Hace una semana del último choque violento entre los narcotraficantes y las fuerzas de seguridad. Un narco resultó muerto y otro herido tras estrellar la embarcación en la que transportaban hachís desde Marruecos contra la patrullera de la Guardia Civil que les perseguía. Coincidió, además, con el aniversario de la muerte de los dos agentes a los que otra narcolancha pasó, literalmente, por encima en el puerto de Barbate. Pero el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska cree que esta guerra la está ganando el Gobierno y que los narcos están "acorralados".
Ante sus socios de la Coalición de Países Europeos contra el Crimen Organizado, Marlaska ha sacado pecho y ha presumido de los resultados del Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar. No faltan medios para librar la guerra contra el narco -como insisten los sindicatos policiales-, dice el ministro, y como prueba señala que "si se incauta droga es porque hay medios personales, medios materiales y operaciones". Que el narco campase a sus anchas por el Campo de Gibraltar es, a su juicio, cosa del pasado, de cuando gobernaba el Partido Popular. Entonces sí había "un problema real y un problema social".
Ha recordado que cuando llegó el PSOE al Gobierno, en 2018, constataron la "situación de desolación, de ausencia de medios y de medidas para luchar contra el narcotráfico en el sur de España y principalmente en Cádiz" y que, entonces, "tomamos muchas medidas". Inversiones, que cifra el ejecutivo en 900 millones de euros, y nuevas y específicas regulaciones, como la prohibición del comercio de narcolanchas, cuyo único objeto "era ser dedicado a esta actividad ilícita". Una prohibición que, ha anunciado, podría extenderse a Portugal, a cuyo gobierno se ha pedido que emule esta medida, que está actualmente en el Parlamento luso.
El resultado, tras seis años, son "las mayores incautaciones de droga" conocidas y eso ha sido posible, ha recalcado Marlaska, "por todos los medios que se han puesto a disposición de las fuerzas de la Policía Nacional y Guardia Civil".
Al ministro del Interior no le parece preocupante que las narcolanchas estén remontando el río Guadalquivir como nunca antes lo habían hecho y que se las pueda ver, incluso, en la capital andaluza, junto al Estadio Olímpico. Todo lo contrario, en su opinión, este hecho corrobora que estas embarcaciones y sus tripulaciones "están necesariamente acorraladas" y "no tienen lugares de tranquilidad". Si navegan junto a Sevilla es, de acuerdo a la teoría de Grande-Marlaska, porque "en momentos de mala mar no pueden estar en los refugios porque están perfectamente monitorizadas".
Tan satisfecho está con el balance del plan especial -extendido hoy en día a seis provincias andaluzas- que tanto él como el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, van a ponerlo como ejemplo de eficacia en la lucha contra el tráfico de drogas ante sus colegas europeos reunidos este viernes en Cádiz.
Los ministros de Interior y Justicia de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos y Suecia, además de España, se encuentran hoy en la capital gaditana como "símbolo", ha dicho Bolaños, del "compromiso y el esfuerzo" del Gobierno en la lucha contra el narcotráfico.
Bolaños, que ejerce de anfitrión junto a Marlaska, ha destacado que el objetivo es mostrar a sus colegas "el esfuerzo que hace el Gobierno de España en una zona que ha sido especialmente castigada por el crimen organizado y, en concreto, por el narcotráfico".
"El crimen organizado, el narco, no conoce fronteras, no conoce ningún tipo de límite, y por tanto todos los países tenemos que estar perfectamente coordinados para luchar contra el narcotráfico", ha señalado el ministro de Presidencia. Es por eso que se celebra esta cumbre, en la que los responsables europeos "vamos a volver a cooperar y a poner en común las mejores políticas, tanto desde el punto de vista policial como también desde el punto de vista judicial", ha añadido.
La cooperación es "la mejor manera de hacer frente al crimen organizado", ha apostillado antes de comenzar la que es la cuarta reunión de esta coalición de países europeos, en la que también ha mostrad su satisfacción por el esfuerzo en materia judicial, concretado en la creación de quince unidades judiciales en Cádiz, adonde se destino el 10% de todas las nuevas plazas de fiscales del año pasado.
Pero el relato optimista de Bolaños y Marlaska contrasta con el de quienes están en la trinchera de esa guerra que se libra contra el narco en el Campo de Gibraltar y que denuncian que "todo está peor" que hace un año, cuando murieron sus compañeros en el puerto de Barbate.
"Aún no somos suficientes, agonizamos. Hay abandono", claman para asegurar que las narcolanchas continúan agolpándose en el litoral esperando su turno para descargar los alijos en la costa y la droga entra con más facilidad que nunca. Los clanes, dicen, saben de su debilidad en medios humanos y técnicos y trabajan con comodidad. Las persecuciones se suceden prácticamente a diario y en lo que va de año ya han dejado dos muertos -ambos traficantes- y un buen número de agentes de la Guardia Civil heridos.