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Informe gráfico

Por qué sigue siendo imposible no pensar en la gasolina cuando hay que comprar un coche eléctrico

El lanzamiento del coche eléctrico está lejos de haber sido un éxito en Europa. Confusión en las ayudas, modelos caros y una infraestructura deficiente obligan a resetear el sistema

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La idea por delante de la necesidad y a un precio que ni siquiera los subsidios hacían atractiva. El recorrido del coche eléctrico en Europa ha sufrido todo tipo de contratiempos a la hora de convertirse en una alternativa real para los conductores, desde la falta de una cadena de suministro competitiva a un calendario de reducción de emisiones realista, pasando por una infraestructura con escala suficiente. Si se trataba de convencer a los compradores de coches de cuál era la opción correcta a la hora de renovar el vehículo, el plan no funcionó. De hecho salió por la culata si se tiene en cuenta el auge que ha vivido el mercado de ocasión.

Eso sí, el lento avance del vehículo eléctrico en Europa va por países, con España enla última posición. El año pasado, la demanda de los modelos 100% eléctricos, por los que pasan los objetivos de descarbonización a la que obliga Bruselas, apenas fueron el año pasado el 5,6% del mercado, frente a la media europea del 13,6%. Si se suman los híbridos enchufables, la cuota en España llega al 11,8% (por el 20,7% en la UE).

En general, la transición del vehículo de combustión al de bajas emisiones o incluso eléctrico exige ayudas y subsidios. La falta de interés de los españoles por estos vehículos responde en cierto modo a una política de ayudas públicas que ha sido confusa. Pero no es el único caso. En la mayor economía de la zona euro, Alemania, el mercado de vehículos eléctricos se redujo un 29% el año pasado precisamente por el fin de las ayudas a la compra. Mientras, en Noruega, la mayor potencia de energías fósles ubicada en Europa, el mercado de transición verde vivió un gran año.

Con unos calendarios de emisiones para los fabricantes tan exigentes como para amenazarles con multas de 15.000 millones de euros y unos competidores chinos que ya copan el 60% del mercado a nivel mundial, la Comisión Europea y los fabricantes han llegado a una especie de acuerdo para resetear la transición verde. Es lo que demandaba el pasado domingo en ACTUALIDAD ECONÓMICA el número dos de Renault Group y presidente de Anfac, Josep Maria Recasens. Sin desacreditar el objetivo, parece irrealizable en lo relativo a la imposición del vehículo eléctrico cuando, siendo la movilidad esencial para la vida de los ciudadanos, las diferencias de precios entre modelos de gasolina y eléctricos llegue a ser del 100%. La renovación de los planes de incentivos será sólo una de las patas de un plan de relanzamiento que incluye traerse a Europa la industria, o parte, que está en China para recuperar el valor del desarrollo tecnológico en áreas clave como las baterías y, cómo no, contar con vehículos e infraestructuras que acaben de verdad con las ventajas que a día de hoy un vehículo de combustión.

Fuente de los gráficos: ACEA, ANFAC, km77, EAFO y elaboración propia.