Una flota de 248 vehículos descansa en milimétricas filas sobre una campa del polígono Aimayr , en la localidad madrileña de San Martín de la Vega. Los hay de toda clase y condición. Desde coches camuflados de la Policía (que ya no se camuflan), con un puñado de episodios de acción a sus espaldas, hasta ambulancias del Samur, que un día rescataron vidas a punto de apagarse. Hay una furgoneta eléctrica adaptada para personas con discapacidad y un pequeño ejército de motos también eléctricas, algunas con apenas 3.000 kilómetros. Asoma una barredora de calles, algún autobús, camiones con volquete e incluso una oficina móvil de la Policía. Incluso alguno que nunca más volverá a andar y cuyo destino es convertirse en chatarra. Todos ellos tienen en común: han trabajado durante años para el Ayuntamiento de Madrid y ahora aguardan una segunda vida que, en la mayoría de los casos, será mucho más tranquila.
Ellos tienen el honor de formar parte de la primera subasta online de automóviles y motocicletas municipales, impulsada por el Área de Economía, Innovación y Hacienda, que arrancará el próximo jueves 27 y se dilatará hasta el 10 de abril, a las 10.00 horas, y va subiendo un minuto en función del número del lote. «Queríamos ver de qué manera se podía recuperar parte de la inversión y darles una segunda vida. Así facilitamos a particulares y profesionales que tengan vehículos a bajo precio y evitamos achatarrar, que es lo que se había hecho siempre», detalla a GRAN MADRID Ramón Cabrerizo, jefe del departamento de Unidad del Parque Móvil del Ayuntamiento.
Hay un precio de salida según el tipo de vehículo. Son 180 euros el de las motocicletas, 300 el de los coches y 500 para ese puñado de furgonetas que bien podrían ser «camperizadas» (tuneadas para ir de camping con ellas). Y se exige también un depósito de 200 euros para todo aquel que tenga intención de pujar por alguno de los modelos. La estimación es que las motos alcancen el triple de su valor de salida y que los coches se vayan en torno a los 1.200 euros. La perspectiva es recaudar en torno a 80.000 euros, que se quedarían en esa caja fuerte con la que cuenta el Ayuntamiento. Todos los subastados, que cuentan en su mayoría con etiqueta medioambiental, algunos matriculados en 2016 y otros con las arrugas propias del paso del tiempo y los gajes de su oficio, han sido desprovistos previamente de su viejo ADN municipal: sirenas, vinilos, elementos corporativos...
El proceso de pujas será gestionado por la empresa especializada International Auction Group S.L. (IAG), que salió victoriosa del pertinente proceso de licitación. «Todos han arrancado, pero está prohibido darse una vuelta con ellos porque no tienen seguro y la ITV está pendiente. Pero más del 90% de estos vehículos están operativos», avisa José María Méndez, director del departamento de bienes muebles de la compañía, que los subastará a través de su página web. Según una de las cláusulas del contrato firmado con el Consistorio, en el caso de que no sean adquiridos todos, será la propia empresa quien se tenga que quedar con ellos. «La previsión es que queden entre un 5 y un 7% de pujas desiertas, o sea, unos 10 o 15 coches como mucho», añade.
"Compromiso con la economía circular"
«Mediante esta subasta, el Ayuntamiento muestra su compromiso con la promoción de la economía circular. Se trata de un proceso abierto y transparente con todas las garantías para quienes adquieran los vehículos, al tiempo que recupera parte de la inversión económica hecha para su adquisición. También reduce los costes de almacenamiento y custodia en las instalaciones municipales», abunda la delegada de Economía, Innovación y Hacienda, Engracia Hidalgo.
La mayoría de esos vehículos descansaban con un futuro más bien oscuro sin uso en dos bases de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), próximas a Mercamadrid. Durante el último mes y medio se hicieron viajes individuales para transportar cada uno de los vehículos a al lugar donde ahora descansan, a la espera de que alguien se encariñe (y puje lo necesario) por de ellos.
Un proceso que estará monitorizado electrónicamente por la empresa IAG, con el objetivo de evitar cualquier fraude. Por ejemplo, pujas excesivamente altas para que, tras renunciar, otro se asegure la pieza por mucho menos dinero. «Los que pujen, tienen que saber las reglas del juego y conocer cada movimiento, así como el estado de los vehículos y los gastos que arrastran», zanjan desde la empresa que gestionará el proceso. Para ello, quien tenga intención de aspirar alguno de los vehículos, puede acercarse al número 7 de la calle Cobre, en San Martín de la Vega, desde mañana mismo, en horario de mañana y tarde. Todos los detalles del proceso y la información de los automóviles (kilómetros, antigüedad, modelos...) se encuentran en la web www.iagauction.com.
«Hemos detectado que se ha esperado demasiado tiempo para hacer esta subasta y, por ello, hay vehículos cuyo estado ha empeorado por ese tiempo», admite Cabrerizo, responsable del parque móvil municipal, anticipando que esta primera subasta no será la última. Probablemente, antes de que concluya el año, habrá alguna más. Para eso, aún habrá que esperar primero a que esta tropa de San Martín de la Vega encuentre alguien que les vuelva a querer. Será, eso sí, por un módico precio.