
���� El protagonista de la pr�xima entrega de "Libros con uasabi" se llama Carlos Zan�n, poeta, articulista, guionista y narrador catal�n nacido en 1966. Lo edita RBA. Gan� el premio Dashiell Hammett del a�o 2015. Acaba de publicar un libro de relatos que componen una novela coral sobre la Barcelona que nunca aparece en los itinerarios tur�sticos. Otras novelas suyas son, por orden cronol�gico, Tarde, mal y nunca, No llames a casa y Yo fui Johnny Thunders. Ser� Anna Grau, y no yo, quien lo entreviste. Hay un buen motivo para ello.
��� �Por primera vez en mi vida voy a dirigir y presentar un programa de televisi�n dedicado a los libros sin haber le�do la obra de los autores -o del autor- que comparecen en �l. Y eso, como he apuntado, por una raz�n personal que quiz� no sea de peso, pero a la que no puedo sustraerme: Carlos Zan�n, al que deseo toda suerte de venturas, es o �pasa por ser un autor de ese g�nero invasivo al que llaman "novela negra" -creo que �l rechaza la etiqueta- y yo, desde los a�os de mi primera juventud, he sido incapaz de leer novelas de tales caracter�sticas.
���� Los cr�menes no me interesan, aunque al parecer interesan a muchos, narrativamente hablando, ya sea en la literatura, ya en el cine, ya en las series de televisi�n. Tampoco me interesan gran cosa los libros de entretenimiento e inicialmente, d�gase lo que se diga, la novela negra naci� para entretener, esto es, para distraer, aunque luego, al hilo de las �ltimas d�cadas haya ido transform�ndose en literatura costumbrista de cr�tica social.
���� Pese a esa reticencia m�a intent� leer, por profesionalidad, el �ltimo libro de Zan�n y, contrito, tuve que interrumpir la lectura a poco de haberla empezado. Eso en modo alguno quiere decir que ese libro sea mediocre o malo. No lo es. Todo lo contrario. Zan�n es, sin duda, un excelente escritor que llega hasta aqu� precedido por el aval de los lectores de muchos pa�ses y por la bendici�n, a menudo entusiasta y casi un�nime, de la cr�tica. Pero todo ello, en mi caso, no ha sido suficiente para que consiguiera vencer mi falta de inter�s por las narraciones en las que hay cr�menes.
���� Lo siento, y pido perd�n por ello a Carlos Zan�n, que no merece ese desinter�s, fruto ego�sta de mis fobias. L�anlo, si as� lo deciden, despu�s de escucharlo en la charla que va a mantener, excepcionalmente, con Anna Grau y no conmigo, a la que hoy paso los trastos de torear: una especie de alternativa... Anna es catalana, casi coet�nea de Zan�n, amiga suya, conocedora de toda su obra y gran admiradora de la misma. Es persona m�s id�nea que yo para mantener esa charla. Que Dios reparta suerte.�������