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Fue hace cinco meses, en mayo, cuando trascendió la insólita noticia de que Mayte Zaldívar (67) y Julián Muñoz, que ha muerto este martes a los 76 años, se habían vuelto a casar el pasado 30 de enero ante notario después de 17 años divorciados y un largo historial de delitos y reproches en televisión que forman parte de la cultura corrupop de este país. Una reboda que celebraron en un chiringuito de Marbella junto a sus familiares y un par de íntimos, entre ellos el adivino Rappel, que declaró exultante: "Julián me ha dicho que ahora se da cuenta de lo que vale Mayte, de la mujer maravillosa que es. Dice que ella ha sido, es y será todo hasta el último día de su vida".
Dados los antecedentes -penales y sentimentales- de la pareja, nadie se tragó que esa nueva oportunidad fuera fruto del amor. Julián Muñoz tenía un "cáncer galopante", que ha acabado con su vida, y otra grave dolencia crónica que precipitó su salida de prisión en 2021. Así que todo apuntaba a un interés económico en pro de la que se ha convertido en su viuda y sus descendientes.
Hay quien apuntó en ese momento que la reboda se produjo para que Mayte cobre la pensión nada desdeñable que tendría Julián en calidad de ex alcalde -la máxima, 2.000 euros-, aunque hay otras voces que afirmaron que desde que salió de la cárcel apenas cobraba el salario mínimo vital, unos 800 euros en su caso. El giro de guion también se pudo gestar con el objetivo de que cuando Julián muriera, ella tuviera interés legítimo para cobrar su herencia y así manejar el dinero que supuestamente aún tienen fuera y nunca se encontró. Un escenario que ponen en duda juristas que aseveran que cualquier movimiento en las cuentas de Mayte y sus hijas sería sospechoso y que el hecho de que ella esté a punto de cumplir 70 tampoco la eximiría de entrar en la cárcel. "Si eso fuera posible, le bastaría con hacerle un poder en un notario extranjero".
Otro elemento que no hay que olvidar y que hace aún más increíble esta historia es que Mayte sigue manteniendo una relación con Fernando Marcos, su novio de los últimos 17 años, que vive con ella en una urbanización frente al mar mientras Julián reside en casa de su hija Elia.
Pero, ¿quién es realmente María Teresa Zaldívar García? ¿De dónde sale esta señora de pelo húmedo, gafas de sol enormes y caftán que parece siempre de camino a casa después de un largo día de sol y playa? La biografía de Mayte es digna de biopic. Quien mejor la ha retratado es el periodista Juan Luis Galiacho, director de El cierre digital.
Hija de guardia Civil, Mayte Zaldívar, nacida en Castellón de la Plana, se crio en la casa cuartel del barrio marbellí de Leganitos. "Era muy moderna. Bebía, fumaba y se ponía unas faldas cortísimas", afirma una fuente que la conoció entonces. Miss Autoescuela en 1973 -y rival de Norma Duval, Miss Madrid ese año-, probó suerte como actriz del destape y participó en dos filmes. El que marcaría su destino, titulado Hold-Up, instantánea de una corrupción, y Pepita Jiménez, producida por Espartaco Santoni.
En un viaje a la Costa del Sol, Mayte mantuvo un romance con un hombre casado, propietario precisamente de una cadena de autoescuelas junto a sus hermanos. De aquella aventura nació su hija mayor, Eloísa. "Él dejó a su mujer y se fueron a vivir a Madrid para evitar el escándalo. Pero al poco, él se mató en un accidente de tráfico", sostiene esa fuente, buena conocedora de su pasado.
Mayte tuvo que sacarse las castañas del fuego y se puso a trabajar de camarera en La Poupée (La muñeca), un club de la Gran Vía donde servía copas ligera de ropa. Allí se cruzó con Julián Muñoz, en los años que él dijo estudiaba Medicina. Julián la sacó del tugurio y adoptó a su hija Eloísa, aunque no le dio sus apellidos. Se casaron, tuvieron otra niña, de nombre Elia, y se marcharon a vivir a San Martín de Valdeiglesias, pueblo madrileño que linda con Ávila, tierra de él. De ahí, se mudaron a Marbella dejando muchas deudas atrás.
"Llegaron con un coche que se caía a pedazos y alquilaron un cuarto piso sin ascensor en el barrio de la Divina Pastora, una zona muy humilde. Ella pidió trabajo de camarera de piso en Incosol. Pero exigió libres los sábados y domingos, así que la descartaron. Cuando hicieron los cines de Puerto Banús, Mayte hizo de azafata, acomodadora, taquillera...".Julián montó una casa de comidas que llamó Mayte I y ella se acabó metiendo en la cocina. En este local almorzaba todo el equipo del ayuntamiento con Jesús Gil, que no tardó en fijarse en el potencial de Mayte, muy inteligente aunque sin preparación alguna, como su marido, un gran RRPP cegado por el dinero. Gil le propuso a Mayte ser concejala de Fiestas, pero ella le pidió que le diera el puesto a su marido. Ahí empezaron todos sus males. Llegaron a alcalde y primera dama. "Compartían delirios de grandeza, juergones y discusiones que deterioraron el matrimonio antes del romance de Julián con Isabel Pantoja", desliza un constructor que les trató directamente. "Ella era el prototipo de corrupta consorte de la España del ladrillazo", dice con sorna Galiacho.
Mayte, en efecto, se acostumbró rápido al dinero a espuertas, los oros, los bolsazos y las mordidas y acabó condenada a más de tres años por blanqueo de capitales. Lo hacía con ayuda de su hermano Jesús, con quien abrió cuentas en Suiza y Gibraltar. De su novio Fernando Marcos, con el que trabaja hoy en el mercado de Marbella, se ha dicho lo mismo. Mayte, en efecto, se acostumbró rápido al dinero a espuertas, los oros, los bolsazos y las mordidas y acabó condenada a más de tres años por blanqueo de capitales. Lo hacía con ayuda de su hermano Jesús, con quien abrió cuentas en Suiza y Gibraltar. De su amigovio Fernando Marcos, con el que trabaja hoy en el mercado de Marbella, se ha dicho lo mismo. Que no es su pareja, sino un eterno compañero de farras, en el fondo un amigo fiel.