El bloque PP-Vox se afianza con 190 diputados, pero el PSOE rentabiliza el pulso de las pensiones

El pulso político por la subida de las pensiones a 12 millones de jubilados que han mantenido el PSOE y el PP en las dos últimas semanas, con intentos mutuos de desgastar con este asunto al rival, se dirime en las urnas a favor de Pedro Sánchez. Si hoy hubiera elecciones generales adelantadas, el partido del presidente del Gobierno obtendría 118 diputados, cinco más que hace sólo un mes con una subida de cinco décimas en intención de voto, mientras que el de Alberto Núñez Feijóo lograría 148 escaños, cuatro menos de los que le adjudicaba en su entrega de enero el barómetro elaborado por Sigma Dos para EL MUNDO y un retroceso en su apoyo de siete décimas.

Aun así, el bloque de la derecha mantendría una consistente mayoría absoluta de 190 de los 350 parlamentarios en el Congreso, con un Vox en meteórico ascenso coincidiendo con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca en EEUU, lo que permitiría un relevo en La Moncloa. Sumar sigue sin lograr capitalizar su labor en el Ejecutivo, a pesar de los denodados intentos de Yolanda Díaz de liderar la batalla por la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas frente al socio mayoritario de la coalición y, tras el divorcio con Podemos, el espacio situado más a la izquierda del espectro ideológico sacaría 12 parlamentarios presentándose con papeletas diferentes, frente a los 31 que consiguieron concurriendo juntos hace un año y medio.

Según el nuevo sondeo de Sigma Dos -realizado entre el 24 y el 31 de enero con 2.303 encuestas-, Feijóo volvería a ganar las elecciones con el 33,7% de los votos, seis décimas por encima de los que consiguió en julio de 2023, y 11 asientos más en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo de los 137 que tiene ahora. Sin embargo, la polarización política en torno al decreto ómnibus, que además de la revalorización de las pensiones incluía otras medidas como la bonificación del transporte público y ayudas para los afectados por la dana, le pasaría factura en las urnas respecto a enero, cuando hubiera alcanzado 152 diputados.

El PP votó inicialmente en contra del heterogéneo paquete, en el que también estaba el traspaso al PNV de un palacete en París al que en la dirección de Génova se oponen, y una semana después anunció su cambio al sí cuando su apoyo ya no era necesario. El giro se produjo después de que el Gobierno hubiera accedido a trocearlo, pese a la insistencia en que no lo haría, dejando sólo dentro las cuestiones sociales y sacando las económicas, tal y como acordó con Junts para garantizar su respaldo tras haberlo rechazado también en un primer momento.

A pesar de esta nueva negociación con los de Carles Puigdemont, que incorpora como cesión adicional el compromiso de facilitar la tramitación de la petición del partido independentista para que el presidente se someta a una cuestión de confianza en el Congreso, el PSOE remontaría electoralmente respecto a hace un mes y obtendría sólo tres diputados menos que en las últimas generales, en las que consiguió 121, aunque ahora con un 27,6% de los votos, lo que supone un retroceso de cuatro puntos y quedarse notablemente por debajo de la barrera psicológica del 30%.

Además, el desmoronamiento del espacio situado a su izquierda no permitiría una reedición de la coalición, lo que en la práctica aleja la posibilidad de un adelanto de los comicios generales que, en condiciones normales, tendrían que celebrarse en el verano de 2027. Sumar lograría nueve escaños, 22 menos que en la última cita electoral y con una caída del 12,3%al 6,4% en su apoyo, y Podemos sacaría tres diputados presentándose en solitario, con un respaldo del 4,7% de los sufragios, lo que evidencia que la división les penaliza en el reparto de escaños. Con esta aritmética parlamentaria, aun logrando volver a ahormar el heterogéneo bloque de su última investidura, del que formaron parte también ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria (CC), Sánchez sólo conseguiría 158 síes a su permanencia en La Moncloa, a 18 de la mayoría absoluta.

