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Una rueda de prensa de apenas cinco minutos. Así ha sido este lunes la comparecencia de Cecilia Herrero para explicar su baja como militante de Vox. La concejala del Ayuntamiento de Valencia, que forma parte del equipo de gobierno de la alcaldesa María José Catalá, ha dado un portazo al que era hasta ahora su partido denunciando "mobbing laboral y personal". Y lo ha hecho bajo la atenta mirada de Juanma Badenas, su actual pareja, que fue suspendido también cautelarmente de militancia por Vox tras la investigación abierta por un presunto contrato irregular.
Herrero ha comparecido este lunes en la sala de prensa municipal, como hizo también la semana pasada Badenas, para dejar claro que tampoco ella se plantea renunciar al acta. Es decir, si la alcaldesa acabó la semana pasada con una mayoría sustentada en 16 concejales tras la salida de Badenas (13 del PP y tres de Vox), Catalá comienza la nueva semana con sólo 15. "La aritmética es la que es y todas las opciones están abiertas", se ha limitado a señalar Herrero preguntada por si Catalá tiene garantizado su apoyo.
Los 13 ediles populares únicamente mantienen ya el apoyo de dos de Vox, pues la formación de Santiago Abascal ha visto en cuestión de días el paso de dos de sus concejales al grupo de no adscritos. El PP sigue siendo el partido con más representación en el consistorio -lo que le dio a Catalá la vara de mando en junio de 2023-, pero el pacto de gobierno que alcanzó con Vox para gobernar con la mayoría absoluta de 17 concejales es hoy papel mojado. Compromís y PSOE suman 16 concejales. Uno más, por tanto, que PP y Vox.
A pesar de ello, Catalá ha insistido este lunes en la idea de que es Vox quien tiene un "problema interno". "El problema no lo tengo yo ni mi partido", ha dicho, para recordar que ella misma arrancó la legislatura gobernando en minoría. Un escenario, por tanto, al que no descarta volver.
Según la alcaldesa, tiene la palabra de Vox de que garantizará la gobernabilidad en el consistorio valenciano. Esto, sin embargo, no está ya hoy en su mano, por lo que Catalá ha pedido a Vox "hacer un esfuerzo para reparar la estructura interna del partido" y demostrar que puede ser un "socio confiable".
De lo contrario, el gobierno de Catalá quedará en manos de dos concejales díscolos que no han dado de momento ninguna señal de querer llegar a una entente con el PP y, mucho menos, con su antiguo partido. Aun así, la alcaldesa se ha mostrado convencida de que el objetivo compartido por ambos pasa por evitar el regreso de un gobierno municipal de izquierdas.
Si Badenas denunció un "montaje" contra él, Herrero ha justificado su salida por "la falta de apoyo e interés" ante las amenazas sufridas. Ha lamentado incluso las "burlas" de miembros de la dirección nacional de Vox, a la que ha reprochado haber impuesto asesores en el grupo municipal de los que ha dicho sentirse víctima de "mobbing laboral y personal".
"Haré lo que me dicte mi libertad de conciencia y mi fidelidad a mis principios y valores", ha señalado Herrero cuando se le ha preguntado si seguirá votando con el PP. Además, ha apelado al "compromiso adquirido con los valencianos": "No los voy a abandonar en ningún momento", ha sentenciado.
Tras el paso dado por Herrero, Catalá tendrá que volver a reestructurar su gobierno para retirar las competencias que aún mantenía la ex edil de Vox tras la salida de Badenas. La alcaldesa de Valencia evita contemplar así someterse a una cuestión de confianza tal y como le han reclamado este lunes desde Compromís y el PSPV-PSOE. La moción de censura no está sobre la mesa.