
Cruce Judge Harry Pregerson - Los �ngeles
� � �Voy a meterme en corral ajeno... L�o entre mi querida Cayetana �lvarez de Toledo, las gentes de su partido, los periodistas de la Sexta y, por extensi�n, los gestores de Atresmedia.
���� A m� ni me va ni me viene. Por eso digo lo del corral ajeno. Ni siquiera puedo opinar acerca de si las declaraciones de Cayetana sobre la supuesta intentona de erosionar la democracia por parte de Garc�a Ferreras y su equipo para hacer negocio tiene o no tiene visos de fundamento. Nunca veo televisi�n, fuera de alg�n que otro telediario (el de Antena Tres, en general, y a veces el de Telecinco), as� que mal puedo opinar sobre lo que hacen las personas a las que Cayetana acusa.
����� Exagero un poco. De vez en cuando, y siempre de pasada, he visto, fragmentariamente, algunas entregas del programa Al rojo vivo y creo que en �l se hace buen periodismo y que su director es un excelente profesional de ese ramo. Escorado hacia babor s� que lo est�, pero eso no lo invalida, de igual modo que tampoco estar escorado hacia estribor invalida a otros programas de opuesta inclinaci�n. Me parece natural que Garc�a Ferreras o cualquier otro periodista entreviste a los l�deres del independentismo catal�n por ser �stos, nos gusten o no (y es obvio que a m� no me gustan), protagonistas y/o antagonistas de peso en el actual marem�gnum de la vida pol�tica. Recuerdo que cuando en 2006 me hice cargo de la direcci�n y presentaci�n de Diario de la Noche en Telemadrid dije en la rueda de prensa de su lanzamiento que me gustar�a entrevistar en �l a Arnaldo Otegui y casi se me comen.
����� Dicho esto, a�ado que estoy de acuerdo con quienes creen que los pol�ticos pueden acogerse a la libertad de expresi�n en lo concerniente a la opini�n que les merecen los periodistas del mismo modo y por las mismas razones por las que los periodistas pueden criticar cuanto quieran a los pol�ticos. La libertad de expresi�n es una autopista de muchos carriles y ninguno es de sentido �nico.
���� Por eso me sorprende sobremanera que se ataque a Cayetana �lvarez de Toledo por hacer uso de su libertad de opini�n acus�ndola de no respetar la libertad de opini�n de quienes no respetan la suya.
����� A los dilemas de ese tipo los llamaban en la l�gica aristot�lica "argumentos cornutos".
