Dragolandia

Archivo ABR2013

Semana del Libro

��� �Madre m�a! �Qu� ajetreo! Cron�fagos por todas partes... As� no hay quien escriba.

����� Lunes 22 de abril: almuerzo en el Palacio de Oriente con los Pr�ncipes. Alrededor de cien escritores, catedr�ticos, acad�micos, cr�ticos y gentes as� revolotean alrededor de Sus Altezas Reales. Yo tambi�n lo hago. Me he puesto corbata, en contra de mi costumbre. Aquello parece un cementerio de elefantes, un parque jur�sico, un museo de figuras de cera... No veo ninguna cara joven, excepto las de do�a Leticia, don Felipe y una chica guapa, cuya identidad desconozco. Me dicen que es la presentadora de no s� qu� telediario. Los Pr�ncipes tienen muy buen aspecto. Da gusto verles. Derrochan simpat�a, cordialidad, serenidad, firmeza y buena educaci�n. Me preguntan por Akela y por el libro que le he dedicado. Se lo enviar�. �Qu� menos! Son d�as dif�ciles para la instituci�n que representan, pero yo salgo de la fiesta siendo algo m�s mon�rquico de lo que lo era al entrar. Rep�blica: vade retro! Nada tengo en com�n con las personas que la desean.

Reflexiones

���� La suegra de una amiga m�a, que es ginec�loga, le dice a mi s�ptima esposa: "Mejor ser la �ltima mujer que la �nica". Tiene raz�n.

���� Releo "La historia de San Michele", de Axel Munthe, que con tanto ah�nco y placer le� en mi infancia, y me encuentro, al hilo de esa relectura, con la frase que Vasari puso en boca de Miguel �ngel (o, mejor dicho, en su pluma, pues formaba parte de una carta enviada por el artista al historiador): "Non nasce in me pensier che non vi sia dentro scolpita la Morte". A m�, a estas alturas de la Vida, me sucede lo mismo. Mi libreta de tel�fonos es ya cementerio de sepulcros blanqueados por el typpex y no hay mes, por no decir semana, en el que no excave una nueva tumba (Olano, Enrique Meneses, Pepe Sancho... A Sampedro nunca lo tuve por amigo, ni ganas).

Bola negra

���� Pido a mi ayudante que elabore una lista de los programas de televisi�n adscritos al g�nero de la telebasura. Lo hace.� Son, seg�n �l, diecinueve. Seguro que hay m�s, pero para muestra... No citar� t�tulos ni nombres. Est�n en boca de todos.

���� Voy a fiarme del criterio de mi colaborador, que es persona joven, culta, educada, de buen gusto y experta en bucear por internet. Yo, de esos programas, poco puedo decir. Hablo de o�das.

Una hip�tesis

��� El 15 de abril de 1912 vino al mundo el camarada Kim-il Sung, fundador de la primera dinast�a hereditaria del Imperio Comunista. Lo hizo, seg�n cuentan los cronistas �ulicos, no con la habitual mancha azul que ilustra la rabadilla de los mongoles (mi mujer y mi �ltimo hijo la tienen), sino con una estrella roja grabada en ese mismo lugar. Era el signo de la Bestia. Marx, Engels, Lenin y Stalin profirieron aullidos de j�bilo en los �nferos. Treinta y seis a�os despu�s se ense�oreaban de Pyongyang las hoces y los martillos de la Uni�n Sovi�tica. En 1948 subi� al trono El Gran L�der de infausta memoria, cuyo nieto, y adorador de Mickey Mouse, juguetea en su palacio, mientras ve pel�culas de Walt Disney, con el botoncillo nuclear. Quiz� piensa que es el cl�toris o el punto G de Minnie.

Scrrrrrratch!

���� �Qu� nombre tan feo! Es como si una bota de la Wehrmatch aplastase una cucaracha.

���� Me lo han puesto a huevo. La tiran�a de la actualidad y el calidoscopio junguiano de las sincronicidades me inducen a reproducir lo que el Lobo Feroz public� el lunes en El Mundo de papel...

La canci�n del pirata

���� A Naoko le han dicho en el Centro M�s Natural de Preparaci�n al Parto y al Postparto (calle Ortega y Gasset, 42 - 28006 Madrid y www.masnatural.org)� que conviene recitar machaconamente a los beb�s, a diario, si es posible, un poema saltar�n y cantar�n que tenga ritmo y rima, musicalidad y gracia. O un fragmento, si la composici�n elegida es muy extensa.

���� Aseguran que eso estimula las zonas del cerebro en las que residen dos funciones -la verbal y la auditiva- la funci�n verbal y acelera la llegada del gozoso momento en que el ni�o rompe a hablar.

Paganismo, cristianismo, comunismo, keynesismo y darwinismo social

Le ruego, Papa Francisco, que dedique unos minutos de reflexi�n -no pido m�s- a las dos citas que incluyo a continuaci�n.

���� Me mueve a ello algo en lo que Su Santidad ha hecho hincapi�: la Iglesia, ha dicho, es de los pobres, los d�biles y los peque�os.

���� Cre�a yo que era ecum�nica... O sea: de todos. Me equivocaba.

��� �Qu� sucede con los ricos, los fuertes y los grandes? �No son hijos de Dios? �No los hay? �No existen ni en la naturaleza ni en la sociedad?

���� �Vaya si existen! Eche un vistazo a su alrededor y hojee las p�ginas de la historia. Repase la doctrina de Darwin acerca de la selecci�n natural de las especies. El hombre, sin ella, habr�a desaparecido.

�Una realidad paralela?
(addendum a mi �ltimo libro)

����� Cuando escrib� mi cuento en Pacto de sangre (Temas de Hoy), al que puse fin en Rang�n, no hab�a le�do el texto de Ayanta que completa esa obra ni ella hab�a le�do el m�o antes de terminar el suyo.

����� Lo hicimos as� adrede, aunque la curiosidad nos picaba. No quer�amos condicionamientos de ning�n tipo. Dif�cil habr�a sido escapar a ellos si hubi�ramos cedido a esa tentaci�n. Los textos ten�an que ser aut�nomos e independientes, no sujetos a cambios, sin retoques, concebidos al calor de la soledad, la sinceridad y la libertad.

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