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Las casas de campo tienen un encanto especial que atrae a las personas que residen en la ciudad. Su estilo rústico conecta con lo auténtico, con la naturaleza, con las tradiciones y con una manera de vivir más sencilla y con menos estrés. Por ello resultan tan acogedoras y aprovechamos cualquier momento para escaparnos a ellas. No obstante, para que nos transmitan esa calidez y esa sensación de bienestar es importante que prestemos tanta atención a su decoración como a la de nuestra vivienda habitual.
Las mejores ideas para decorar tu casa de campo y que quede como una de revista
Si tienes una segunda residencia en el pueblo y quieres darle un nuevo aire para hacerla aún más acogedora, ficha estas ideas para decorar una casa de campo que te presentamos a continuación. Lograrás que luzca como una de revista.
La madera y la piedra deben ser grandes protagonistas en una casa de campo
La decoración de una casa de campo no se entiende sin el uso de estos dos elementos. "La madera y la piedra se convierten en imprescindibles y están presentes en suelos, en muebles e incluso en elementos secundarios", explican los expertos de Leroy Merlin. Estos materiales aportan calidez y llenan el espacio de un toque natural que conecta con la naturaleza.
Idea para decorar una casa de campo: utilizar muebles restaurados o de segunda mano
En uno de los vídeos de su canal de YouTube, la empresa Altia Reformas recomienda usar muebles restaurados o de segunda mano para decorar una casa de campo. "Le darán un toque vintage y elegante al espacio ahorrando dinero", apuntan. Simplemente dando una capa de pintura a un mueble antiguo conseguirás que luzca como nuevo e ideal para tu segunda residencia en el pueblo.
Deja al aire las vigas del techo en tu casa del pueblo
Desde Altia Reformas también aconsejan dejar las vigas del techo a la vista en una casa campestre. Esta idea te ayudará a conseguir un estilo rústico en la vivienda. Además, puedes darles una capa de pintura para que luzcan más bonitas. Lo ideal es utilizar tonos cálidos o neutros que transmitan una sensación de tranquilidad.
Paredes y techos blancos para dar luminosidad a tu casa de campo
Si tu casa del pueblo no cuenta con demasiada luz, aclara los diferentes ambientes pintando las paredes o los techos de blanco o de tonos neutros. Estos colores potenciarán su luminosidad y, al mismo tiempo, harán que los espacios parezcan más grandes.
Con ventanales amplios tu casa del pueblo tendrá mucha luz
Otra opción para que tu casa del pueblo luzca más luminosa es que cuente con amplios ventanales. De este modo, no solo conseguirás que entre más luz al interior, sino que además conectarás la vivienda aún más con el entorno natural. Utiliza también cortinas finas y en colores claros para aprovechar al máximo la luz natural.
En tu casa campestre utiliza fibras textiles naturales
En cuanto a tejidos que deben predominar en una casa de pueblo hay que destacar la lana, el algodón o el lino. Y es que las fibras textiles naturales encajan a la perfección con un entorno rural. "También se pueden añadir alfombras o tapices para acentuar el estilo rústico de la casa", añaden los expertos de la tienda de muebles y decoración Rústica y Ambientes.
No pueden faltar las plantas en una casa de campo
Además de dar vida y color a cualquier hogar y de refrescar el ambiente, las plantas nos permiten estar en contacto con la naturaleza, algo fundamental en una casa de campo. No pueden faltar ni en los espacios interiores ni en los exteriores de la vivienda, ya que ayudarán a potenciar el estilo rústico de la misma.
Una chimenea convertirá tu casa de campo en una de revista
Tengas o no calefacción, la chimenea es imprescindible en una casa de campo para que luzca como una de revista. Y es que no solo sirve para calentar la vivienda, sino que también se trata de un excelente elemento decorativo. Lo ideal es colocarla en un lugar central y en una posición que permita ser aprovechada tanto desde la sala de estar como desde el comedor. Aportará un toque muy acogedor y se convertirá en el epicentro de agradables veladas familiares o de momentos de calma en tu segunda residencia.