- Fernando Alonso "Los ceros pueden ser habituales este año"
- GP de China McLaren cierra su primer doblete
- Mundial 2025 Norris, líder
Que la F 1 es un deporte complicado y difícil de descifrar era algo que ya sabíamos, pero este año promete más sobresaltos de los habituales. Hay tantos frentes abiertos, tanta igualdad en la parrilla, que lo único que saco en claro es lo mucho que nos vamos a divertir. Lo que estaba cristalino antes del inicio de la temporada en Melbourne era que McLaren estaba un paso por delante. Hoy sabemos que lo están, pero quizá ese paso sea sólo un pasito. No pueden fallar. Si el equipo falla en algo o alguno de sus pilotos comete un error hay chacales por detrás dispuestos a devorarles. Oscar Piastri se equivocó en Australia y terminó noveno; Lando Norris se equivocó en la sprint race de China y fue octavo; y si la carrera del domingo hubiese tenido una vuelta más, habría mordido el polvo con George Russell al sufrir un problema en el sistema de frenos. Está todo tan igualado que no se puede fallar.
Es más, la estrategia este año es no cometer errores de bulto. El objetivo es ser sólidos y sumar. Si no puedes ganar, trata de ser segundo. Si no puedes ser segundo, lucha para ser tercero. Haz lo que quieras, pero no hagas un cero porque la jauría te destrozará. Es un poco la táctica de Fernando Alonso en 2010 y 2012. No tenía el coche más rápido, Red Bull estaba un paso o dos por delante, pero a base de puntuar en cada fin de semana y aprovecharse de los errores de sus rivales llegó a la última cita con opciones.
Esta igualdad hace que ocurra lo mismo en las clasificaciones. Es tan grande la igualdad, que un pequeño sobreviraje en el que pierdes una décima de segundo te hace caer tres posiciones. Y si estás en la zona media, una décima es la diferencia entre ser décimo o decimoquinto. Un pequeño detalle, un error, un tipo de circuito, una pequeña evolución lo cambia todo. Así puedes ver a un modesto Racing Bulls codearse con los grandes en clasificación, un Haas que fue un desastre en Australia convertirse en protagonista en China o un Ferrari que está perdido en la primera carrera llevarse la victoria en la primera sprint race una semana después.
Y lo que es aún más complicado de entender, ves ganar a Lewis Hamilton de forma excepcional el sábado y sólo 24 horas después, lo ves sufrir en la pista, sin ritmo y acosado por su compañero de equipo (al que tiene que dejar pasar) que, para colmo, lleva el alerón roto desde la primera vuelta. Alerón, por cierto, que rompió Charles Leclerc al golpear a Lewis en la salida. Dos toques en dos carreras.
De todo lo que vimos en Shanghai me quedo con el tenebroso callejón sin salida en el que se ha metido Red Bull. Hay tres equipos más rápidos que ellos y sólo puntúan con un coche. Quizá la explicación de este fenómeno sea por un lado el talento de Max Verstappen, pero sobre todo haber diseñado y desarrollado desde hace años un coche adaptado a los gustos de Max. Sólo él lo entiende, sólo él es capaz de ir rápido con ese monoplaza y, claro, sólo él puntúa. Sergio Pérez se pasó años quejándose amargamente de que el equipo sólo escuchaba a Verstappen y sus malos resultados llevaron a Red Bull a romper un contrato que habían firmado con el mexicano pocos meses antes. Buen dinero se tuvo que llevar Checo por ello.
Además, seguro que ahora tiene que estar viendo, con cierto regocijo, cómo Liam Lawson está haciendo buenos sus resultados del Mundial 2024. Es tan desastroso el arranque del joven neozelandés que, tras sólo dos carreras, los rumores ya apuntan a un posible movimiento de Red Bull para el GP de Japón: relegar a Lawson de vuelta a Racing Bulls y promocionar a Yuki Tsunoda junto a Max, algo que en su día Red Bull descartó. Mucho me temo que tampoco será la solución. Hicieron un coche para Max, que sólo lo medio entiende Max y con el que ya no puede ganar. Tendría gracia que después de dárselo todo, si este año no es bueno, Max decidiese cambiar de aires para 2026.
De los nuestros, poco que decir. A Carlos Sainz le está costando adaptarse al Williams y entender por qué fue tan rápido en los test de Bahrein y ha estado tan falto de ritmo aquí. Con las descalificaciones de Leclerc, Hamilton y Pierre Gasly, Williams ha logrado un buen puñado de puntos, pero la clave para que el equipo británico se asiente en el liderato de la zona media está en que Carlos se adapte lo antes posible. Lo hará seguro, pero de momento necesita un poco más de tiempo.
Aston Martin sigue recordándonos mucho al equipo del año pasado. De no ser por las descalificaciones habrían salido de China con el zurrón vacío de puntos. Muchas pruebas, muchos cambios de set up, pero pocos resultados. No ayuda que Alonso no esté en la pista. Su abandono por un fallo en los frenos nos privó de ver el verdadero potencial de su monoplaza. Dos carreras, dos abandonos, ningún coche en Q3 y sólo un puñado de puntos en Australia gracias a los fallos ajenos y el acierto del equipo con la estrategia. Queda mucho Mundial, así que, de momento, habrá que seguir confiando.