El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, ha vuelto a mover ficha en la guerra por el control de la compañía de medios. El Consejo del Grupo ha aprobado este martes una ampliación exprés de 40 millones de euros que le permitirá allanar la refinanciación de la deuda y a su vez diluir a sus críticos, ya que el número de acciones aumentará en un 10%.
La recaudación permitirá a la empresa cancelar el tramo de deuda por el que paga más intereses y extender a 2029 los principales vencimientos, al tiempo que se rebajan las exigencias financieras que Pimco tiene con la entidad.
Lo particular no son solo los 40 millones de euros de dinero fresco que entrará en la compañía, que ya hizo dos ampliaciones por bonos convertibles de 100 y 130 millones de euros en 2024 y 2023 para rebajar su pasivo, sino las condiciones del mismo. La ampliación, para la que la empresa ha contratado a JB Capital y Banco Sabadell, se hará sin derecho de suscripción preferente y dirigida a inversores institucionales y profesionales registrados en la Unión Europea.
"Y a fin de respetar el principio de paridad de trato de los accionistas de la Sociedad, teniendo en consideración que el Aumento de Capital se realiza con exclusión del derecho de suscripción preferente, la Sociedad ha solicitado a la Entidad Colocadora que sus labores de colocación no se dirijan activamente a los accionistas de la Sociedad, incluyendo a aquellos inversores que tengan la consideración de 'clientes profesionales' o 'contrapartes elegibles', según estos conceptos han quedado definidos anteriormente", señala el folleto de la compañía.
De este modo, el grupo dificulta que acudan a la ampliación los accionistas críticos con la gestión de Oughourlian y cercanos al Gobierno por lo que podrían ver rebajado su peso. Este grupo de accionista está presente a través de Global Alconaba, que controla un 7%, en el Consejo, pero cuenta con representantes con participaciones más pequeñas como Adolfo Utor y Diego Prieto. En las últimas semanas, estos han estado intentando atraer a otros accionistas como el grupo francés Vivendi, en unas negociaciones mediadas por el ministro de Transformación Digital, Óscar López; o los Polanco a su bando, que busca adjudicarse el nuevo canal de televisión en abierto para el que acaba de hacer hueco el Gobierno.
Al igual que ocurriría con estos inversores, sobre el papel Amber Capital, el fondo del máximo accionista del grupo, también se podría ver perjudicado y ver reducida su participación. Sin embargo, en la última semana, se ha revelado que el presidente de la compañía cuenta bajo su control con una cantidad importante de los bonos convertibles de la empresa.
El directivo no puede canjearlos porque de hacerlo quedaría por encima del 30% que obligaría a lanzar una OPA por el 100% del grupo, pero si su participación cae, sí que podría hacerlo en la próxima ventana de conversión, que se abre este día 1 de mayo. En paralelo, si los accionistas contrarios a la gestión, y en concreto Global Alconaba, no consiguen comprar títulos, corren riesgo de alcanzar el umbral necesario en un Consejo reducido como el que ha planteado el directivo.
La ampliación de capital se hace además con un precio de 0,37 euros por título, por debajo de los 0,40 euros a los que ha cerrado la entidad, disparada en bolsa estos días por la guerra accionarial previa a la junta de accionistas. Al ser una colocación acelerada, el movimiento estará resuelto a la apertura del mercado este miércoles.