En paralelo, Vox lograría su mejor resultado desde noviembre de 2023, cuando inició un declive que logró remontar tras su salida en julio del año pasado de los gobiernos autonómicos que compartía con el PP por aceptar el reparto entre comunidades de menores inmigrantes no acompañados. La política de Santiago Abascal en contra de la integración de las personas llegadas a España en situación irregular, unida a su sintonía con Trump -fue invitado el pasado 20 de enero a su toma de posesión en Washington- y al desgaste de la gestión de la catástrofe de la dana por parte de los formaciones mayoritarias, catapultarían a su formación hasta los 42 parlamentarios, frente a los 33 que tiene ahora, logrando aglutinar el 13,1% de los sufragios, lo que supondría un crecimiento de siete décimas sin tener ya el escaparate de los ejecutivos regionales.

Esta tendencia al alza no ha pasado desapercibida en la cúpula del PSOE, que ha vuelto a activar la maquinaria de alentar el miedo a la "internacional ultraderechista", una estrategia que ya le permitió a Sánchez movilizar el voto de la izquierda en las elecciones del 2023 y lograr la reelección pese a quedar como segunda fuerza más votada por detrás de Feijóo. Este mismo sábado, durante su intervención en el congreso de su partido en la Comunidad Valenciana, el presidente recurrió una vez más al mantra de que en 2027 derrotarán de nuevo en las urnas a una ideología en la que, además al mandatario de EEUU, sitúa como sus máximos exponentes al argentino Javier Milei y al húngaro Viktor Orban.

De hecho, en las filas socialistas se concentra el mayor número de indecisos, el 10,5%, sólo por detrás de quienes apoyaron en los últimos comicios Sumar, donde la cifra asciende hasta el 11,7%. El PP, a su vez, ostenta el índice más elevado de fidelidad, con un 80% de votantes que volverían a elegir su papeleta, seguido de cerca por Vox, con un 79,2%. La candidatura de Sánchez a día de hoy seguiría apoyándola un 73% de sus afiliados y simpatizantes, mientras que en el caso de Yolanda Díaz el respaldo caería hasta el 42,7%, con una elevada transferencia de su voto -25,4%- a Podemos, que previsiblemente pondrá a la ex ministra Irene Montero como cabeza de cartel. El grueso del trasvase se concentra dentro de los bloques en vez de entre derecha e izquierda.

El nuevo tablero político que esboza el sondeo de Sigma Dos mantiene a ERC y Junts con siete diputados cada uno, aunque con una caída de dos décimas en intención de voto para los de Oriol Junqueras. Los de Puigdemont, por su parte, suben una décima, pero apenas logran rentabilizar electoralmente las múltiples cesiones que han arrancado a Sánchez en lo que va de legislatura, desde la autorización del uso del catalán en el Congreso al compromiso del traspaso de las competencias de inmigración a la Generalitat.

Sí hay movimientos, en cambio, en el escenario del País Vasco. Bildu obtendría ahora cinco escaños, uno menos que en 2023 con una caída del 1,4%al 0,9% de su apoyo, mientras que el PNV pasaría de cinco a seis representantes tras lograr recuperar la propiedad del palacete de París que fue la sede del Gobierno autonómico durante el exilio. Aun así, el electorado penaliza a los jeltzales con una caída de un 0,1% del voto por su dependencia del PSOE.

Asimismo, el BNG subiría hasta los dos diputados, mientras que Unión del Pueblo Navarro (UPN) y CC mantendrían cada uno su escaño. El arco parlamentario lo completaría con Se Acabó la Fiesta (SALF), del agitador Alvise Pérez, que se estrenaría con un asiento a pesar de la investigación abierta contra él por la supuesta financiación ilegal de su campaña a las europeas.

La encuesta también apunta un dato revelador: casi tres de cada cuatro ciudadanos (71,1%) creen que la política no es útil para la solución de sus problemas, frente al 23,2% que opina que sí sirve. El mayor descontento se concentra entre los votantes del PP (90,1%) y los de Vox (88%), aunque entre quienes apoyaron a los partidos de la coalición también es más numeroso el grupo de los que consideran que la acción de sus representantes no está mejorando sus vidas, un 54,8%en el caso de los del PSOE y un 50,6% en el de los de Sumar.