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Sari Rautio, representante de Finlandia en España, conoce bien al "imprevisible y peligroso" vecino con el que su país comparte una kilométrica frontera. Ha trabajado en la embajada de Moscú, precisamente en cuestiones de Política Exterior y Seguridad. Y es muy clara respecto a la agresión rusa a Ucrania: "Si son capaces de atacar a un vecino sin que les paremos, pensarán que pueden hacerlo con otros".
- ¿Qué supondría para Finlandia la derrota de Ucrania?
- Supondría una amenaza aún más directa, porque todos sabemos que si pierde Ucrania pierde Europa. El ataque de Rusia es un ataque contra nuestros valores, contra la libertad y la democracia, pero es también un ataque físico contra la integridad territorial de Ucrania. Y si Rusia es capaz de hacer eso a un vecino suyo sin que le paremos, pensará que lo pueden hacer también en otros países.
- Entonces, ¿ve un riesgo real de que Putin expanda su agresión?
- Es lo que tenemos que prevenir, pero no se puede excluir. La presidenta de la Comisión Europea ha dicho que, por el momento, no hay riesgo de expansión, pero no se puede descartar. Por eso estamos fortaleciendo nuestras defensas y nuestra seguridad de manera integral. Ahora no vemos una amenaza militar directa de Rusia a Finlandia, pero no sabemos qué puede pasar en el futuro. Yo creo que hoy en día lo que define bien a Rusia es la imprevisibilidad. Sabemos que es un régimen autoritario y que va a haber unas elecciones ahora, o lo que ellos llaman elecciones porque no hay opciones, solo va a ganar Putin. Lo único que podemos hacer es intentar entender lo que pasa allí, lo que puede pasar allí, cómo nos afecta y cómo fortalecer nuestra seguridad.
- ¿Cree que están surgiendo fisuras en el compromiso de Europa de apoyar a Kiev hasta el final?
- Es verdad que cuando Rusia atacó a Ucrania hace dos años la reacción de la Unión Europea fue de unidad. Era una unidad necesaria; es la base de toda nuestra actuación. Ya veíamos en aquel entonces que estaríamos en esto a largo plazo. Sabíamos que no iba a ser siempre fácil. Los paquetes de sanciones, la ayuda en material militar, humanitaria y económica ha demostrado que la UE es capaz de mantenerse unida. Sí, ha habido fisuras, pero siempre hemos sido capaces de taparlas. Por ejemplo, el paquete de ayuda a Ucrania que Hungría bloqueó en diciembre, finalmente se aprobó a principios de año.
- Finlandia está preparada para resistir cualquier tipo de crisis que amenace su territorio gracias a su Estrategia de Seguridad Integral, pero ¿se sienten más seguros tras entrar en la OTAN?
- Naturalmente, sí. Pedir la entrada en la OTAN no ha sido el único elemento de nuestra seguridad, que está basada en nuestra historia y en una tradición de defensa nacional muy fuerte. Pero para nosotros sí fue importante dar ese paso porque nos brinda la defensa colectiva de la Alianza. Cuando se mira el mapa, cuando se entiende el tamaño de Rusia, está claro que solos no podemos defendernos. Necesitamos ayuda. Podemos mostrar que no se puede atacar Finlandia sin una contraofensiva, pero a largo plazo necesitaríamos apoyo de nuestros aliados, por eso la membresía en la OTAN ha sido tan importante.
- Además, tuvo un amplísimo consenso entre la población finlandesa.
- Los finlandeses son muy pragmáticos y están muy atentos a los eventos internacionales. Desde que se derrumbó la Unión Soviética entramos casi inmediatamente en la Unión Europea, y en aquel entonces, en el año 95, ya dejamos nuestra neutralidad, pero todavía seguíamos sin ser aliados militarmente. Los finlandeses pensaban que estábamos bien con esa situación, pero cuando Rusia atacó a Ucrania ilegalmente todo quedó bastante claro: tenemos un vecino muy imprevisible y peligroso, tenemos que hacer lo que haga falta para fortalecer nuestra seguridad. Y el paso pragmático era la entrada en la OTAN.
- ¿Por qué era tan importante que entrara también Suecia?
