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CINE | Hollywood Boulevard

Los Oscar piden el SOS

Reuters

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Juli�n Ruiz ha vivido dos años en Los �ngeles. Desde que gan� Elton John con El Rey Le�n, no suele faltar a la cita de los Oscar.

Cr�nicas publicadas (2011)

Se me han resbalado unas l�grimas al final de la ceremonia de las ceremonias. Me he acordado de c�mo mi amigo Danny Boyle me daba las gracias por el tema 'Nirvana', una canci�n que escrib� para mi proyecto de El Bosco y que incluyo al final de su majestuosa e incomprendida 'Millions'.

Cantaban los ni�os de la escolan�a de El Escorial. Era el poder que se intu�a con las voces de los ni�os. Las maravillosas voces blancas, las mismas que ha utilizado Bruce Cohen para su apote�sico final de los Oscar 2011, a cuenta de la versi�n de 'Somewhere Over the Rainbow', el tema gay por excelencia.

Ha sido el m�s positivo y emocionante ritual final de los Oscar desde hace muchos a�os. El �nico momento determinante, apote�sico. Una gala determinada por el aburrimiento, por el desasosiego, como si algo en cualquier momento fuera a salir mal. Los ni�os, las voces de los ni�os eran un final ganador. Lo s� porque he vendido m�s de dos millones de discos con El Bosco. Y me he alegrado de que Bruce Cohen, el jefe de la ceremonia, haya recibido el mensaje de Boyle, aunque m�s le viene por su obsesi�n con la obra 'Flowers', cuando vio la emotiva secuencia de 'Over the Rainbow', representada por Lyndsay Kemp y su grupo de mimo.

Incluso el inicio de la ceremonia ha sido brillante. La realidad virtual de Cohen, sobre todo con Alec Baldwin, ha funcionado. Pero luego se ha derretido como un polo de menta, un helado bisexual. Cohen ha fracasado porque desconoce el 'timing' de los Oscar y porque es muy dif�cil manejar los tiempos de la ceremonia para que sea interesante y trepidante.

Broncas y fracasos

A media ceremonia ha tenido una bronca espeluznante con James Franco, que siempre ha comparecido como cansado, rabioso, nunca en su sitio y sin ojos porque los tiene mustios. James ha desaparecido poco despu�s de la aparici�n de Celine Dion, que ha cantado horriblemente 'Smile'. Nunca la he o�do cantar tan mal, con la mayor parte de la orquesta desafinada y ella, vocalmente rendida a la versi�n de Michael Jackson. Ya se hubiera podido fijar en la inconmensurable versi�n de Robert Downey Jr. cuando hizo el biopic de 'Attenborough' con Chaplin.

Desde ese momento, se perdi� toda la qu�mica de la ceremonia. Casi todo dej� de funcionar, aunque la Hattaway ha estado m�s positiva, como una fan ante sus presentadores.

Este iluminado llamado Cohen, que incluso se atrevi� a que Spielberg le diera todas las bendiciones antes de empezar -es curioso que cada d�a me tropiezo m�s con esos iluminados- se crey� que con ser moderno, seguir las redes sociales y ver 'American Idol' todo estaba resuelto. Se ha pegado el gran batacazo. Tengo en mi memoria su imagen abatido, sentado de cuclillas tras la ceremonia, con la imagen del perdedor, aunque fingiese que estaba cansado.

No se puede ser pretencioso y revolucionario siendo un primerizo. Y menos mal que los viejos profesionales de la ABC le han salvado el trasero en muchas ocasiones. No se puede presentar a los mejores actores del mundo como si fueran aspirantes a ganar American Idol, el Operaci�n Triunfoo americano. Es una aberraci�n insoportable.

Sin mucha atenci�n a Bardem

Javier Bardem se lo ha tragado todo, hasta vestir con un esmoquin rid�culo blanco de camarero hortera -pero ya ha perdido la verg�enza de izquierdas. Su hijo ha nacido en el hospital jud�o m�s caro del mundo. Y no precisamente en una jaima sahariana como predicaba-. Esto es Hollywood. En ninguna cadena americana han hecho mucho caso a la pareja, cosa que me ha extra�ado.

He estado hablando con Gwyneth Paltrow. Estaba indignada. Sab�a que iba a ganar una canci�n de Disney, que para eso paga la ceremonia la ABC, propiedad de Disney, pero no pod�a soportar que las cuatro canciones estuviesen mutiladas por la mitad. Y adem�s, �por qu� no cinco canciones?, como dec�a el triunfador Randy Newman, que ha ganado su segundo Oscar, tras 20 nominaciones y, probablemente, como me ha dicho, con su peor tema.

Me alegro por Trent Reznor y su Oscar a la mejor banda sonora. Es la m�sica que me gusta. Y nada m�s. Corro hacia la fiesta de Elton John, que va a cantar con Florence Welsh, la misma que se ha cargado en directo la canci�n de A. R. Rahman, de la pel�cula de mi buen amigo Danny Boyle.

Quiero divertirme un poco. Escribo en mi iPad, delante de un Elton John con gafas nuevas de color granate y cansado como todos. S�lo quiere ganar dinero para su Fundaci�n, que lucha contra el SIDA. Escrib� ayer que iba a ser la aburrida ceremonia 'moderna' de Cohen. Lamentablemente, no me he equivocado. Pero con Hollywood nadie puede todav�a.

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