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Santiago Abascal y Giorgia Meloni no se veían desde que, el pasado julio, Vox cambiara a la primera ministra italiana por el húngaro Viktor Orban. En Bambú insistían en que la relación con su ex socia europea permanecía "intacta" pese a la ruptura, pero el reencuentro entre ambos líderes ha tardado más de tres meses en materializarse. Fue ayer por la noche, en Bruselas, cuando Abascal y Meloni mantuvieron la esperada reunión, una cita que enmarcan dentro de la "amistad política" que une a Vox y Fratelli d'Italia.
En privado y durante casi dos horas, los dirigentes analizaron la actualidad nacional e internacional, con el foco especialmente puesto en la crisis migratoria que afecta a los países del sur del continente. El presidente de Vox ha apuntado que la reunión transcurrió "sin novedad" y que en ella se puso en evidencia que ambas formaciones coinciden en la "esencia" de su política interior y comunitaria.
Sin embargo, esta visión compartida no fue suficiente para que Abascal y Meloni revalidasen su alianza parlamentaria tras las elecciones europeas del pasado junio. Entonces, los seis eurodiputados de Vox abandonaron a los Conservadores y Reformistas (ECR), el grupo abanderado por Fratelli, y se unieron a los Patriotas por Europa, la familia creada por el primer ministro húngaro Orban.
La cúpula del PP celebró la decisión, al pensar que este movimiento restaría peso a los de Abascal en Europa. Además, en un momento en el que el centroderecha empezaba a ver con otros ojos la política de Meloni, los de Alberto Núñez Feijóo consideraron que el alejamiento de Vox, que optó por sumarse a los "prorrusos", les permitiría "diferenciarse" de su adversario en España a la vez que acercaban posturas con Fratelli. Esta intención se materializó el pasado 19 de septiembre, cuando Feijóo y Meloni mantuvieron un encuentro para abordar la crisis migratoria y el líder popular elogió las políticas del Gobierno italiano en esta materia.
La salida de Vox del ECR y su acercamiento a Orban dio pie a que el PP iniciara un reposicionamiento en sus relaciones con la formación de Abascal, especialmente en lo que a política migratoria se refiere. Los populares quisieron distanciarse del discurso que abanderó Vox, que vinculaba la llegada de inmigrantes con el aumento de la inseguridad, y esto precipitó la ruptura de los gobiernos de coalición que ambas formaciones mantenían en cinco comunidades autónomas. El PP se deshizo así del compromiso que mantenía con los de Abascal y, desde entonces, ha pretendido robarles terreno electoral y usurpar el espacio político que antes ocuparon los de Bambú. Entre ellos, la alianza con Meloni.
Ante esta amenaza, con el encuentro de ayer, Abascal quiere acallar los rumores de un posible distanciamiento con la primera ministra italiana. Ya hace dos semanas, en una entrevista con EL MUNDO, el presidente de Vox aseguró que su movimiento en el Parlamento Europeo no responde a un enfriamiento de las relaciones con Fratelli, sino a que consideran que para "oponerse al socialismo y al globalismo" es mejor estar en los Patriotas de Orban. Sin embargo, ya entonces Abascal anunció que su intención es la de unir ambos grupos en la Eurocámara, y hoy lo ha repetido: "Siempre hemos sido partidarios de la colaboración mucho más allá de los grupos de los que formamos parte".
El encuentro entre Abascal y Meloni se produce cuando la política migratoria de la primera ministra italiana se encuentra en el centro de todas las miradas. este martes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso "explorar posibles vías para desarrollar centros de retorno fuera de la UE" para los inmigrantes que llegan irregularmente, copiando lo que el Gobierno italiano ya hace mediante un acuerdo con Albania. Sin embargo, sobre esto, Abascal ha apuntado que no trató "específicamente esta solución" en su conversación con Meloni.
El presidente de Vox sí habló sobre inmigración en su reunión con los dirigentes del grupo de los Patriotas, en una sesión de trabajo celebrada este jueves y en la que estaban representantes políticos como la francesa Marine Le Pen o el italiano Matteo Salvini, además de Orban. Allí, Abascal ha valorado como positiva "cualquier medida que contribuya a detener la extensión de la inseguridad por las calles europeas", pero ha pedido insistir en el mensaje de que "quien entre ilegalmente en Europa, no tendrá futuro aquí".
