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Sevilla no solo se luce cuando llega la Semana Santa o la famosa Feria de Abril. Los más de 14.000 kilómetros cuadrados que conforman la provincia dan buena razón de ello. Pueblos, monumentos y senderos que atraen cada vez más al turista del conocido como auténtico lujo (ese que habla de desconexión y aire puro) y mantiene la identidad para los vecinos de siempre.
Uno de estos municipios, de apenas 1.500 habitantes, es reconocido por su reserva natural, pero también por una cascada de vértigo que crece con las intensas lluvias.
¿Cuál es el pueblo de Sevilla que hay que atravesar para ver una impresionante cascada?
Hablamos de El Castillo de las Guardas, ubicado en las primeras estribaciones de sierra Morena y con un gran protagonista: el río Guadiamar. Además del núcleo urbano, está formado por 10 aldeas y en su entorno son populares algunos restos arqueológicos como la llamada Sepultura o Lapa del Moro.
El nombre del pueblo, localizado a una hora del centro de Sevilla, también resalta en el mapa por la reserva de animales homónima. Un paraje que ronda las ruinas de una antigua mina donde viven más de 1.000 ejemplares en libertad (desde cebras hasta hipopótamos y aves rapaces). Es un centro de conservación, pero el público puede visitarlo adquiriendo su entrada desde 20 euros.
La naturaleza es, sin duda, uno de los principales reclamos de la zona. Y es que en este término municipal se encuentra una de las cascadas (no tan conocida) ideal para los senderistas y aficionados a las rutas: el Salto del Lobo.
El Salto del lobo: la cascada de 40 metros de altura que sorprende en Sevilla
Este fenómeno natural se produce en el entorno del río Guadiamar y es el mayor desnivel hidrográfico de la provincia. El Salto del Lobo es en realidad una garganta con varias cascadas cuyas aguas cristalinas fluyen, si la sequía lo permite. Una caída en cadena que aterriza en una gran poza abrazada por los altos muros de piedra que la rodean.
Cómo llegar a la cascada de El Salto del lobo
Para llegar hasta ella es necesario iniciar un recorrido que comienza en la carretera N-433, en El Alisar, a unos cinco kilómetros de El Garrobo, ya en el área de El Castillo de las Guardas. Esta ruta es de apenas nueve kilómetros, con un desnivel de 21 metros, pero con algún que otro obstáculo provocado por los matorrales.
La conocida como ruta del Salto del Lobo es idónea para hacer en familia, especialmente en primavera. Además, a lo largo de la caminata (con suerte) se pueden apreciar nutrias chapoteando en el surco fluvial, algunos jabalíes o liebres y aves sobrevolando la zona.