Esta oportunidad le permitió conocer a su ídolo, Lucía Bosé, y a su esposo, Luis Miguel Dominguín, que la llevó a Las Ventas, tal y como lo describe la diva en su biografía Ayer, hoy y mañana (2014): "Fue entonces cuando Dominguín, quizá para gastarme una broma, hizo soltar al toro. Fueron unos instantes. Mientras una nube negra galopaba hacia mí para empitonarme, una mezcla de excitación y miedo difícil de olvidar se apoderó de mí. Dominguín, que era un bromista pero reconocía el olor del peligro, se lanzó al ruedo y me sacó de allí".

AMORES CON CARY

El rodaje de Orgullo y pasión se realizó en Ávila, Palencia, Burgos y Salamanca. Allí la actriz intimó con Mila, su sastra personal, y Antonio, jefe de vestuario. Ambos se gustaban y la estrella ejerció de Celestina. Se casaron y tuvieron una hija, Sofía de los Milagros, ahijada de la actriz. Tras más de 30 años sin verse, Hay una cosa que te quiero decir (Telecinco, 2012) las reunió. "Vino a mi piso en Vallecas y comió lentejas y tortilla de patatas", confesó la dulce viejecita.

Sophia Loren, la última estrella del nerorrealismo italiano, ha cumplido 90 años.

El rodaje acaparó la atención de la prensa rosa porque Cary Grant intentaba conquistar a la Loren enviándole ramos de flores cada tarde, se escapaban por las fondas de las colinas de Ávila donde escuchaban flamenco y bebían vino tinto e incluso él le propuso matrimonio a pesar de estar casado con su tercera esposa, Betsy Drake. Pero la intérprete napolitana mantenía en secreto un romance con Carlo, casado con la abogada Giuliana Fiastri, con quien tenía dos hijos, Guendalina y Alex. Como la prensa no se podía enterar, el productor no pisó nuestro país, pero envió una carabina. Ponti se ponía de los nervios cuando le llegaban a Italia cotilleos del flirteo. No en vano, le había regalado en 1953 un anillo de compromiso de diamantes el último día de rodaje de La chica del río (1954).

Bajando de un avión de Iberia.
Bajando de un avión de Iberia.EFE

Para no perderla se casaron por poderes en 1957 en México y estalló el escándalo. Como en Italia estaba prohibido el divorcio, Ponti y Loren fueron acusados de bigamia y concubinato y L'Osservatore Romano, el periódico del Vaticano, les acusó de pecadores públicos. Hubo que esperar a 1966 para que los protagonistas se casaran civilmente. Para entonces, la actriz ya había hecho historia al ser la primera en conseguir un Oscar a la mejor interpretación en lengua no inglesa por Dos mujeres (1961) y había rodado El Cid (1961) con Charlton Heston, su segundo filme cuyas localizaciones fueron la Comunidad de Madrid, Peñíscola, Burgos, Calahorra o Belmonte.

Para saber más

Para interpretar a doña Jimena, Sara Montiel batalló por el papel. Su marido era el director Anthony Mann, pero el productor Samuel Bronston prefirió a la Loren. Si al principio Charlton estaba encantado con Sophia, luego pasó a odiarla. Esta evolucion se obseva en el libro El Cid (Ed. Notorious) donde los autores rescatan parte de las anotaciones del diario de rodaje de Heston. "Al final ya tenemos a nuestra actriz, parece perfecta"; "Está siendo más fácil trabajar con Sophia de lo que yo me imaginaba. Ella está preocupada por su nariz, cree que no es fotogénica. Pero ella es una de las bellezas más grandes del mundo, por Dios"; "Mi problema es que la interpretación de Sophia no es buena (...) no está capacitada para hacer el texto en inglés"; "A la mierda con todas las gilipolleces. Hemos estado esperando otra vez la llegada de Sophia, que obviamente iba a llegar tarde. No me he acostumbrado a estas cosas, lo odio. Me niego a hablar o mirarla (...); "Ha sido el trabajo más agotador e intenso con una actriz que puedo recordar ahora mismo. Es una mujer encantadora, pero es más una estrella que una profesional".

Sophia Loren volvería a rodar cuatro películas más en nuestro país como Madame Sans-Gêne (1961) con Laura Valenzuela, Fernando Sancho y Analía Gadé, La caída del imperio romano (1964), El hombre de la Mancha (1972) y Blanco, rojo y... (1972) con Fernando Rey, Juan Luis Galiardo y Adriano Celentano. Debido a los gratos recuerdos del rodaje de este último filme, la Loren aceptó acudir en 2017 al Festival Internacional de Cine de Almería donde recogió el galardón honorífico Almería Tierra de Cine.

Los Reyes de España

De La caída del imperio romano, la musa del neorrealismo sigue guardando un grato recuerdo ya que visitaron el rodaje en Las Matas Juan Carlos y Sofía, príncipes de España, título fabricado por el Régimen. La intención de Franco fue la de vender una España de postal para que se rodaran más películas que supondrían una buena inyección de dólares para la economía del país. Las dos Sofías departieron animadamente en un descanso y nunca se supo de qué hablaron. El futuro rey habló relajadamente con el actor Stephen Boyd. Previamente Juan Carlos visitó el set del Cid para saludar a Charlton Heston.

Con la Reina Sofía, entonces princesa.
Con la Reina Sofía, entonces princesa.EFE

En 1979, Sophia viajó a Barcelona para promocionar su biografía Vivir y amar. El veterano relaciones públicas Carlos Martorell recordaba en su blog El observador solitario que por su amistad con el director del Ritz, este le encargó que recibiera a la estrella y en lugar de hacerlo con el típico ramo, Martorell optó por una mortadela de varios quilos. Ojipláticos se quedaron todos. Pero Sophia se mondó de la risa ya que se percató de la broma. En 1971 había rodado Mortadela.

Aparte del cine, Sophia ha disfrutado de nuestro país de vacaciones, ha rodado en Barcelona los anuncios de pastas Gallo, en 1974 ganó la Concha de Plata a la mejor interpretación en el Festival de Cine de San Sebastián por El viajey en 2007 recogió la Espiga de Honor en la Semana Internacional de Cine de Valladolid donde manifestó que "volver a España es volver a un momento mágico en mi vida".

Sin duda, la majestuosidad de la última diva europea la mostró en 2001 en el Sicab de Sevilla invitada por Manuel Colonques, entonces presidente de Porcelanosa. En agua de borrajas quedó la aparición estelar planificada ya que su manager, Carlo Giusti, se negó en rotundo a que la estrella montara en carroza. "Pero si la reina de Inglaterra usa una muy similar", alegó un ilustre colaborador del certamen, a lo que Giusti respondió "la regina è la regina, ma la signora è la signora".

Sophia transpira glamour, elegancia y señorío. Unas cualidades que también posee Penélope Cruz, a quien considera como una hija desde que ambas protagonizaron el musicalel musical Nine (2009). La estrella ha cumplido este 20 de septiembre 90 años.