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Entrevista no vista

Álvaro Benito: "El éxito en la música y la televisión no compensa la lesión ni "estaba escrito", como dicen. Los cojones"

Promesa y realidad del Madrid durante unos años, icono del pop nacional dos décadas y comentarista televisivo de éxito. Ahora que 'Pignoise' cumple 20 años y sigue llenando pabellones, es tiempo para recordar y reflexionar.

Álvaro Benito, en la entrevista con EL MUNDO
Álvaro Benito, en la entrevista con EL MUNDOJOSE AYMAEL MUNDO
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Lo han vendido todo para la gira del 20º aniversario de Pignoise.
Está todo agotado y en el Movistar Arena (7 de marzo) queda poco. Nunca habíamos hecho algo así de gordo. Festivales y cosas así sí, pero uno nuestro como promotores... Es el más gordo. Creo que llegar a estar de moda es difícil, pero seguir estando vigente cuando ya hace mucho tiempo que no estás de moda es mucho más difícil. Y el grupo creo que está en su mejor momento.
¿Qué ha cambiado después de 20 años?
Se ha mejorado a nivel de producción, nosotros hemos mejorado a todos los niveles, yo como cantante, que me he puesto las pilas a saco, que el tiempo libre que tengo lo dedico a estudiar... Se ha mezclado todo. Hemos intentado mantener el espíritu pero hemos mejorado mucho como músicos. Y en los conciertos ha sido increíble porque hemos saltado una generación, vemos chavales de 18 o 19 años, y flipamos. Llevamos 15 años sin discográfica, no hemos hecho nada, teníamos las redes inactivas... Pero las canciones se han seguido poniendo en los bares, en reuniones de amigos...
¿Hay mucha nostalgia en la música?
No sé si es nostalgia. ¿Qué es la nostalgia? ¿Los Rolling Stones son nostalgia? ¿AC/DC es nostalgia, que llevan tocando las mismas canciones 50 años? Lo que hace es que emociona a la gente y la gente lo quiere seguir viendo. No hay mucha historia.
15 años sin discográfica. ¿Por qué?
Porque las experiencias, salvo casos puntuales, no fueron buenas. Somos un grupo particular porque cuando llegó el éxito éramos de Globomedia, que no era una discográfica, era una productora de televisión. Siempre nos faltó esa pata de la mesa. Si en aquel momento, con el 'boom' que tuvimos, hubiésemos sido de Sony, si Sony hubiera hecho una apuesta bestial por nosotros como hizo con Pereza o El Canto del Loco... Siempre nos faltó ese empuje logístico. Después de dos discos nos fuimos de Globomedia y en 2010 sacamos 'Año cero' con Sony, hicimos 96 conciertos... Una pasada. Pero ese año se desplomó el CD en picado. Veníamos de vender 200.000 discos, vendimos 30.000 y Sony lo consideró un fracaso. Nos dijeron que teníamos que cambiar de estilo y les mandamos a la mierda. Desde entonces estamos sin discográfica, por decisión propia, y ha ido de puta madre.
¿Cómo encaja la gira y la música en su trabajo como comentarista? Ya no es una vía de escape como después de la lesión.
No, son momentos diferentes. La lesión fue una huida hacia adelante, la vida seguía y apareció el camino hacia la música. Pasaron unos cuantos años hasta que la cosa se volvió profesional, hasta que empezamos a ganar dinero. Y cuando llegó el primer 'boom' del grupo sólo me dedicaba a la música. Era una salvajada, de junio a octubre no volvías a casa, te hacías ciento y pico bolos en ayuntamientos... Era una burrada. Ahora ha cambiado, es más espaciado, fines de semana, festivales en verano... En las semanas en las que hay mucho fútbol apenas tengo tiempo, pero lo encajo bien. Soy afortunado porque el trabajo de comentarista me da espacio para el trabajo de músico. Son compatibles. Cuando empecé en la cantera del Madrid como entrenador inicié un camino que no sabía si iba a volver a tocar algún día en mi vida, si iba a volver a subirme a un escenario.
La música llega después de la lesión y después de su paso como entrenador en la cantera del Madrid. Siempre llega como segunda opción, ¿no?
