ESPAÑA
Entrevista

Santiago Abascal: "Hay una posibilidad de unir los grupos de Meloni y Orban en Europa durante esta legislatura"

El presidente de Vox defiende un nuevo gran grupo en la Eurocámara y cree que "deberíamos vernos en la piel de Israel, víctima de los peores atentados, y ver qué haríamos en esa circunstancia"

El presidente de Vox, Santiago Abascal
El presidente de Vox, Santiago AbascalAlberto Di Lolli
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El presidente de Vox, Santiago Abascal, conversa con EL MUNDO sobre los temas que marcan la actualidad internacional. Confía en unir a los grupos de Giorgia Meloni y Viktor Orban en el Parlamento Europeo y asegura que el banco húngaro del que recibieron financiación "es privado con participación del Gobierno". [Lea la primera parte de la entrevista, sobre cuestiones de política nacional]

En Europa, ¿por qué se han pasado de Meloni a Orban?
Nosotros mantenemos las relaciones bilaterales con Fratelli d'Italia y la relación política y personal con Giorgia Meloni intactas. Nuestra relación es perfecta, como ha quedado acreditado hace poco en la visita del señor Feijóo a la señora Meloni. Nosotros hemos trabajado durante estos años, y yo creo que se ha visto porque no lo hemos ocultado, en la constitución de un grupo mayor del que formamos parte. De hecho, un mes antes de las elecciones participaron en nuestro evento no sólo nuestros socios del Grupo de Conservadores y Reformistas, sino que participaron personalmente con vídeos o físicamente personas como Marine Le Pen, Viktor Orban e incluso representantes del Gobierno de Israel. Nuestra vocación es la de construir grupos muy grandes para oponernos al socialismo y para oponernos al globalismo No era posible hacerlo en estos momentos en el ECR y pensamos que era mejor que estar en este grupo [el de Orban] que, por cierto, se ha convertido en el tercero de la Cámara. Pero yo estoy esperanzado en que esa separación en grupos sea temporal. Yo creo que durante esa legislatura podremos trabajar por crear acuerdos mucho más grandes.
¿Pero cree que hay una posibilidad de unión entre el proyecto de Giorgia Meloni y el de Viktor Orban en Europa?
Yo desde luego creo que hay una posibilidad, yo soy partidario de esa posibilidad y yo voy a trabajar para que esa posibilidad sea cierta en algún momento. Creo que una unión de esos grupos crearía el segundo grupo de la Cámara y serviría para que el Partido Popular rompa definitivamente el acuerdo con los socialistas. Creo que la dirección de la Unión Europea habría tomado otro rumbo si hubiésemos sido capaces de construir algo mucho más grande.
¿Este asunto del crédito de nueve millones del banco húngaro me lo puede explicar?
Es muy fácil. Este asunto responde al hecho de que hay una veintena o una treintena de bancos españoles que financian al PP y al PSOE, a los cuales incluso les han condonado créditos millonarios, y que se niegan a financiar a Vox. Esto responde a que el Gobierno no paga a los partidos políticos los gastos electorales a tiempo y que juega con esa potestad para colocar a los partidos en dificultades financieras. Nosotros no habíamos tenido que recurrir nunca a un crédito; como consecuencia de los impagos del Gobierno hemos tenido que hacerlo. Pero hemos tenido que hacerlo en el extranjero. La pregunta es por qué los bancos españoles renuncian a un negocio jugoso en forma de obtención de intereses muy elevados, que a mí me habría gustado que recibiera un banco español, y deciden que ese beneficio se lo lleve un banco extranjero. ¿Qué tipo de miedo tienen los bancos españoles para no dar crédito a Vox mientras se lo dan al PP y al PSOE?
¿Llamaron a las puertas de 20 bancos españoles y ninguno les quiso dar un crédito para las elecciones?
No, ninguno no. Hay dos bancos españoles que dieron unos créditos muy modestos, porque no daban los créditos que necesitábamos. Los bancos tienen que explicar a la sociedad española, tienen que explicar a sus accionistas, tienen que explicar a sus clientes, muchos de los cuales son votantes de Vox, por qué no dan crédito a Vox. Nosotros hemos hecho todo correctamente, todo legalmente, y hemos demostrado que somos capaces de salir adelante, incluso cuando nos cierran todas las puertas.
