Dragolandia

Archivo OCT2017

La gran puta

� � �Parece ser -no estoy seguro... Vivo ajeno a tales cosas- que se est� celebrando en Madrid, por d�cima vez consecutiva, el Festival E�e. Me entero porque algunas personas, amigas o desconocidas, inquieren la raz�n de que yo no figure en la amplia lista de escritores presentes en esa feria literaria. No es la �nica. Se celebran muchas otras, similares, a lo largo del a�o, desperdigadas por todos los lugares donde las instituciones creen que con ellas disimulan el tradicional desinter�s, cuando no desprecio, con el que los poderes p�blicos tratan todo lo que huele a cultura, en general, y a literatura, en particular. Ya saben: Las Noches Blancas al hilo del D�a del Libro, el Festival Hay en Segovia (y en medio mundo) y cosas as�. Una vez, hace a�os, particip�, muy de refil�n, en el �ltimo de los citados, pero fue porque me lo pidieron dos buenas amigas: Pepa Roma y Lourdes Fern�ndez-Ventura. Supongo que, de no ser por ellas, nadie se hubiera acordado de m�. Y habr�an hecho bien, porque de tales encerronas suelo escapar por la tangente, a no ser que ofrezcan, a pachas con el se�or Montoro, algo de dinerillo, no tanto para sacarme de pobre cuanto para retrasar el momento de que llegue a serlo.

Ra�ces y cenizas

���� Reproduzco, a cuento de los incendios de Galicia, el art�culo que el novelista �lvaro Bermejo, ponente en el �ltimo Encuentro Eleusino (Setas - Alimento, medicamento, sacramento), public� ayer, 24 de octubre, en Diario Vasco...

���� Por cierto: �lvaro tambi�n acaba de publicar con el sello de Vers�til una novela, tan bien escrita, imaginativa, de amplio espectro y largo alcance como todas las suyas, de t�tulo premonitorio en lo concerniente a los tr�gicos sucesos de Galicia: El bosque en la noche. Hay uces, las de las llamas, que no iluminan. Por sus p�ginas danzan personas y personajes tan dispares como las brujas de Zagarramurdi, Orson Welles, la Carmen de Merim�e y Luis Mariano. Et alii.

�Miau en �rabe!

���� Llevaba mucho tiempo sin hablar aqu� de gatos. Hoy vuelvo a las andadas.

���� Dos libros reci�n salidos...

���� Uno es de T.S.Eliot, traducido por Juan Bonilla, editado por N�rdica e ilustrado por Edward Gorey: tres nombres que son garant�a de calidad. T�tulo: El libro de los gatos sensatos de la vieja zarig�eya. �Gatos sensatos? Pues s�, lo son, por locuelos que a veces nos parezcan. Ya dec�a Dal� que la �nica diferencia entre �l y un loco era que �l no estaba loco. El libro recoge los poemas que inspiraron el musical Cats y fueron escritos por el premio Nobel de Literatura de 1948 para divertir y, a la vez, aleccionar a sus ahijados. Un disparate, una delicia, una golosina.

TOC

���� Ahora lo llaman as�: Trastorno Obsesivo Compulsivo. Antes lo llam�bamos man�as. Todos las tenemos. Yo tambi�n.

���� Una de las m�as se refiere a las corbatas. Las detesto. No entiendo que nadie se las ponga. Cuando por la raz�n que sea me veo obligado a anudarme al cuello una de ellas pierdo el don de la palabra y el uso de la raz�n.

����� En lo concerniente a ellas la semana que ahora termina ha sido mortal.

Maledicencia

���� Desconf�o de la gente que habla mal de otras personas, tanto si est�n presentes como ausentes. Eso equivale a decir que no me f�o de buena parte de mis compatriotas, adictos muchos de ellos al deporte de despellejar al pr�jimo con raz�n o, por lo general, sin ella. Esa perversi�n llega a su culmen en el frufr� de las Redes, en los comentarios que los trolls (de troleros, trileros y trapaceros) dejan al pie de los blogs o de las columnas, en el blablabl� de los tertuliasnos y en las pocilgas de la telebasura. Espa�a es una inmensa corrala, un patio de vecindad habitado por fregonas y un campo de exterminio en el que se gasean reputaciones.

Un episodio espa�ol

���� Quince de octubre, domingo soleado, festividad de santa Teresa, once y media de la ma�ana... Voy en el AVE camino de Barcelona para asistir a la gala del premio Planeta. Eso, hace a�os, me divert�a, pero ahora me aburre. No obstante, all� estar�. Es un deber moral. �Por qu�? �Porque el grupo Planeta, diversificado en un centenar de editoriales, ha publicado casi todos mis libros? No s�lo, aunque tambi�n. Cena simb�lica: podr�a ser la �ltima vez que se celebra en Barcelona. Ya veremos.

Velatorio

� � �Deber�an llamarlo Puigdemonio. Es s�lo un paleto, pero paletos son casi siempre los que incendian los bosques.

���� Hay muchas Espa�as. Si lo sabr� yo. La Espa�a M�gica, la Espa�a Tr�gica, la Espa�a Heroica, la Espa�a que pudo ser y no ha sido, la Espa�a de la Rabia y de la Idea, la Espa�a de Charanga y Pandereta, la Espa�a Ca��, la Espa�a Hortera, la Espa�a Cazurra, la Espa�a Palurda, la Espa�a Cutre, la Espa�a Cursi... Cursi, cutre, palurdo, cazurro y hortera es Puigdemonio, ese personaje de comedia de Arniches, de pel�cula de Mart�nez Soria y de zarzuela castiza que va a terminar tan solo, fan� y descangallado como la puta del tango. Al tiempo.

Un loco anda suelto

� � �Se llama Puigdemont. Hay muchas clases de locura, pero todas coinciden en algo: creer que es real lo que no existe o, dicho a la inversa, creer que existe lo que no es real. La alocuci�n que en la noche del martes propin� a los televidentes el individuo citado es un apabullante testimonio cl�nico. Deber�an tomar cartas en el asunto los loqueros. Todo el mundo tiene una soluci�n personal para la mayor crisis vivida por Espa�a desde que la guerra civil solvent� la anterior. Yo tambi�n la tengo: que pongan a Puigdemont una camisa de fuerza y lo internen en un manicomio hasta que recupere la cordura o se pudra en ella. Es una medida justa, r�pida, eficaz y barata.

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