Es que no había espacio profesional para ambas cosas. Es un proceso natural. Cuando dejé el fútbol empecé con la música, nos fue de puta madre durante siete u ocho años, luego vino el primer valle musical, empecé a trabajar en los medios y coincidió con mi inquietud de ser entrenador. Era una forma natural de que el fútbol volviera a mi vida, porque lo había enterrado debajo de muchas capas. Y luego no todo sale como queremos, mi carrera como entrenador tuvo un 'stop' abrupto y tenía el gusanillo de la música, nos apetecía volver y probamos. La vida te lleva por desvíos que no esperas y ahora estoy de puta madre, con la música y en los medios de comunicación.
Dice que había enterrado el fútbol debajo de varias capas. ¿Por rabia?
A veces hacemos las cosas de forma inconsciente y supongo que sí, que había un dolor ahí por haber tenido que abandonar mi carrera futbolística y es un dolor que aunque yo no lo manifestara estaba un poco escondido. Cuando empiezo a tener contacto con los medios me doy cuenta de que me interesaba mucho, me saco el título, empiezo a entrenar, me engancho y me obsesiono mucho con el tema. Mi padre decía que estaba preocupado por mi salud cuando estaba como entrenador. Era lo único que existía en mi vida.
Le he escuchado alguna crítica al reguetón pero también la frase "no tengo la culpa de que a la gente le gusten mis canciones". Esa frase valdría para el reguetón.
La crítica al reguetón la hago al analizar los procesos para hacer música. Tú quieres hacerte médico y no te puedes hacer mañana. Pero mañana te puedes hacer reguetonero o DJ. Y eso influye en el resultado. Es mucho más fácil que estudiar un instrumento durante 8 o 10 años, cantar, componer... Contra eso es difícil competir. Por eso es admirable que haya chavales de 16 o 18 años que se montan una banda. Eligen el proceso largo.
Ser primero en una lista no hace mejor esa música.
No. Es que el ser masivo no tiene que ver con eso. El Burger King o el Mc'Donalds están llenos, son masivos. ¿Es buena comida? No. El tema es que no te intenten convencer de que es lo máximo que hay. Yo el reguetón lo equiparo a la música de pachanga, siempre ha existido y ha tenido su espacio y me parece perfecto. Pero es como si los artistas de pachanga llenaran el Bernabéu y te vendieran esa música como la panacea. Es música para entretener y no pasa nada, no es una connotación peyorativa, pero que no me la vendan como panacea.
A Pignoise al principio también le caían críticas.
Sí, cuando empezamos a tener éxito. Y lo entiendo, todo va ligado. Y ahora ya menos porque... ¿qué van a decir? Cuando llevas 20 años y has pasado una generación. Los que decían que íbamos a durar cinco minutos me dan igual, no he perdido un segundo en todo eso.
¿Ha tenido en algún momento el síndrome del impostor?
Al principio, pero hacia mí mismo, no hacia los demás. Estaba más inseguro en directo y en estudio. Yo no sabía cantar, no había cantado en mi puta vida. Y para mí ha sido un aprendizaje, ahora estoy mucho más relajado, pero ha sido a base de trabajo. Yo de pequeño no estudié música, estaba jugando al fútbol. Si hubiera estudiado guitarra y canto las horas que estuve jugando al fútbol sería la hostia.
¿Es más fastidiada la crítica futbolística o la musical?
Creo que la futbolística. El campo no engaña y en la música hay mucho celofán, mucho adorno con el que engordar proyectos y mucho periodista afín a determinada música que lo intenta vender como algo místico. Esa es la parte del periodismo musical que me hace más gracia, los que le dan mística a la cosa. Porque sé perfectamente cómo es la industria por dentro, cómo son los artistas, y el fútbol es más desnudo, más transparente.
¿Le ha decepcionado el mundo de la música por dentro?
