ACTUALIDAD ECONÓMICA
Acuerdo con los sindicatos

Díaz consuma la escalada del SMI del 60% en siete años y prepara la pelea con Montero para evitar que Hacienda se coma la subida

Los perceptores cobran 6.272 euros más al año, con mujeres y jóvenes del campo o la hostelería como principales beneficiarios

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.Europa Press
Actualizado

El salario mínimo interprofesional (SMI) subirá un 4,4% en 2025 o, lo que es lo mismo, 50 euros al mes, hasta los 1.184 euros en 14 pagas. Así lo ha acordado el Ministerio de Trabajo con los sindicatos en un pacto del que se ha descolgado la patronal y cuyas consecuencias directas para el bolsillo de los más de dos millones de trabajadores que se sitúan en esta banda salarial son, en estos momentos, imprecisas porque el Ministerio de Hacienda no ha despejado aún la incógnita de si va a obligarles a pagar IRPF por primera vez.

CCOO y UGT han aceptado la propuesta de Yolanda Díaz y han firmado un SMI de 1.184 euros. Esta cantidad supone un nuevo hito en la trayectoria del Gobierno de coalición, ya que se consuma una escalada de más del 60% desde 2018. En dinero directo al bolsillo, esto significa que los perceptores del SMI van a cobrar 448 euros más al mes o 6.272 euros más al año que hace siete años.

Sin embargo, la subida de 2025 podría no trasladarse por completo al bolsillo si Hacienda decide finalmente no elevar el mínimo exento en el IRPF, lo que obligaría a un porcentaje importante de los perceptores del SMI a tributar por este impuesto por primera vez. Estamos hablando de más de medio millón de contribuyentes -540.000, concretamente, en torno al 20% del total- a los que la próxima declaración de la renta les saldría a pagar, según los propios cálculos de Hacienda que reveló EL MUNDO.

La llave de la caja está en manos de la vicepresidenta primera y máxima responsable de la Agencia Tributaria, María Jesús Montero. Fuentes de su departamento indicaban ayer que la decisión aún no está tomada. Mientras, desde el Ministerio de Trabajo ya avanzaban que están «peleando» para evitar que los trabajadores con sueldos más bajos tengan que pagar IRPF.

Tras apuntarse un primer tanto en la guerra con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, por la jornada laboral, al conseguir que el pacto con CCOO y UGT llegue limpio al Consejo de Ministros -aunque después se modifique en el Congreso-, Díaz encara ahora otra batalla con el ala socialista de la coalición y, en concreto, con el área económica.

El choque directo apunta a Montero. La propia Díaz admitía ayer en rueda de prensa que la tributación del salario mínimo es una competencia que no radica en su ministerio. Sin embargo, son muchas las ocasiones en las que ha defendido la adaptación del IRPF a las actualizaciones del SMI para evitar que Hacienda se coma las subidas.

De hecho, así ha venido sucediendo en los últimos años en los que el Gobierno se ha vanagloriado de elevar el mínimo exento para que quienes cobran el SMI no tengan retenciones en su nómina, contraponiendo su política fiscal de aliviar la carga tributaria a quienes menos ganan a la del Partido Popular.

En la nota de prensa en la que se comunicaba la adaptación del impuesto en 2024, Hacienda ponía este ejemplo: «Una persona que gane el SMI pagará este año en retenciones de IRPF mucho menos que en 2018, con el modelo fiscal del anterior Ejecutivo del PP. En concreto, alguien que cobre 15.876 euros al año, es decir, el SMI de 2024, habrá pasado de soportar en 2018 una retención del 7% y pagar 1.111 euros de IRPF a ver rebajadas sus retenciones ya en 2023 al 2% y en 2024, al 0%».

Cesiones a los sindicatos

La adaptación del IRPF ha sido una de las principales demandas de CCOO y UGT en esta negociación, pero cerrada ya la mesa tras haber alcanzado un acuerdo, por el momento las centrales sindicales desconocen si se atenderá a su petición. En todo caso, no es la única reclamación que se les ha quedado en el tintero.

Los sindicatos han firmado un SMI de 1.184 euros, frente a los 1.200 euros que estaban demandando. A cambio, han arrancado a la vicepresidenta Díaz el compromiso de abordar una serie de reivindicaciones en una nueva mesa de negociación en la que también participarán los empresarios, aunque no hayan querido firmar este pacto.

En esa mesa se tratarán cuestiones como la adaptación de la directiva de salarios mínimos o el lanzamiento de campañas específicas de la Inspección de Trabajo para garantizar el cumplimiento del SMI en las empresas. Además, los sindicatos exigirán la imposibilidad de que las subidas del SMI sean absorbidas y compensadas con complementos, el ajuste automático de las tablas salariales de los convenios o la adaptación de las cuantías a la jornada laboral de 37,5 horas.

Más de dos millones de beneficiarios

La subida del salario mínimo beneficiará a más de dos millones de trabajadores, según CCOO, que identifica 1,8 millones de empleados a tiempo completo y 263.000 a tiempo parcial. El servicio de estudios del sindicato, además, pone rostro al perceptor del SMI: una mujer, joven, con contrato temporal y que trabaja en agricultura, hostelería o comercio. Según sus cálculos, el 57% de las personas beneficiadas por la subida serán mujeres. Por edad, casi dos de cada tres perceptores afectados tienen 35 o más años, mientras el 37% de los beneficiarios tiene menos de 35 años.