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Hay en España pocos apellidos tan marcadamente reconocibles como el que le imprimieron en su nacimiento. Alba Flores (Madrid, 1986) es la primogénita de la tercera hornada del clan que fundaron Lola y El Pescaílla. Hija de Antonio, es una de las actrices con la carrera más políticamente deliberada de nuestro tiempo y, ahora, es una de las protagonistas de Punto Nemo, la serie de suspense que Prime Video estrena este viernes sobre el punto del océano más alejado de tierra firme. Allá donde ella querría estar. O quizás no.
- ¿Cuál es el punto nemo de Alba Flores?
- El mío tiene mucho que ver con actuar, con irme muy lejos con mi imaginación. Allí tengo una vida paralela, puedo explorar otros mundos, a otras personas, otras realidades... Es una suerte salirme de las reglas ordinarias de nuestro día a día.
- ¿Qué le ha dado la interpretación a alguien que ha sido criada entre artistas?
- Me ha dado un camino para encontrar una identidad y, sobre todo, mucha libertad para ver cosas que pasan más allá de mi ombligo. He aprendido a empatizar con otras realidades que por dónde y cómo he nacido nunca me han preocupado. Incluso he aprendido a entender a quien es ideológicamente opuesto a mí.
- Actriz y activista, ¿cómo se llevan ambas?
- Todo trabajo que tenga algo de activismo me hace implicarme. Aquí está el ecologismo, la manera de entender la relación entre el ser humano y la naturaleza. Para mí esta es una cuestión recurrente a diario, pensar qué decisiones estoy tomando en mi vida y si me acercan o me alejan de este mundo en el que hay una explotación de recursos bestial.
- ¿A diario?
- Es que estoy intentando entender y tomar decisiones que me acerquen más a vivir como realmente me gustaría y no como nos está tocando. Me gustaría estar más en contacto con la naturaleza, sin consumir ni tener cosas que en realidad no necesito, teniendo más tiempo libre de calidad con la gente que quiero.
- ¿Y cómo lidia con las contradicciones?
- Estamos todos así, ¿no? Solo que yo lo comparto e intento que se hable de esto. Esa es mi sensación, que casi todo el mundo estamos intentando decidir si nos satisface este tinglado que hemos montado los seres humanos. O si podríamos estar montando un tinglado más acorde a nuestra naturaleza.
- ¿Le ha dificultado su carrera esa pulsión política?
- El activismo es intrínseco a mí, soy activista desde el colegio, ya allí peleaba contra lo que me parecía injusto. Estamos viviendo un momento muy descarnado, conozco poquísima gente que pueda hacer una resistencia absoluta al chantaje del sistema capitalista. Quizás hay trabajos que no me han salido por posicionarme políticamente, pero no lo sabré nunca y me da igual haber perdido oportunidades y trabajos por posicionarme. Me vienen muchas cosas que me gustan y me ha merecido la pena. Aunque me parece un momento peliagudo para pronunciarse y exponerse. Eso me preocupa. Me gustaría vivir en un mundo en que cada uno pudiera expresar su opinión en libertad y no te penalizase.
- ¿Entiende que hay menos espacio para pronunciarse hoy?
- En este mundo hay una polarización muy fuerte y poco espacio de pensamiento y de debate. Y creo que la prensa también tiene mucha responsabilidad al igual que las personas que la usan de cierta manera. Se ha reducido la capacidad de conversar y de pensar diferente. Siento que hay una persecución hacia quien se pronuncia hoy en la línea contraria a un cierto grupo de personas poderosas. Porque además existen las herramientas para perseguir de manera anónima e impune como las redes sociales.
"Mi padre murió hace 30 años y aún hoy no hay semana que no me pare alguien por la calle para hablarme de él"
- ¿Cómo se siente en el mundo actual que le ha tocado vivir?
- Yo siento mucha frustración, mucho dolor, mucha rabia cuando veo las cosas atroces que pasan en el mundo. No sé cómo lo hacéis los periodistas para estar en contacto permanente con las noticias que ocurren, yo vivo buscando rayitos de esperanza en otros mundos. Vivo en busca de una utopía que me haga creer que hay una posibilidad de cambio en este mundo atroz.
- ¿Cómo se lleva con la soledad? ¿Se ve para encontrar un punto nemo?
- Llevo muy mal la soledad, por eso doy mucha importancia a mi red de apoyo. Soy consciente del problema y tengo ganas de aprender a quererla. Pero necesito siempre alguien a mi lado, si estoy mucho rato sola, me aburro y me deprimo.
- ¿Le genera miedo estar sola?
- No tengo miedo a estar sola, siento un desamparo cuando lo estoy.
- Se cumplen ahora 30 años de la muerte de su padre, está haciendo un documental en el que se ha convertido en él. ¿Qué siente al meterse en su piel?
