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Lo que no mata a Kanye West (47) lo hace más famoso. Lo sabe él, lo reconoce su ex Kim Kardashian, lo trasmite su mujer, Bianca Censori, y lo fomenta su representante, Milo Yiannopoulos. El último es el menos conocido en esta ecuación, pero el más determinante a la hora de hablar de cifras de monetización y viralidad del rapero estadounidense.
Si de algo es conocedor Milo Yiannopoulos (40) es de fabricar escándalos. Su nombre, de hecho, no sería ni medianamente popular sin ellos. Nacido en el condado de Kent (Reino Unido) como Milo Hanrahan, tomó el apellido de su abuela paterna, que era de origen griego. En una ocasión reveló también que su madre es de ascendencia hebrea, aunque él se idenfica como católico.
Con su apellido prestado, Yiannopoulos se hizo famoso en la década de 2010 por hacer apología de la extrema derecha en distintas redes sociales y programas de televisión. Casi todo ametrallando en pantalla con comentarios con el sufijo "ófobo", hasta incluso homófobo, a pesar de ser él mismo homosexual. En su boca (y en su teclado) siempre estaban el islam, la ideología de género, el feminismo, la supuesta discriminación hacia los hombres blancos y heterosexuales y, por supuesto, lo trans.
Por aquel entonces él tenía poco más de 20 años y se identificaba como un conservador LGTB con ideología liberal en lo económico. Sin embargo, con el tiempo fue endureciendo sus posturas. Mientras tanto, sus enemigos en las tertulias de la BBC y Sky News le reprochaban constantemente su falta de formación académica y pasado laboral.
El polemista empezó la carrera de filología inglesa, primero en la Universidad de Mánchester y luego en Cambridge, pero nunca la terminó. Lo que sí hizo durante su etapa universitaria fue crear el medio online The Kernel, alineado con la alt-right, es decir, la derecha alternativa. El diario fue comprado por una compañía alemana y él fue su redactor jefe hasta que fue absorbido por el portal The Daily Dot en 2014.
Pero su fama y su implicación en el gamergate, un movimiento que acusaba a desarrolladores de videojuegos de promover la cultura queer y la extrema izquierda, hicieron que los conservadores vieran en él a una estrella. Era rutilante, joven y original, pues a pesar de ser gay no seguía al pie de la letra lo LGTBI. En 2015 le fichó el sitio web de ultraderecha estadounidense Breitbart News Network, el portal de Bannon.
Todo iba de maravilla hasta que en 2017 se filtraron unos vídeos suyos en los que supuestamente defendía la pedofilia. En estas grabaciones, aseveraba que las relaciones sexuales de adultos con niños de 13 años pueden ser "perfectamente consentidas" e incluso positivas para el menor. Entonces, lo echaron del periódico, cancelaron su participación en foros conservadores y la editorial Simon & Schuster paralizó la publicación de una biografía que había escrito.
Ulteriormente, aseguró que él mismo había sido víctima de abusos siendo un niño y que aquellos comentarios los había hecho para autoconvencerse de que no era un drama. "No haría tan buenas mamadas de no ser por el padre Michael", dijo en una de sus publicaciones polémicas.
Ese mismo año, Yiannopoulos autopublicó su libro biográfico, que fue un éxito de ventas en Amazon. También se casó con su novio, un hombre anónimo del que solo se conoce que le llama John y que es afrodescendiente. Contrajeron matrimonio en Hawái en una ceremonia privada. Nunca más se supo sobre este marido hasta que en 2021 el británico dijo que se habían divorciado y que ahora son solo compañeros de piso.
En una entrevista publicada por la revista Lifestyle contó que esto se debía a que ya no era homosexual. Se definió como ex gay, título con el que decidió bautizar su podcast, un capítulo donde cuenta cómo decidió cambiar su estilo de vida para alinearlo con sus valores espirituales.
Milo Yiannopoulos cree que los gays deben dejar de ser gays o meterse de nuevo en el armario. Convicción por la que defiende las terapias de conversión.
Desde que en 2018 reconoció que le debía 4 millones al fisco por impago de deudas, no se volvió a saber sobre él. Hasta que en noviembre de 2022 reapareció de la mano de Kanye West como asesor de la campaña del artista para las elecciones presidenciales de 2024 por el Partido Republicano. Meses después dejó el cargo, pero siguió siendo su asistente.
En febrero de 2025 empezó a figurar en distintos medios como representante de West y Censori. Ahora ha tenido que volver a salir para desmentir los rumores de divorcio. En su cuenta de ImbD se puede ver que no son sus únicos representados.
Entre otras personalidades, lleva a Martin Shkreli, un inversionista estadounidense otrora ejecutivo de una farmacéutica acusado de haber aumentado en un 4.000% el precio de Daraprim, un medicamento que le puede salvar la vida a quienes sufren toxoplasmosis o la malaria. Por este hecho especulativo una juez le obligó a abonar al empresario 64 millones de dólares.
También representa al que fue congresista republicano George Santos, quien el año pasado se declaró culpable de emplear fondos de campaña para gastos personales, entre otros 23 delitos como usurpación de identidad o fraude electrónico. Fue expulsado del Congreso en 2023.