- Polémica Enigma de la esfinge Melania: juicios a Trump y amenazas a su hijo de 17 años
- Familias Muere a los 78 años Amalija Knavs, la madre de Melania Trump
Ha hecho del mutismo y la ausencia sus principales señas de identidad. Cualquier movimiento, ya sea en redes sociales o apariciones en público, por triviales que parezcan, suelen ser noticia cuando se trata de Melania Trump, probablemente, la más atípica de todas las primeras damas de Estados Unidos, una mujer que, pese a ser una figura pública y notoria, sigue siendo un gran enigma. La lista de preguntas flotando en torno a su figura y que nunca encuentran una respuesta definitiva es extensa ¿Le gustaría volver a la Casa Blanca o le repatea la idea? ¿Quiere todavía a su marido o no lo puede ni ver? ¿Qué piensa de que sus muchos problemas con la justicia? ¿Le ha perdonado ya la infidelidad con Stormy Daniels, la actriz porno? ¿Piensa dejarlo algún día? Ahora que su marido está a dos meses de saber si es reelegido como presidente de EEUU, sería interesante saberlo.
Puede que esas preguntas se queden así, levitando a perpetuidad, envueltas en una densa capa de especulación. O que tantos años de sobriedad y silencio den paso a una escandalosa sucesión de revelaciones semanas antes de los comicios del 5 de noviembre. En octubre, la ex modelo eslovena de 54 años presenta sus memorias, Melania, una recolección de vivencias que podrían arrojar luz, finalmente, sobre quién es en realidad.
"Escribir estas memorias ha sido un viaje profundamente personal y reflexivo para mí", dijo en uno de los vídeos que ha estado publicando en Instagram para promocionar el libro. "Como persona privada que ha sido objeto de escrutinio público y tergiversación, siento la responsabilidad de clarificar los hechos. Creo que es importante compartir mi perspectiva: la verdad".
De momento sabemos que apenas habla en público, que es parca incluso en sus mensajes en redes sociales y que hay un punto de ambigüedad en casi todo lo que hace. Dice que apoya la campaña de reelección de su marido, pero no ha aparecido en uno solo de sus mítines. Para la Convención Republicana en Milwaukee, donde iban a coronar a Trump como el aspirante oficial a la Casa Blanca, tan solo estuvo el último día, con traje rojo de Dior, impecable, como siempre, pero sin decir una sola palabra ante los asistentes.
Conspiración
También, que le preocupa que quieran asesinar a su marido, tras los dos intentos registrados hasta ahora, aunque no salió corriendo para estar a su lado tras el disparo que recibió en la oreja derecha. Se ha limitado a hablar de una presunta conspiración por parte del Servicio Secreto, que no fue capaz de detener al tirador acostado en el tejado de una nave industrial durante un mitin en Pensilvania hace dos meses. "Hay definitivamente algo más en esta historia, y necesitamos destapar la verdad".
Sus verdades saldrán a la venta en unas semanas y se pueden adquirir por 40 dólares, 75 si la versión está firmada por ella y hasta por 250 dólares para la edición "de coleccionistas", en caso de que existan. Y, por lo compartido, parece que será un "retrato íntimo de una mujer que ha tenido una vida extraordinaria", un análisis pormenorizado de una rara avis en la Casa Blanca.
ÚNICA EN SU ESPECIE
Como explicaba a LOC Katherine Jellison, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Ohio, "Melania es muy diferente de las más recientes primeras damas, primero porque es una inmigrante, porque es la tercera esposa del presidente, y por su constante mutismo. Hay que remontarse al siglo XIX o a comienzos del XX para dar con alguien parecido que se mantuviera tan al margen de la vida social o política".
Tan atípica como una primera dama que ha posado desnuda dos veces en revistas y que ha tenido que salir en varias ocasiones a defender su pasado. La última fue el pasado miércoles, también por Instagram, en una de las explicaciones más extensas que se le recuerdan. "¿Por qué me siento orgullosa de mi trabajo como modelo desnuda?", se cuestionaba. "La pregunta más urgente es: ¿por qué los medios decidieron analizar mi celebración de la forma humana en una sesión fotográfica de moda?
Después comparó lo suyo con los grandes maestros del arte, con desnudos de Cezanne o del David de Miguel Ángel para defender su postura -bastante erótica, por cierto- en el jet privado de su marido para las fotos que publicó la revista GQ en el año 2000. "Deberíamos honrar nuestros cuerpos y abrazar la tradición atemporal de utilizar el arte como un poderoso medio de autoexpresión", argumentó.