- La instrucción Las causantes de elegir al hermano de Sánchez no recuerdan las preguntas de la entrevista "decisiva"
«David, me puede usted explicar, por favor, porque ayer nadie pudo hacerlo, ¿qué es la oficina de Artes Escénicas?». Respuesta del hermano del presidente, sentado en la silla de imputados, con las dos manos agarrándose la rodilla izquierda en posición incómoda: «¿Disculpe?». Al parecer, no ha entendido bien a la magistrada. «Que, ¿qué es la oficina de Artes Escénicas? ¿Qué es?», insiste la juez Beatriz Biedma. Silencio atronador del interrogado. Los segundos que se hacen eternos: Uno, dos, tres y hasta cuatro. Balbucea. Titubea y por fin arranca: «Bueno, pues, es, es... pues vamos a ver. Entiendo que es la oficina que se encarga de, de... pues no sé, de...las artes escénicas».
Este pasaje surrealista de la grabación, realizada en la sala del Juzgado nº3 de Badajoz donde declaró la semana pasada David Sánchez Pérez-Castejón se ha convertido en carne de meme en las redes sociales. La secuencia, en cuanto la publicaron los medios, se hizo viral y en TikTok no paran de aparecer imitaciones utilizando el sonido real. Parece evidente que, por encima de la trascendencia penal —la magistrada deberá decir si hay delitos contra la administración pública cuando acabe el periodo de instrucción—, el reproche moral ya parece evidente: la falta de respuesta y las dudas sobre su lugar de trabajo han dejado atónitos a todos, la primera a la juez.
El vídeo ha servido para dar a conocer públicamente a dos grandes protagonistas del caso en el que se investiga el presunto amaño del concurso para que el artista —afincado entonces en San Petersburgo («busqué la oferta por Google»)— ganara el concurso que elaboró la Diputación de Badajoz para un puesto directivo, el de coordinador de actividades musicales del conservatorio, un cargo «innecesario», como han declarado los profesionales musicales del organismo provincial. Las imágenes y, sobre todo, el sonido de la voz del hermano del presidente en la sala del juzgado han mostrado un tono idéntico al de Pedro Sánchez.
"LO TIENE TODO ESTUDIADO AL DETALLE"
Pero las grabaciones han confirmado el ímpetu indomable y la firmeza de la magistrada en su cruzada desde mayo del año pasado por descubrir los agujeros negros del caso. No se ha arrugado a la enorme presión de la causa. Ordenó registros del edificio de Diputación, incautación de correos, realizó duras réplicas a la Fiscalía, se cruzó escritos muy punzantes —como en los duelos por honor, a capa y espada, que abundaban en los siglos XVI y XVII— con el prestigioso abogado Emilio Cortés, que actúa de defensor...
A los que vienen siguiendo al detalle la investigación, a través de sus autos y dictámenes, no les ha sorprendido la actitud mordaz mostrada por la magistrada en la sala de interrogatorios, a puerta cerrada. Su marcado acento cordobés la hace inconfundible, aunque en ningún momento se le ha visto su rostro: la cámara grababa desde arriba y por detrás de ella. Celosa de su vida privada, es muy difícil encontrar alguna imagen de ella a lo largo de su extensa carrera profesional. Tiene unos 50 años de edad y sólo aparece en una foto grupal, recortada, publicada en una página en Facebook que parece haber emprendido una cruzada personal contra ella y algunos otros magistrados de la ciudad de Badajoz.
Contaban abogados y fiscales con los que Biedma había coincidido en la sala de vistas en otros juicios que era una profesional «recta, seria, independiente y muy trabajadora», además de «cercana» con todo el personal del juzgado. Y los hechos en los interrogatorios lo están demostrando. «Habla con un tono de voz muy alto», resaltan. Y un aspecto clave: se siente feliz en su día a día como juez instructora así que no tiene más metas profesionales: «No intenta ascender al precio que sea, no tiene más ambiciones profesionales y, por lo tanto, no se casa con nadie». A la vez, advierten que en las formas «puede que no sea muy litúrgica, parece que actúa con espontaneidad, pero en realidad lo tiene todo estudiado al detalle», confiesa un abogado que ha coincido con ella con otros procesos.
«No juega al politiqueo para conseguir un ascenso», remarca otra fuente jurídica. Por lo tanto, es completamente libre de ataduras porque ni tan siquiera pertenece a ninguna de las dos asociaciones más importantes de jueces con sensibilidades ideológicas diferentes. «Nadie va a influir sobre ella, no se casa con nadie, eso lo tengo claro», insiste.
Antes de llegar a Badajoz, donde ejerce desde hace 14 años, Beatriz Biedma estuvo desde febrero de 2016 en Valencia de Alcántara (Cáceres) y posteriormente en Almendralejo. En 2011, ascendió a magistrada ocupando la plaza en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Badajoz. Durante su trayectoria profesional se vio obligada a una excedencia, pero no como David Sánchez para irse a Bangkok (Tailandia) durante un año. La juez tuvo que regresar a su tierra natal, a Córdoba —donde su hermana ejerce de abogada en un bufete— para cuidar de su madre.
RAPAPOLVO A HACIENDA
Su perspicacia, intuición e incluso, en determinados momentos, el empleo de la sorna han sido sus principales herramientas en estas dos semanas de interrogatorios que terminaron este viernes con la comparecencia de los cuatro últimos imputados. Como con los tres máximos responsables de Hacienda en Extremadura, a los que afeó su conducta de no firmar el informe fiscal que elaboraron sobre David Sánchez. «En todos los años que llevo como magistrada nunca había visto un informe de la Agencia Tributaria así, que no tenga nombre, ni fecha ni membrete. ¿Por qué razón? De haberlo hecho, a lo mejor no hubiera estado ninguno aquí hoy». Duro rapapolvo.
O sacando a la luz las contradicciones de los implicados, como en el caso de la diputada provincial de Cultura, que aseguró que no había estado presente en la entrevista a los 11 candidatos a la plaza. Biedma no tardó ni un segundo en sacarle de su carpeta el documento de la Diputación donde constaba que sí estuvo, dejando claro que se sabe cada detalle del caso de memoria, mejor que muchos implicados y, por supuesto, que los abogados. Zasca tras zasca, con ese acento tan característico. Que se lo pregunten al hermano de Sánchez: «¿Qué dónde ésta ubicada la Oficina de Artes Escénicas? Pues no lo sé señoría...».