¿No tienen duda de que detrás del banco húngaro está el Estado o el Gobierno de Viktor Orban?
Es un banco privado que creo que tiene algo de participación del Gobierno, igual que aquí el Gobierno participa, por ejemplo, en CaixaBank, que da créditos a los partidos. Con lo cual nos parece que es todo totalmente normal, conforme a la ley, lo hicimos todo correctamente, lo informamos al Tribunal de Cuentas y por lo tanto estamos muy tranquilos. Y esperamos que en las siguientes elecciones no nos ocurra lo mismo con los bancos españoles, porque nos iremos a la conchinchina si hace falta.
¿Cuál es su posición en la Guerra de Ucrania?
Es muy clara: condena de la agresión rusa. Ha sido la posición que hemos mantenido siempre. Convocamos a nuestros socios internacionales en Madrid en el año 2020 (entre los que estaba, por cierto, Viktor Orban) y todos firmaron el documento que Vox puso encima de la mesa condenando la agresión rusa que se iba a producir. Esa es nuestra posición.
¿Y en el conflicto de Oriente Próximo?
Hemos hablado con mucha claridad del derecho de Israel a defenderse. Nuestra posición es esa. Creemos que Israel ha sido víctima de los peores ataques terroristas que ha conocido la historia de la humanidad. Creemos que los atentados del 7 de octubre, las violaciones, los secuestros, las ejecuciones en directo... son de una naturaleza horrenda, prácticamente satánica, y entendemos que un Estado tiene no sólo el derecho, sino el deber de defenderse de una agresión de ese tipo. Nosotros estamos muy preocupados con la deriva extremista del presidente del Gobierno, aplaudido por Hamas, aplaudido por Irán y aplaudido por talibanes. Y creemos que está comprometiendo seriamente la seguridad de la población española y de las tropas españolas en El Líbano. Hemos registrado una iniciativa en el Congreso precisamente para que sean repatriados los españoles y también los militares españoles, porque esa operación de la ONU ha fracasado y porque la presencia de España no ha servido para que desde El Líbano no se atacara permanentemente a Israel.
¿El derecho a la defensa tiene algún límite?
Yo creo que tiene el límite de la proporcionalidad, que es algo discutible. Pero en todo caso hay que saber que esas reglas internacionales son dictadas en organismos internacionales con presencia, no de democracias, sino de dictaduras y de teocracias, con lo cual estamos viendo cómo en la ONU muchas veces se están haciendo los intereses no de pueblos, sino de regímenes que sólo representan a una casta, a un grupito o a un dictador, y creemos que no se puede poner a Israel, que se somete a elecciones democráticas en comparación con esos países.
Incluso cuando se han hecho intervenciones internacionales sin el apoyo de la ONU, como por ejemplo la intervención en Irak del año 2003, al menos suele haber una coalición internacional, suele haber una justificación, suele haber una explicación...
