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Enrique Ponce Martínez nació en Chiva (Valencia), el 8
de diciembre de 1971, aunque se crió personal y taurinamente en
Jaén. Precisamente fue en la localidad jienense de Baeza donde
debutó en público el 10 de agosto de 1986. Una persona imprescindible
en su carrera ha sido su actual apoderado, Juan Ruiz Palomares, quien
acogió a Ponce cuando sólo era un prometedor muchacho de
12 años y lo educó en la profesión. Con picadores
se presentó en público el 9 de marzo de 1988, en el coso
de Castellón, junto a Curro Trillo y José Luis Torres; los
novillos fueron de Bernardino Píriz.
Tomó la alternativa el torero valenciano el 16 de marzo de 1990,
con Joselito como padrino y Litri por testigo, con reses de Puerta Hermanos.
El toro de su alternativa se llamaba 'Talentoso' y pesó 505 kilos.
Hasta esa fecha, había participado en un centenar de novilladas.
La confirmación le llegó el 30 de septiembre del año
90, en un cartel compueto por Rafael de Paula y Luis Francisco Esplá,
con ganado de Diego Garrido. Comienza en este año una carrera que
marcará la década de los 90, taurinamente hablando. Los
dos primeros años de Ponce fueron complicados, con temporadas en
las que lidió 25 y 55 festejos, respectivamente. A pesar de ello,
consiguió triunfos notables que le valieron para entrar, poco a
poco, en los carteles más importantes. Su primer gran año
fue 1992, cuando entró en el 'club de los 100', al lidiar un centenar
de festejos, en los que cortó 110 orejas. A partir de entonces,
Ponce ha mantenido una pasmosa regularidad, tanto en número de
festejos (nunca inferior a los 100) como en cuanto a triunfos (con Puertas
Grandes en plazas de primera y en los ciclos más importantes).
Una cualidad del toreo de Ponce es la facilidad que imprime a cada una
de sus faenas. Se trata de un diestro poco exigente con el toro, al que
cuida en extremo (lo que le ha llevado a indultar un grandísimo
número de animales). Esa facilidad se ha convertido en un arma
de doble filo para Ponce, ya que sirve tanto para entusiasmar al público
en general como para encrespar a los aficionados más exigentes.
Pese a todo, Ponce ha logrado mantenerse en lo más alto del escalafón
con comodidad, manteniendo rivalidades taurinas con diestros de la talla
de Joselito o El Juli.
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