- Era importantísimo para Finlandia, la prioridad número uno desde nuestro ingreso en la Alianza. Son nuestros principales socios, en ámbitos de la sociedad y también de la defensa. Pero su entrada es además importante a nivel geográfico: sin el ingreso de Suecia en la OTAN tendríamos un hueco en blanco entre Finlandia y Noruega que haría complicada la actuación y planificación de la Alianza.
- Antes hablábamos de Orban, precisamente el 'premier' húngaro dijo el lunes que "Trump no dará un céntimo a Ucrania" si llega a la Presidencia. ¿Qué cree que ocurrirá si esto sucede?
- Ya tenemos la experiencia de Donald Trump como presidente de EEUU y, si fuese él quien ganara las elecciones en noviembre, ya sabemos un poco cuáles serían sus prioridades, cuál es su manera de actuar. La última vez que Trump fue presidente se temía mucho por el futuro de la OTAN, porque en aquel entonces criticaba mucho a la Alianza y aludía a la posibilidad de que EEUU dejase la membresía. Las palabras y los hechos no fueron muy coherentes, al final EEUU fortaleció su presencia en Europa en el marco de la OTAN durante su Presidencia. Así que, con esta experiencia, creo que tenemos que estar preparados para todo, pero no creo que sea muy fructífero ser pesimista. Lo que sí es importante es que no podemos depender de EEUU en nuestras decisiones europeas. Está claro que es un socio imprescindible para la UE y para la OTAN, pero si llegasen decisiones muy drásticas estoy segura de que los países europeos serían capaces rápidamente de unirse y tomar decisiones que asegurasen nuestra seguridad en el futuro.
- ¿Hay que retomar el debate sobre un ejército europeo?
- El debate estaba más vivo hace 10 años, cuando se estaba construyendo la Política de Seguridad y Defensa de la Unión, pero ya en aquel entonces se dejaba claro que no existe un ejército europeo, sino ejércitos nacionales que se puede utilizar en el marco de la OTAN o de la UE. Sin embargo, no hay que descartar en el futuro algún tipo de marco con un objetivo más defensivo para la UE, pero como ya tenemos la OTAN, no creo que eso sea necesario.
¿Cómo recibió la noticia de la muerte de Navalny, tan próxima a las elecciones rusas?- Causó una gran conmoción en Finlandia. Y hablo tanto de los círculos políticos como de los ciudadanos porque demuestra lo cínico que es el régimen ruso y el miedo que tiene de la oposición. No fue necesario matar a Navalny, pero decidieron matarlo y eso demuestra también el nivel de autoritarismo de un régimen que está yendo hacia el totalitarismo. Y se advierte lo difícil que va a ser, quizá en el futuro, reconstruir la relación con Moscú. La tendencia en Rusia es tristísima.
Fue sorprendente ver la cantidad de ciudadanos rusos que asistieron al funeral de Navalny. ¿Sigue teniendo una oportunidad la oposición?- Claro que hay una oportunidad en el futuro, pero la oposición rusa ha perdido un actor clave que daba esperanza de que puede haber opciones a este régimen. La importancia de Navalny es enorme y hay bastante desmoralización en la oposición. Pero al mismo tiempo hay muchos otros que dicen que no se van a rendir, que no van a dejar de luchar por Rusia, por ejemplo la viuda de Navalny. Su muerte ha sido un duro golpe, pero yo quiero creer que en el futuro puede haber fuerzas democráticas que sean una alternativa para este régimen autoritario.
- ¿Cómo vislumbra el final de la guerra en Ucrania?
- Creo que esta es la pregunta pertinente. Ya llevamos dos años de guerra en los que Rusia ha demolido la infraestructura ucraniana, ha matado a civiles, a soldados ucranianos en un ataque totalmente ilegal. Está claro que Ucrania tiene que ganar esta guerra porque, como he dicho al principio, es una guerra de Rusia contra Europa y sus valores, pero también contra el Derecho Internacional, contra la ONU. Rusia está rompiendo todas las reglas, tanto de la guerra como de la coexistencia de los miembros de la ONU. No vemos otra opción que apoyar a Ucrania en lo que haga falta hasta que gane. Algún día tendrá que haber una solución, pero no pasa por la rendición de Ucrania. Finlandia está entre los países que más ha apoyado Ucrania y vamos a seguir haciéndolo. Escuchamos mucho a los ucranianos, ellos tienen su plan de paz, y en base a este plan sí podemos buscar una solución a esta guerra.