Creo que deberíamos vernos en la piel de Israel. Deberíamos vernos en la piel de los ciudadanos de Israel que se ven bombardeados permanentemente, que han sido víctimas de esos atentados del 7 de octubre que, insisto, son los peores atentados imaginables para nosotros, y ver qué haríamos en esa circunstancia. Cuando nos están bombardeando desde un territorio y no tenemos otra manera, pues parece que es mejor una invasión terrestre que el bombardeo de esa nación. Me parece que es difícil valorarlo. Yo, en todo caso, lo que quiero es mostrar comprensión. Cuando dicen que la respuesta tiene que ser proporcional, yo entiendo qué es la proporcionalidad, pero yo creo que los que lo plantean muchas veces no lo entienden. ¿Qué significa, que Israel tiene que entrar y hacer lo mismo que hizo Hamas con ellos? Yo creo que Israel es probablemente el Gobierno y el Ejército del mundo que más avisa sobre dónde va a bombardear, que intenta hacer operaciones quirúrgicas. Evidentemente, la guerra es un drama y en la guerra mueren muchos inocentes, y de eso no se alegra nadie, pero creo que no se puede dejar a un país como Israel sin derecho a defenderse, rodeado de todos sus enemigos, de los que quieren que desaparezca. Por cierto, algunos miembros del Gobierno también lo quieren. Esa es nuestra posición, que creo que es clara y creo que la postura de Pedro Sánchez del reconocimiento del Estado palestino cuando los cuerpos de las víctimas del 7 octubre aún estaban calientes ha significado una legitimación del terrorismo, por eso fue aplaudida por los terroristas y por eso fue respondida tan duramente por Israel. Y por eso, por cierto, se puso en riesgo la integridad territorial de España desde la perspectiva de que en el Parlamento de Israel ya hubo diputados que querían que se votara el reconocimiento de Cataluña como nación independiente, como respuesta al reconocimiento del Estado palestino. Yo me presenté en Jerusalén, al día siguiente, tuve un encuentro con el primer ministro de Israel, pude conversar sobre esta cuestión y pude obtener garantías y la certeza de que el Estado de Israel, el Gobierno de Israel, estaba comprometido a respetar la unidad de España y que no debíamos tener ninguna preocupación con eso.
¿En esa reunión con Netanyahu obtuvo un compromiso del primer ministro israelí de que no iba a apoyar ningún tipo de represalia política en ese sentido contra España?
Así fue y así lo comunicamos después de aquella reunión.
Usted tiene una agenda internacional impresionante (es Netanyahu, es Milei, es Meloni y es Orban). ¿Cómo cree que refuerza eso a Vox?
Yo creo que eso a Vox le refuerza, sin ninguna duda. Pero no es la agenda internacional de Santiago Abascal, es que lo que Vox está defendiendo en España es parecido a lo que otros muchos están defendiendo en otros países de Occidente, es que hay una verdadera identidad, un verdadero hartazgo con las políticas globalistas convertidas en agendas de género, en agendas climáticas, en agenda 2030, en promoción de la inmigración masiva... Y son muchos los pueblos y los movimientos políticos que están reaccionando. Y Vox, además, ha jugado un papel de argamasa en muchas ocasiones en esos movimientos. Vox ha puesto en contacto a movimientos políticos que no se conocían en distintos sitios del mundo. Vox ha facilitado en Madrid, en el último Viva 24, el contacto, por ejemplo, del Frente Nacional y el Gobierno de Israel, que era un contacto que no existía. Vox ha puesto en contacto a muchos grupos de Iberoamérica con el Partido Republicano en Estados Unidos y con grupos políticos en Europa. Vox está tratando de construir algo grande en política internacional. Vox ha impulsado el Foro de Madrid, que es la primera respuesta organizada al Grupo de Puebla y al Foro de Sao Paulo. Hay quienes piensan que los que apelamos al patriotismo o denominamos a nuestras organizaciones políticas como organizaciones patrióticas, nos desentendemos, nos aislamos, caemos en el proteccionismo y no nos importa lo que pase en el resto del mundo. Pero nosotros pensamos que, si el globalismo y el socialismo internacional están organizados, nosotros también tenemos el deber de organizarnos.
En esto que apunta del aislacionismo, creo que la influencia de Donald Trump ahí es importante. ¿Cierra filas con él en las elecciones de Estados Unidos?
Sí, sí. Nuestro apoyo a la candidatura de Donald Trump no es de ahora, es incluso de las elecciones de 2016. Lo hicimos desde el principio y ahora lo hacemos con mucha más fuerza, mucha más convicción. Nosotros no vamos a caer en el error de decir que votaríamos a Biden, como dijo José María Aznar.
¿Le molesta la etiqueta de extrema derecha?
No me identifica, pero no me asusta.
Aunque haya personas en su partido que provengan de la extrema derecha
Bueno, y otros proceden de la redacción de El País, como Hermann Tertsch, y otros proceden de la izquierda. A mí no me importa de dónde venga nadie, me importa dónde van y si comparten el planteamiento de Vox.