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José Tomás nació en Madrid el 20 de agosto de 1975.
Debutó en público en su pueblo natal, Galapagar (Madird),
en 1988, lidiando una becerra. Estoqueó su primer becerro en otro
pueblo madrileño, Colmenarejo, el 25 de julio de 1989, junto a
otro joven aspirante que alcanzaría el escalafón de matadores
años después: Alberto Elvira.
La primera vez que se vistió de luces el diestro madrileño
fue el 7 de febrero de 1991. En aquella fecha mató un becerro de
Carmen Segovia en el pueblo madrileño de Valdemorillo. El debut
con picadores se produjo en la plaza de Benidorm, el 24 de julio de 1993.
Compartió cartel con José Antonio Barrera y José
Antonio Canales Rivera. Cortó una oreja de cada uno de sus novillos
de Román Sorando. Sin embargo, poco hacía presagiar que
el novillero José Tomás se convertiría en apenas
un par de años en una de las mayores figuras de las últimas
décadas. Sus principales apoyos en sus comienzos fueron
el ganaderos Victorino Martín, con el que guarda parentesco, y
el apoderado Rafael Corbelle.
Las dificultades para torear en España le obligaron a viajar a
México a buscarse contratos. En su periplo mexicano vivió
con 18 años uno de los episodios más dolorosos de su carrera,
ya que estuvo a punto de perder la vida tras sufrir una gravísima
cornada en un pueblo mexicano que le partió la femoral. Un sacerdote
llegó a dar la extremaunción al torero.
Sin embargo, José Tomás aprovechó estos percances
para seguir puliendo su tauromaquia. Se presentó en Madrid el 24
de septiembre de 1995, compartiendo cartel con Luis Miguel Encabo y Rafael
Rubio, Rafaelillo. Cortó una oreja de cada uno de sus novillos
de Las Ramblas y salió a hombros por la Puerta Grande. Sería
la primera de una serie continuada de tardes en las que la gloria o la
cornada han sido las dos únicas alternativas para José Tomás
en Las Ventas.
La alternativa le llegó el 10 de diciembre de 1995, con Jorge
Gutiérrez como padrino y Manolo Mejía por testigo, en la
plaza Monumental de México. La confirmación fue el 14 de
mayo de 1996, apadrinado por Ortega Cano y con Jesulín de Ubrique
como testigo.
En las tres temporadas siguientes, José Tomás se proclamó
triunfador de la Feria de San Isidro, con una regularidad inaudita basada
en un concepto del toreo en el que domina la quietud, el valor extremo
y sereno, sin alardes, además del gusto por el clasicismo. Así
ha conseguido algunos de los hitos recientes, como el rabo de la plaza
de Barcelona, en temporadas en las que José Tomás ha
optado por no sobrepasar los 70 festejos, una cifra que el propio torero
ya considera excesiva.
En el año 2000 el diestro madrileño tuvo una temporada atípica
y muy irregular, debido al litigio que mantuvo su apoderado, Enrique Martín
Arranz, con los empresarios taurinos por los derechos de imagen en televisión.
La temporada 2001 será recordada como la de las luces y sombras:
dos Puertas del Príncipe en Sevilla y un toro vivo en San Isidro.
enlaces: http://www.jose-tomas.com
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