- Inmigración Page arremete contra el Gobierno por pactar con "un supremacista identitario como Puigdemont"
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El Gobierno ha respondido este jueves a las duras críticas del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, por el pacto alcanzado por Junts para el reparto de menores extranjeros no acompañados entre comunidades según determinados criterios, como la saturación actual de los servicios de acogida. "Los niños tienen que estar por encima de cualquier otro debate y cualquier otro interés partidista", ha advertido la vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
A preguntas de los periodistas a su llegada a un acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, la también número dos del PSOE ha puesto en duda de que el barón territorial del partido menos alineado con la dirección del partido haya incluso "leído la literalidad" de ese acuerdo. Según ha argumentado, lo que se plasma en dicho texto es "respetar los derechos" de un colectivo vulnerable y que haya "solidaridad" entre los distintos territorios "a través de una modificación legal" que va a permitir que estos inmigrantes "se ubiquen en un lugar que les permita un desarrollo personal".
De esta forma, en Moncloa y en Ferraz se desentienden de las críticas de Page, que había asegurado que no va a "admitir lecciones de solidaridad ni de los que pactan con Vox, con la extrema derecha, ni de los que pactan con la extrema derecha independentista, con un supremacista identitario como es [Carles] Puigdemont". "Nosotros queremos ayudar; solidarios sí, tontos no", llegó a recalcar el dirigente castellanomanchego sobre una medida que, según Junts, supondrá que Cataluña acoja a entre 20-30 menores y Madrid a 700.
"La principal lealtad institucional que ha hecho el Gobierno ha sido justamente solucionar un problema que básicamente se ubica en Canarias", ha subrayado Montero, que no obstante ha tratado de situar el foco de la crítica en el PP, que es además socio del Ejecutivo de coalición en las islas: "Lo que es increíble es que no tengamos en este momento la complicidad de una formación política que ha decidido aliarse con las tesis más extremas de la ultraderecha y, por tanto, hacer de la inmigración un debate que tiene más que ver con la xenofobia y con la capacidad de rechazar a quien es distinto que con los derechos de los niños. Ésa es la lealtad institucional".