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Geopolítica

Reino Unido, Alemania, Dinamarca y Finlandia advierten a sus ciudadanos de que extremen el cuidado antes de viajar a EEUU

Cualquier error en la cumplimentación de los trámites aduaneros, puede derivar en la detención del visitante

Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en la presentación de un modelo de avión de combate F-47 en la Casa Blanca.
Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en la presentación de un modelo de avión de combate F-47 en la Casa Blanca.AP
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Más de 170 millones de europeos han recibido esta semana una advertencia muy clara de sus Gobiernos: hay que extremar las precauciones si se viaja a Estados Unidos. Así lo han declarado Alemania, Reino Unido, Dinamarca y Finlandia, que han cambiado sus páginas web para alertar a sus ciudadanos.

Las nuevas normas, sumadas a las noticias de arrestos en la frontera o de negación del permiso de entrada -ayer, por ejemplo, del grupo de punk británico UK Subs- pueden tener un impacto en el sector turístico estadounidense. El Reino Unido es el principal proveedor de turistas a EEUU, con cuatro millones de visitantes cada año, mientras que Alemania aporta otros dos millones.

Las autoridades aduaneras estadounidenses -al igual que, en general, todas las fuerzas del orden de ese país- tienen un margen de libertad muchísimo mayor que el de sus equivalentes europeas para decidir cómo y cuándo aplican las normas. El caso del científico francés cuya entrada en EEUU, a donde iba para participar en un simposio en la ciudad de Houston, fue rechazada al llegar a ese país porque en su teléfono móvil había mensajes criticando la política científica de Donald Trump es acaso el más extremo.

En los casos de los Gobiernos de Alemania y el Reino Unido, la advertencia se debe a que cualquier error, intencionado o fortuito, en la cumplimentación de los trámites aduaneros, puede derivar en la detención del visitante en cuestión. Lo que antes eran infracciones leves que en el peor de los casos podían conllevar la no autorización a entrar en el país, ahora puede convertirse en semanas de cárcel. Dinamarca y Finlandia, sin embargo, han actualizado sus páginas web para alertar a las personas transgénero de que pueden encontrarse en problemas si van a EEUU.

El cambio británico parece una consecuencia del caso de Rebecca Mooney, que pasó 10 días arrestada en Estados Unidos cuando trató de pasar de ese país a Canadá. Las autoridades de Ottawa rechazaron su visado de turista y le mandaron que volviera a EEUU para solicitar allí otro de trabajo. Normalmente, ese tipo de cambios no tiene n ningún problema. Pero, al entrar de nuevo en Estados Unidos, Mooney fue detenida sin explicación.

Por esa razón, la web oficial del Estado británico en materia de viajes a Estados Unidos fue cambiada el sábado pasado para advertir a los visitantes a ese país que "pueden ser arrestados o detenidos sin violan las normas". En realidad, es una advertencia muy suave, dado que Mooney no parece haber violado ninguna norma de EEUU.

Alemania llevó a cabo una corrección similar en sus páginas web el pasado martes. Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, al menos tres ciudadanos de ese país han sido detenidos en EEUU. Uno de ellos es una mujer de 29 años que pasó en la cárcel casi dos meses al tratar de entrar en el país desde México. Otro, que tiene permiso de trabajo y residencia en Estados Unidos, lleva detenido desde hace una semana tras haber sido arrestado en el aeropuerto de Boston cuando entraba desde Luxemburgo.

Las detenciones, además, son en condiciones duras, que a menudo incluyen el traslado de un centro de detención a otro -en la práctica, cárceles en muchos casos privadas-, encadenados por los tobillos, muñecas y cintura. Es lo que le pasó a la canadiense Jasmine Mooney, que residía y trabajaba en San Diego (California), con un visado especial para ciudadanos de los países miembros del tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México que está en vigor desde 1995. En su caso, no hubo ningún error. Simplemente, la sospecha de un funcionario de aduanas de que los viajes de Mooney eran "raros", lo que se saldó en dos semanas en diferentes cárceles privadas en EEUU, tal y como ella misma ha relatado al diario The Guardian.