1. LA AMENAZA ES NETANYAHU. Cuando termine la matanza, Israel será un país peor, Palestina un rastro en los mapas del siglo XX y medio mundo aceptará que la democracia mejor es la de más grande arsenal. El último golpe de efecto en el billar del Gobierno de Netanyahu (genocidio palestino, desafío loco al régimen fanático de Irán y asedio a los terroristas de Hizbulá) es la estrategia explosiva de los buscas y los walkie talkies. Los extremistas de Netanyahu se comportan como los terroristas que combaten. Pueden ser lo mismo. El asunto va de terroristas contra terroristas. En Israel la gente decente (millones) denuncia el sadismo del primer ministro y sus secuaces. El presunto corrupto que es Netanyahu, aliado de la extrema derecha, disimula su fango según obliga a la inseguridad radical. Su desquiciada saña es nuestra amenaza. El exterminio en la Franja es una catástrofe moral. Aunque no la única. Vendrán más inventos criminales para tensar el mundo. Lo afina bien Amos Oz (israelí) en Contra el fanatismo.
2. JUNTS, QUÉ ESPERÁBAIS. Para no perder la cosumbre conviene decir lo de siempre: Junts es el partido político de peor pelaje de la democracia española. Hay competencia, pero nada ni nadie como la tropa de Junts. No sólo por el chantaje, la extorsión, el carterismo y los antecedentes de corrupción. No sólo por esto, sino por la estupidez. Después del ridículo escoltado de Puigdemont (a punto de quedar aún más en nada), exigen a Salvador Illa (president) que igual que recibió al mestre del saqueo catalán reciba al referente del ridículo mundial, el Puigdemont. Este circo no merece estar remunerado. Por siete putos votos Junts va a dar la turra lo que queda de legislatura: tres años. Cuando contasteis con ellos, qué esperabais. La traición es su norma. El martes se la jugaron también a Sumar, claro. Los de Junts representan un Macbeth de vertedero. Imagino que Illa no cederá a reunirse con un tipo al que en octubre quizá plegarán en la caja de los trapos, como hacen los ventrílocuos con los muñecajos amortizados. También es cierto que reunirse después con Artur Mas anula cualquier escrúpulo. O complejo.
3. FESTIVAL DE LAS IDEAS. En plazas y esquinas, en espacios públicos, en instituciones privadas, por cualquier acera del centro de Madrid, filósofos y lectores se mezclan. El Festival de las Ideas, impulsado por La Fábrica y el Círculo de Bellas Artes, despliega por la ciudad debates, protestas, acuerdos y desacuerdos, visiones del mundo, diálogo. La Filosofía estuvo cerca del desahucio en los planes de estudio de bachillerato. Y si no desahucio, sí amenazada con una rebaja. Pensar es atreverse. Pensar es dudar. Pensar incomoda a quienes prefieren que las cosas no se muevan de sitio. Pensar es cuestionar y cuestionarse. Pensar también pregunta. Sólo hay que asomarse a cualquier rincón del Festival de las Ideas y confirmar cuánta gente escucha a Eva Illouz, a Michael Sandel, a Gilles Lipovetsky, a Wendy Brown, a Peter Sloterdijk, a Javier Gomá, a Marina Garcés. Y el mundo se ensancha.