Esta noche, Kylian Mbappé se pondrá la camiseta de la selección francesa por primera vez desde hace seis meses. Medio año en el que el delantero del Real Madrid ha vivido "una tormenta", definido así por Didier Deschamps, entrenador del combinado nacional galo. El atacante se perdió la convocatoria de octubre por lesión, la de noviembre por decisión técnica y vuelve ahora para la eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Naciones contra Croacia, en la revancha balcánica por la final del Mundial 2018 y en pleno debate sobre la capitanía de 'les bleus'. Todo mientras termina de cuajar su primera temporada en el Bernabéu, donde ya suma 31 goles.
"Fue una tormenta", admitió Deschamps hace un par de semanas, cuestionado sobre los difíciles momentos de Mbappé en el foco mediático de la selección francesa. Todo comenzó en la Eurocopa, con aquella fractura de nariz que limitó el nivel del delantero y capitán galo durante el torneo. Regreso a tiempo, pero se le vio lejos de su mejor nivel y terminó viendo cómo España superaba a su país en semifinales.
De Alemania, y sin apenas tiempo para descansar, viajó a Madrid para ser presentado como nuevo jugador del Real. Era su sueño y quiso estar con el equipo desde el primer momento, marcando gol en su debut en la Supecopa de Europa. Pero pagó el esfuerzo y, como en la Euro, se le notaba falto de chispa. Y ahí empezó la polémica alrededor de la selección gala.
Una ausencia "consensuada"
Disputó el parón de septiembre, pero se le seguía viendo irregular y Francia perdió 1-3 ante Italia. Y un mes después, en el de octubre, aseguró que tenía unas molestias que no le permitían viajar con los de Deschamps. Pero mientras su país jugaba ante Israel, los medios cazaron a Mbappé en Estocolmo, en un viaje que después derivó en una investigación policial en el hotel que llenó los informativos en el país galo y que finalmente no implicó al delantero. En Madrid no alzaron la voz, comprendiendo el descanso necesario del futbolista durante sus días libres, pero en Francia muchos le acusaron de 'borrarse'.
Sin tiempo para superar esa polémica, llegó el parón de selecciones de noviembre y la decisión de Deschamps de dejarle fuera de la convocatoria por decisión técnica. Una decisión que, a priori, fue "consensuada" con el jugador, según declaró el seleccionador. Francia jugaba en casa ante Israel y el juicio popular todavía estaba en marcha. En su país le volvieron a acusar de no darlo todo por la selección. Una situación que provocó la entrevista de Mbappé con Canal+ Francia en diciembre. "Yo no voy a desvelar los motivos de mi ausencia en la convocatoria. Si el entrenador quiere desvelarlos, preguntadle", contestó el atacante, poniendo sobre el foco a Deschamps.
El seleccionador respondió en una entrevista concedida en febrero, donde insistió en que Mbappé "ha pasado por un periodo personal complicado". "En septiembre no estaba en su mejor momento, pero acabábamos de pasar por la Eurocopa y, en términos de grupo, pensé que era muy importante que estuviera allí. Y luego todo se precipitó. No voy a revelar mis conversaciones con los jugadores. Él lo sabe, yo lo sé. Pero fue mi decisión. Todo está bien. Después de analizar su situación, decidí dejarle en paz", dijo el técnico.
"no merece recuperar el brazalete"
Un mes después de esas palabras de Deschamps, el entrenador anunció el regreso de Mbappé a la lista y la continuidad de su rol como capitán, con un partido de vuelta en Saint Denis que servirá también para medir el sentir de la afición gala. Una decisión que ha sido criticada por algunos en Francia.
"Mbappé, su capitán, ha cuestionado el liderazgo de Deschamps varias veces. Creo que Didier tiene memoria selectiva. Yo cuestionaría su capitanía. Para transmitir el discurso y la imagen de la selección... Kylian cometió tantos errores que no merece recuperar el brazalete", aseguró Jerome Rothen, ex internacional galo y comentarista en SFR1.
Los goles, eso sí, ayudan a olvidar. Mientras vivía esa famosa "tormenta" en su país, Mbappé va camino de romper récords en el Madrid. Suma ya 31 goles, 20 de ellos en Liga, y está a seis de los 37 de Zamorano en la 92-93, la mejor cifra de un futbolista en su primera temporada en el conjunto blanco. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, acumuló 33 en su debut.