- Esto me ha nacido de dentro, no puedo oponer resistencia a algo que estaba pasando alrededor de mi familia, mis amigos y mi padre. Para ellos era importante hacer un concierto homenaje y lo hicimos. Y luego me llegó la opción del documental y tenía que ser yo la que lo hiciera porque es algo que en casa necesitamos y el público también.
- ¿Cuál era esa necesidad? ¿Y qué ha cambiado para hacerlo ahora?
- Hace 30 años que murió mi padre y no hay semana en la que no me paren por la calle para hablarme de él, siempre con admiración. Yo he tenido que hacer mucha terapia, me he ocupado de trabajarme mucho a nivel terapéutico para aceptar las cartas que me han tocado en la vida e intentar comprender cosas para las que no estaba preparada antes.
- ¿Y qué ha encontrado ahí dentro en ese proceso?
- Que quiero hacer un homenaje a mi padre y que el que quiera saber quién era mi padre pueda tener una imagen para la posteridad porque no había nada suyo. Yo sabía que estaba en mi intimidad y en mi proceso personal, pero no sabía todo lo que estaba construyendo. Mi padre siempre ha estado presente en mí, pero ahora lo está más que nunca y con más consciencia.
- Pero con eso no responde a lo que ha encontrado
- Aún no he terminado, no puedo hacer esa reflexión, pero para saberlo tendrás que ver la película.
- ¿Le ha pesado el apellido Flores?
- Yo me he preguntado muchas veces cuánto me ha pesado mi apellido. Mi conclusión es que es una circunstancia excepcional para lo bueno y para lo malo. Yo soy una privilegiada, pero mis circunstancias son anómalas. Todo el mundo me conoce desde que nací y he notado siempre esa presión de alguna manera. Proteger la intimidad a veces es difícil. La gente te compara y tú te comparas, pero a todo el mundo le toca algo en la vida y a nosotros nos ha tocado ser una familia de artistas conocidos.
- ¿Es esa exposición pública la que más le ha pesado de su origen?
- Mi caso es muy diferente a otras personas porque es heredado desde antes de que yo naciera. Por un lado, tengo muy buenas herramientas y acompañamiento para lidiar con ello. Pero, por otro, yo no he pedido esto, no lo he elegido y eso me ha afectado. A estas alturas creo que tengo poder de decisión de cómo vivirlo. No puedo hacer como que no existe, tengo que gestionarlo. Vemos más excepcional ser una personaje público, pero no es muy diferente de las circunstancias de cualquiera, de una persona celíaca, que tiene que prestar atención a eso.
- En 2018 decía que era el verso suelto de los Flores, ¿sigue siendo ese verso suelto?
- Juraría que no lo dije yo, pero puede ser que me pusiera yo así de intensa. Estoy buscando la rima que encaje con el resto del poema. Mi documental se llama Flores para Antonio y ahora estoy buscando la pertenencia a mi familia, a la familia Flores. No es que no la haya tenido nunca, pero mi camino me ha llevado a explorar y buscar mi propia identidad, a entenderme yo más allá de mi familia. Como le pasa a todo el mundo, pero en mi caso es tan evidente.
- ¿Necesitaba distanciarse del apellido para ser simplemente Alba?
- Necesitaba buscar mi propia identidad, pero en mi familia todos lo hemos hecho. Mi padre, el primero. Yo creo que soy digna heredera de mi padre. Me acabo de dar cuenta, hablando de esto, que toda mi familia ha intentado ser un verso suelto. Eso sí que es un proceso de terapia.
- ¿En qué punto está ahora?
- Yo estoy en un punto bastante bueno. Ahora tengo más poder de decisión porque he ido haciendo una carrera, he tenido reconocimiento y me he ganado una credibilidad como actriz. Tener poder de elegir es un sueño en un trabajo tan precario. La realidad de la mayoría de actores y actrices de este país es que necesitan tener otros dos trabajos para poder comer y contar sus historias. Ha habido momentos muy duros donde no se podía elegir ni contar tus propias historias.
- Usted produjo y dirigió un corto sobre el odio hacia los gitanos, ¿lo ha sentido estos años?
- En esta sociedad sigue habiendo antigitanismo por un tubo. El racismo más arraigado, el que más cuesta destruir y se perpetúa es el antigitanismo.
La última...
P. ¿Cuál es la pregunta más impertinente que le hayan hecho? ¿Y qué respondió?
R. Últimamente está de moda en las premiers que te pregunten sobre cosas para que opines. A mí en una de una serie me preguntaron por la jura de bandera de Leonor y por una polémica con el satisfyer. Esas cosas pasan muy a menudo y me parecen muy poco pertinentes porque no tienen nada que ver conmigo ni con el proyecto. Así que la respuesta suele ser: 'cómo me estás preguntando esto ahora mismo'.