Quizá se podría convenir que la palabra finfluencers parece sacada de una tormenta de ideas (brainstorming, que se diría ahora) entre TikTok y Wall Street, pero aunque así fuese, la realidad es que este perfil es ya parte del paisaje habitual que se encuentra en cualquier red social.
Son jóvenes (en su mayoría), carismáticos (al menos delante de una pantalla) y dominan un lenguaje directo que conecta con una audiencia predispuesta a consumir claves rápidas para ganar dinero, ahorrar, invertir o salir de deudas. Pero detrás de las gráficas llamativas, los vídeos virales y los titulares prometedores, hay una pregunta que se vuelve urgente, sobre todo al tratar de un tema tan delicado como las finanzas: ¿estamos ante divulgadores financieros o simples vendedores de humo?
El fenómeno no es menor. En un contexto en el que el 46% de los españoles no es capaz de responder correctamente a tres preguntas básicas de educación financiera, según datos del Banco de España y la CNMV, la figura del finfluencer ha crecido hasta convertirse en fuente principal de información económica para muchos jóvenes. Algunos, con buena intención y bastante formación, explican conceptos como el interés compuesto o cómo hacer un presupuesto mensual. Otros, en cambio, promocionan productos financieros con frases como "haz clic aquí y empieza a ganar dinero mientras duermes". Puro gancho. A veces lo hacen sin explicar los riesgos, sin avisar de posibles comisiones por los servicios que se contratan o sin aclarar si ellos mismos están cobrando por esa recomendación.
Saber diferenciar recomendaciones basadas en criterios objetivos de otras de intereses ocultos es primordial. Como suelen recordar los expertos, mantener un pensamiento de desconfianza informada ante lo que nos llega por redes es un buen primer paso para evitar posibles chiringuitos financieros, como denomina la CNMV a esas entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar registradas en la autoridad supervisora correspondiente.
"Sólo el 10% de los influencers financieros comunican de forma transparente la relación que tienen de afiliación"
Concienciar a los jóvenes de la importancia de tomar decisiones informadas sobre su dinero es tarea de todos. Por eso, cada año se celebra la Global Money Week, una campaña impulsada por la OCDE en más de 170 países para promover la educación financiera entre niños y jóvenes. Este año ha tenido lugar del 17 al 23 de marzo bajo el lema Darle like no te renta: cuida tu dinero, muy en sintonía con el auge de la figura del finfluencer.
Banco Santander se ha sumado a este evento mundial con varias actividades, organizando más de 130 talleres en toda España y un webinar para tratar de aclarar todo lo que rodea a esa figura. Bajo el título Finfluencers: ¿maestros del dinero o vendedores de humo?, Laura Yturriaga, del equipo de Sostenibilidad de Santander España, ha advertido de que es fundamental que los jóvenes aprendan a cuestionar la información que reciben y a identificar fuentes confiables.
Yturriaga ha lanzado una cifra preocupante: "Sólo el 10% de los influencers financieros comunican de forma transparente la relación que tienen de afiliación". Durante esta jornada, y a través de materiales divulgativos, se han explicado distintos perfiles de estos creadores. Así, se pueden dividir en los que educan, quienes promocionan productos, los analistas, traders o los que comparten su experiencia personal. La clave está en saber si son transparentes sobre riesgos, beneficios y posibles comisiones, o si no lo son.
¿Cómo hacerlo? Yturriaga apuesta por desconfiar "de quienes aseguran riqueza fácil y sin esfuerzo", porque, recuerda, "no hay inversiones sin riesgo". Para ejemplos, botones como BitConnect o Fórum Filatélico, caso claro de lo que ocurre cuando se invierte sin la información adecuada.
Como se recordó en el webinar, "no todo lo que reluce es oro", y en finanzas, igual que en redes, conviene mirar dos veces antes de dar un like o, peor aún, el número de tarjeta.