No... Nosotros hemos sido siempre como una isla. Al principio costaba que nos tomaran en serio por el hecho de haber sido futbolista. Es entendible. Entre que estábamos verdes y que yo había sido futbolista... Cuando ya empezó todo a ir mejor cambió el panorama.
Entre los dos mundos, ¿es más falso el de la música?
No diría falso. Yo aprendo a tocar la guitarra y un año después, con cinco acordes y buenas letras, puedo llegar a tener muchísimo éxito porque eso emociona a la gente. Y lo puedo hacer sin ser un virtuoso. Es subjetivo. Muchos de los grandes grupos de la historia no son virtuosos, ni mucho menos. Oasis, que me flipan, no son virtuosos ni Liam es un gran cantante, pero eh, son la hostia. Hazlo tú, ¿sabes? El fútbol es objetivo: o juegas bien o no juegas bien. No hay más.
¿En cuál de los dos mundos hay un mayor vacío después del estrellato?
(Piensa). Es difícil. He escuchado a muchos decir que después de un gran concierto vas flotando y llegas a la habitación del hotel y estás solo. El contraste es tremendo. Pero el tema para mí es que yo no he cambiado nunca. Tampoco cuando jugaba al fútbol, que te vuelves famoso, juegas en el Madrid y puedes creer que eres alguien especial con derechos adquiridos, que estás por encima del bien y del mal... Yo no cambié. Eso lo pueden decir los que me conocen. No he cambiado ni una coma. Obviamente no es lo mismo estudiar derecho que jugar en el Madrid porque las circunstancias te afectan. Pero para mí el éxito es ser cada vez mejor cantante y hacer mejores canciones.
¿Todo el éxito actual en música y televisión llega a compensar la lesión?
No, no. Nada. Qué va. No lo firmo. He tenido una vida muy feliz y soy consciente que soy un privilegiado, no cambiaría ni una coma, porque he vivido experiencias que no hubiese vivido de haber tenido una carrera futbolística normal, pero no. No compensa. En el momento no entiendes por qué la vida es injusta contigo sin merecerlo. Y yo me lo he currado mucho. No creo en el destino ni en cosas mágicas, ni en que "estaba escrito", como dicen. Los cojones. No estaba escrito que estuviera cinco años persistiendo para tener un futuro profesional en la música. Con el fútbol me lo curré y no salió y con la música salió. No creo en que la vida me tenía que compensar. Hay gente que pasa cosas mucho peores y la vida no les compensa. Yo no podía quedarme de brazos cruzados ni ser una persona autocompasiva. Mi vida tenía que seguir, tenía que buscar mi camino y mi felicidad.
¿Los amigos desaparecen con la lesión e intentan aparecer con el éxito musical?
No desaparecen como tal. Te quedas solo. La vida sigue a su velocidad normal y tú te quedas atrás. A todos los niveles. Te quedas solo con tu familia, que es la única que resiste a tu velocidad. Y el resto sigue con su vida, es normal, no es negativo. Cuando estás en un lugar muy oscuro queda tu familia y algún amigo que sea uña y carne, pero nadie más. Es como tiene que ser.
¿Algún futbolista se ha molestado con sus comentarios o críticas en televisión?
Que yo sepa no. Soy muy respetuoso y mi trabajo es decir lo que veo. Es el único valor que puedo tener, decir lo que veo sin condicionantes y sin doblarme por nada. Yo hablo del juego, no de las personas. Puedo decir que alguien ha tenido un error y no es un ataque personal a nadie.
¿Qué hubiera hecho si no hubiera salido lo de la música?
Hubiera retomado mis estudios de derecho y hubiera opositado a notario. Era muy empollón. Retenía muy bien y me resultaba sencillo estudiar. Y soy muy competitivo, si no era el que mejores notas sacaba en clase no estaba contento.

La pregunta impertinente

Pregunta.-¿Cuál es la pregunta más impertinente que le han hecho?

Respuesta.- La que me sigue molestando mucho que me sigan haciendo es «¿De dónde viene el nombre de Pignoise?». Viene de una pegatina que tenía en la guitarra que ponía «I love my pig nose» (Me encanta mi nariz de cerdo). Y de ahí viene. Una gilipollez.