Son muchas las teorías sobre el origen de la pizza, uno de los platos más conocidos, versionados y consumidos del mundo. Se dice que su invención pudo haber sido en Grecia, en Egipto, en el Norte de África e incluso en el sur de Italia hace dos mil años. Sin embargo, es en los barrios más humildes de la ciudad de Nápoles donde se encontraron las primeras pruebas de que ya en el siglo XVI existía una especie de pan recién sacado de una chimenea de leña muy similar a lo que se conoce hoy como la pizza.
Tenga el origen que tenga, lo cierto es que la pizza napolitana, caracterizada por su masa fina esponjosa (contrario a la crujiente de la versión romana), gomosa y elástica, con los bordes más gruesos, es una de las más reconocidas y galardonadas del mundo; no en vano fue declarada en 2017 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. De la ciudad italiana salen año tras año los mejores pizzaiolos, según prestigiosos certámenes a nivel internacional como Top100 The Best Pizza, 50 Top Pizza, que deleitan a su público allí o en otros lugares del planeta con sus mejores creaciones.
Recorremos, pues, la caótica pero encantadora Nápoles, y algo de las afueras, en busca de sus mejores pizzerías.
Lugares históricos
Comenzamos la ruta en una de las más conocidas de la ciudad, y del mundo: L'Antica Pizzeria Da Michele (via Cesare Sersale 1/7). Este pequeño gran negocio familiar centenario abrió sus puertas en 1870 y hoy es testigo de largas colas de gente que espera horas cada día para conseguir probar alguna de sus espectaculares pizzas, de las que, por cierto, sólo hay dos sabores: Margarita (tomate, queso mozzarella, albahaca fresca) y Marinara (salsa de tomate, aceite de oliva virgen extra, orégano y ajo). El negocio, que se hizo aún más famoso cuando apareció en la película de Come, Reza, Ama (2010), con la mismísima Julia Roberts comiendo una de sus pizzas en una escena, cuenta hoy con establecimientos en varios países, incluido España con dos, uno en Barcelona y otro en Madrid, inaugurado el pasado mes de septiembre.
No muy lejos de la anterior, Gino e Toto Sorbillo (via dei Tribunali 32) es otro clásico en Nápoles para deleitarse con sus pizzas, recomendadas por la Guía Michelin. El negocio familiar fundado en 1935 no admite reservas, así que lo normal es tener que esperar largas colas para probar algunas de las 35 propuestas de gran tamaño que aparecen en la carta (desde 7 euros), incluida alguna vegana.
En la misma zona, se encuentra Di Matteo (Via dei Tribunali, 94), otro de los locales históricos de la ciudad abarrotado siempre de turistas. Allí comió el mismísimo Bill Clinton cuando la ciudad fue la sede del G7 en julio de 1994. El expresidente estadounidense pidió la famosa pizza portafoglio, también conocida como a libretto (un formato más pequeño que se sirve para llevar), acompañada de una Coca-Cola. En la carta, cuentan con casi medio centenar de pizzas diferentes, incluida la frita.
Recetas más actuales
Para los que prefieran lugares un poco más modernos y con recetas más actuales, además de las tradicionales, 10 Diego Vitagliano Pizzeria es su destino. El joven chef napolitano Diego Vitagliano, elegido el mejor pizzaiolo del mundo por la guía 50 Top Pizza en 2023 y 2024, ha conseguido situar a sus restaurantes (tiene ya tres en el centro de Nápoles) en el punto de mira mundial. Amante de las pizzas artesanas y sin gluten, la Margarita no es sólo su preferida, también la de los miles de clientes que abarrotan a diario sus restaurantes, donde despachan 10.000 pizzas por semana. Pero las hay de más sabores: marinara, diavola, pistadella (pesto de pistacho), prociuttina o la americana (con patatas fritas)... Desde 6 euros.
A las afueras
Merece la pena desplazarse a la localidad de Caserta, una hora en coche a las afueras de Nápoles, para darse un homenaje con las pizzas de I Masanielli di Francesco Martucci (Viale Giulio Douhet, 11, Caserta). En el enorme restaurante, reconocido como la mejor pizzería del mundo tres veces consecutivas en el influyente ranking 50 Top Pizza, trabajan unas 20 personas en la cocina a la vista donde, bajo la dirección de Francesco Martucci, mejor pizzaiolo del planeta en varias ocasiones, realizan unas mil pizzas al día sin parar para los turnos de comida y cena (cierra los lunes). Se recomienda reservar, aunque Martucci asegura que siempre hay varias mesas abiertas para la gente que espera cola sin cesar todos los días con la esperanza de conseguir sitio.
En el local todo gira en torno a la pizza y la carta se completa con siete entrantes y cuatro postres. Respecto a las pizzas, existen hasta 25 tipos, cocinadas al horno, fritas o al vapor (desde 8 euros). Imprescindibles la Assoluto di Pomodoro (con varios tipos de tomate), la Saturnia, uno de los hits de la casa (tomate a la brasa y polvo de alcaparras y aceitunas y crema de ajo negro fermentado), y la 7 Consistenze della Cipolla (con siete elaboraciones de cebolla).
Un poco más al norte, a 25 minutos, en Caiazzo, se encuentra otro de los templos de la pizza en Nápoles: Pepe in Grani, propiedad de Franco Pepe, el mejor pizzero del mundo según los Best Pizza Awards en 2021, 2022 y 2023. Pepe ha sabido dar un giro de tuerca a la pizza tradicional y ha innovado con sus creaciones, que él distingue en la carta como "originales". Entre ellas, la Margherita Sbagliata (mozzarella, reducción de tomate, reducción de albahaca y aceite de oliva); la Alletterata (crema de cebolla, mozzarella, atún y apio) o la Memento (crema de cebolla, garbanzos, cebolla frita, achicoria cruda, pimienta y aceite), que conviven con las "clásicas" y las de "temporada" (precio: desde 6 euros la Marinara). Otro de sus mayores éxitos es la pizza frita, que atrae a clientes de todo el mundo. Imprescindible reservar.