L�der mundial en espa�ol
Lunes 31/ 05/ 2010 Actualizado 11:20h.
URGENTE |
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31 MAY 2010 11:20
Las japonesinas tendrán que esperar. Estoy noqueado. Acaba de llegar a mis pupilas, con casi una semana de retraso, la foto de esa jugadora de tenis de piel de ébano que ha saltado a las pistas del Roland Garros ataviada como si fuese a seducir a John Wayne en el saloon de un pueblo del far west, a marcarse un french cancan en el Moulin Rouge de Toulouse-Lautrec, a cumplir con sus obligaciones laborales en un escaparate de Amsterdam, a ganar un concurso de travestis en cualquier tugurio del barrio Nana de Bangkok o a hacer la carrera en el esquinazo de la Red de San Luis.
27 MAY 2010 07:41
Me despierto con el rumor de los pájaros arremolinados en los árboles, el edredón tirado en el suelo y el sol que restalla en la ventana. Es sábado, tiempo de descanso, de desayunar tranquilamente, de ir al cine, de leer un buen libro, de dejar pasar el día, sin más.
24 MAY 2010 13:07
No es un nuevo pase incorporado por el Niño del Sol Naciente al acervo de la Tauromaquia. Es, sólo, sin tentativa de heroísmo alguno (el de José Tomás, el de Julio Aparicio, el de todos los samuráis que se juegan la vida ante los toros), el nombre con el que yo, torerito de agua dulce, he bautizado las stravaganze niponas que Naoko, mi japonesita, vende en su humilde herbolarium de internet.
20 MAY 2010 07:38
A medida que pasan los años se afianza en mí la seguridad de que nada de lo que nos ocurre pasa de un modo casual.
Y esto no significa que crea en el destino, aunque me gustaría, porque me parece un concepto muy literario y dramático, como también me gustaría creer en Dios o en una ideología con nombre y apellido. Lo cierto es que creo sólo en lo que me sucede día a día.
17 MAY 2010 14:04
¡Caramba! Otra vez lunes. Mis semanas tienen ahora menos días. ¿Será por la vejez? ¡Pero si dicen que al llegar ésta el tiempo vuelve a ensancharse como en los días azules de la infancia! No, no, será porque hago demasiadas cosas, y cada una de ellas es un mojón que escande el discurrir de los minutos y en los que la memoria se apoya para cobrar conciencia de que hay un antes, un durante y un después.
13 MAY 2010 12:24
Todos los años, cuando la primavera comienza a templar los fríos, la familia, es decir, mi padre, mis hermanos, mis hijos y yo, nos vamos de viaje. Pocas son las reglas de esta escapada: no se pueden llevar parejas, el jefe absoluto de la expedición es mi padre y el destino elegido debe ser siempre algún lugar que nos parezca exótico y si es peligroso, todavía mejor. Así, a lo tonto, hemos ido recorriendo el mundo: Etiopía, Turquía, Cuba, Mali, Senegal, Sri-Lanka, Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia, India...
10 MAY 2010 13:18
Colosal aventura vivida por el hermanillo de Soseki. Pudo morir, pero ha salido indemne. Final feliz. Lo único que ahora me inquieta es la convicción de que a Sensei sólo le quedan seis vidas.
06 MAY 2010 11:56
Aterricé en Kioto hace cuatro días, acompañada por mis hijos, en busca del asueto y el consuelo que sólo la familia sabe ofrecer. Allí, aquí, ahora, vive mi padre con su mujer japonesa y dos gatos sin nombre, también japoneses. Diez días en esta tierra desconocida y lejana cuya única y pobre referencia a mi llegada consistía en alguna película notable, comics que nunca me han gustado, fotografías de postal y un par de novelas de Mishima. O sea: nada.
03 MAY 2010 13:54
Bueno… ¡Pues ya me ha sentado Ayanta en el sofá marrón de la muerte! Menos mal que no llevo zapatillas rosas.
¡Basta de volcanes! ¡Tres entregas de lo mismo! Los lectores deben de estar hasta la coronilla o, mejor dicho, hasta el borde de la caldera del cráter. Sobre todo los que se quedaron atrapados en la zarabanda del vulcanismo islandés y el subsiguiente parón aéreo.
Todos los lunes colgar� yo aqu� mi entrega semanal y todos los jueves ser� Ayanta quien cuelgue la suya. Torearemos al alim�n, aunque cada uno lo har� con sus trastos y en su terreno. Habr� coincidencias y disidencias, convergencias y divergencias, dependencias e independencias. Ya veremos. Una cosa es la consanguinidad y otra la uniformidad. Ni los hijos pertenecen a los padres ni los padres son propiedad de los hijos.